Capítulo 48.

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Makis.

Olga se había ido a su casa y no llegué ni siquiera a hacer dos pasos que Natalia ya me había alzado.

- Hey.- Me dio una nalgada, subiendo las escaleras colgada de su hombro.- Bajame, pareces un animal.-

- Quiero sexo.- Me tumbó en la cama.- Contigo.- Quitó su camiseta, sin esperar que rompa la mía.

- Hey.- No me dejó hacer demasiado, simplemente me besó y con sus fuertes manos no pude hacer nada, solo mirar como parecía otra persona.

- Te necesito.- Gruñó bajando mi pantalón.- Makis.-

- Si?-

- No tienes ganas, no?-

- Si, pero creí que estarías cansada.- Dejó de ver mi cuerpo para, por primera vez, conectar nuestras miradas.- Necesito que seas sincera.- Acaricie sus mejillas, notando su frustración.- Dime aunque sea si yo hice mal algo.-

- Yo hago mal todo.- Negué rápidamente.- Soy una estupida.- Se levantó rápidamente, siguiendola detrás con su camiseta puesta, ya que, de la mía quedaba poco.

- Nati, háblame.- Tomé su mano, notando como ella se giró y fue mi momento de abrazarla.- Dime qué hiciste mal.-

- Nacer, eso hice mal.- Escuché perfectamente como comenzó a sollozar.- Si no hubiera nacido, no hubiera estado con Sandra, no te hubiera molestado a ti, no sería la inútil que soy ahora, porque soy una estupida que lo único que sabe hacer es cagarla.-

- No digas eso, porque para mí no es así.-

- Qué importa? A nadie le importa, eres una niña pequeña que no entiende nada y yo soy una adulta que nunca se hará cargo de las cosas, nunca aceptará que creció y que es grande, que debe hacerse cargo de las cosas.-

- Solo quieres que yo me vaya con tal de poder ahogarte sola, no quieres decirme la verdad porque algo te frena y si tanto quieres que me vaya solo dilo.-

- Puedes hacer lo que quieras.- Colgó el saco de boxeo, escuchando perfectamente como parecía intentar concentrarse en golpearlo.

Busqué mis cosas, dejando todo en mi valija para hacer que dos cajas se caigan, juntandolas rápidamente.

"Feliz navidad, mi amor.

Sí, sé que podría esforzarme más pero no sabía qué podía gustarte, entonces creí que sería un lindo detalle para ambas".

Abrí la pequeña caja, encontrando dos alianzas de oro, perfectamente acomodadas con otra nota.

"Ahí no termina todo, abre la otra caja".

Saqué el clásico chupete de bebé, siendo inevitable secar mis lágrimas rápidamente e intentar sonreír porque así para ella sean detalles, a mi me encantaban, pero no era un buen momento para pensar en eso.

- Makis?- Escuché como bajó las escaleras lentamente.- Estas aquí?- Me quedé en su clóset, sin dejar de mirar ambas cajas.- Makis?-

- Estoy aquí.- Susurre bajando lentamente, notando como ella simplemente escondió la botella de whisky.- Me sirves uno?- Negó rápidamente.- Solo uno, sé donde lo escondes y puedo buscar otra botella.- Buscó otro vaso, sirviendolo rápidamente.- Otro.- Lancé después de beberlo, siendo completamente fuerte.

- Qué piensas hacer?-

- Te quieres emborrachar, no?- Asintió rápidamente.- Entonces, estemos las dos ebrias.-

Natalia.

Me desperté con su pie chocando con mi bóxer, siendo insoportable el dolor de cabeza, encontrandola abraza a una almohada cuando el timbre no dejaba de sonar, bajando a abrir para que Olga entre rápidamente.

- Encontré más información.- Tape mi erección.- Ve a darte una ducha, tenemos trabajo que hacer.-

- Y la empresa?-

- Adelantaste trabajo para un mes y yo anoche no podía dormir, entonces hice las partes de las dos. Juli está ahí y estará en las reuniones, ve a la ducha.-

Apenas salí del baño, Makis se giró lentamente, estirandose dispuesta a seguir durmiendo, buscando un bóxer para encontrar el regalo que iba a darle abierto, con su ropa en una valija.

- Cierra las cortinas.- Se volvió a girar, buscando a tientas la sábana para taparse hasta la cabeza.

- Makis.- Abrí la ventana.- Viste mi regalo?-

- Shh, quiero dormir.-

- Abriste mis regalos?-

- Shi.- Noté como simplemente sonrió.- Me vas a echar de la casa y me encantaría estar embarazada para que eso no pase y usemos esas cosas, pero es imposible.-

- Me vas a dejar?-

- Me llamaste niña y no confiste en mi, es obvio que estoy enojada.- Se levantó completamente frustrada.- Apaga la luz.- Apretó sus ojos, intentando acostumbrarse a la luz, al mismo tiempo que el dolor de cabeza la consumía.

- Te gustó el regalo?-

- Cual regalo?- Me acerqué a besarla, pero dejó su mano en mi boca, obligándome a alejarme.- Tengo mal aliento, ahora no.-

- Los regalos que te di, te gustaron?-

- Si, obvio.- Busqué abrazarla porque tenía frío, pero volvió a alejarme.- Estoy enojada contigo.-

- Tenia miedo de que no te gusten.-

- Para mí si es importante que hayas nacido, eres mi familia, así no haya bebés.- Susurró acomodando su cabello.- Somos una pequeña familia, pero si me querías dañar lo conseguiste y eso es lo que más me duele.-

- Estoy estresada conmigo misma.-

- Y lo entiendo, tienes trabajo que hacer, Sandra y mi padre y si dudabas del regalo para mi fue el mejor de todos, pero se nota que necesitas relajarte y el sexo no lo solucionó anoche y no lo hará hasta que los problemas se solucionen, Natalia.-

- Iré a hablar con Sandra.- Negó rápidamente.- Y con tu padre.-

- No, no es seguro.-

- No iré sola, pero quiero que te quedes con Olga.- Suspiró mirándome incrédula.- No quiero que te pase nada.- Dejé mi cabeza en sus muslos, sin esperar que la puerta suene repetidas veces.

- Perdón, pero creo que encontré algo.- Salí corriendo, corroborando que no había sido una buena noche al sentir el dolor de cabeza volver a atacarme.

Maldita resaca.

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora