Capítulo 39.

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Natalia.

Tiré de su labio inferior, bajando a dejar besos por su cuello.

- Voy a estudiar.-

- Te quedas, entonces?- Asintió suavemente.- Te voy a extrañar.- Volví a besarla.- Te amo.- Me fui de la casa justo cuando Juan Pablo corría las cortinas de su habitación, mirándome atento.

- No lo pierdan de vista.- Susurre subiendo para encontrar a Nicolás bebiendo un vaso de whisky en mi oficina.

- Te estaba esperando.-

- Buscas a Olga?- Negó rápidamente.

- Andrés tiene más transacciones, pero son del padre de Makis, está recibiendo dinero.- Frunci mi ceño.- Busqué su número de cuenta y...-

- Natalia, vi a...- Su rostro cambió al ver a mi hermano ahí.- Volveré luego.-

- No, espera.- Aclaré mi garganta.- Podrías decirme qué viste?-

- Sandra.-

- El número de cuenta es suyo.-

- Por qué Sandra le daría dinero al papá de Makis?- Los dos parecían pensarlo bien.- Además de que los dos nos quieren separar.-

- Ella podría estar relacionada con su otro hermano o Alfredo buscará la manera de separarlas y que ella...-

Maldita hija de puta, de esta no salía viva.

- Natalia.- No me importó llevarme por delante a nadie, yo simplemente subí en la camioneta con dos guardias y fuimos hasta su casa.

Llamada entrante: Makis.

Por qué me llamaba justo ahora?

Golpee repetidas veces su puerta, notando como ella abría sin problema alguno con una bata y un traje de policía que le quedaba horrible.

- Hola gatita.- Tomé su cuello.

- Sabes que esta gatita también puede ser un tigre.- Intentó quejarse pero nada iba a poder decir.- Qué puto plan tienen?-

- Estás más linda que nunca.- Intentó pasar sus manos por mi cuerpo pero rápidamente volví a tomar su cuello.

- Esto te gusta, no? Verme aquí, que te deje sin aire.- Se cayó y solo pude aguantarme las ganas de golpearla.- Último aviso, aléjate de nosotras o me verás más enojada que nunca.-

- Te tendré siempre aquí, entonces.- Abrió sus piernas, alzandola solo para ir hacia su maldito cuarto y dejar sus manos amarradas a la reja que había en el techo.

- Qué puto plan tienes con Alfredo?- Tiré de su cabello sin intensiones sexuales, simplemente verla quejarse y disfrutar de eso.

- Qué plan crees que tenemos?- Pasó su pie por mi entrepierna y solo pude tirar de sus dedos, haciendo que vuelva a quejarse.- Yo te quiero a ti y él a la idiota de su hija para casarla con alguien que le demuestre el infierno que se merece vivir.-

- Mira, hija de puta.- Volví a tomar su cuello.- Aquí las dos muy bien sabemos que ella y yo no nos vamos a separar así llegue cualquier idiota que nos lo prohíba, volveremos a estar juntas.-

- Tan ilusa eres? Ella te quiere solo por el dinero, te quiere enamorar y cuando creas que todo marcha de maravilla, pum! Te vuelves a quedar sola y yo estaré ahí para ti, ya lo sabes.-

- Eres una enferma.- Golpee sus costillas.- Repite conmigo.- Volví a apretar su cuello.- Makis y yo vamos a terminar juntas y ni tú ni nadie nos lo va a interponer.-

- Intentas creerlo?- Otro golpe.

- Repite.-

- Natalia.- Makis abrió la puerta y solo pude sentir como si todo se vendría abajo, como si estaría a punto de perderla.

- Vaya orgasmo, nena.- Ella se acercó lentamente a donde estábamos.

- Creo que deberías taparle sus ojos.- Busqué rápidamente un antifaz, encontrando una sonrisa en su rostro, hasta que conectó nuestras miradas y sabía que su plan me estaba por gustar.- Una mordaza, para que no hable demás.- Ella, mientras, buscó unas esposas y dejó sus pies amarrados.- Crees que venga alguien?-

- No.- Reí junto a ella, tomando sus mejillas para besarla.

- Qué hacen?- Logré escuchar que artículo, queriendo golpearla si no fuera porque Makis dejó mi corbata a un lado, rompiendo mi camisa para tumbarla conmigo encima.

La miré fijamente, notando su sonrisa pícara, tirando de su labio inferior.

- Hermosa.- Me gané un gemido y un quejido al mismo tiempo.

Makis disfrutando y Sandra odiando el momento.

- Di que eres mía.- Tomó mis mejillas.- Confirma de una vez por todas que solo piensas en mi, para que le quede claro a esa idiota.-

- Soy tuya.- Apreté sus mejillas para que nos miremos fijamente.- Completamente tuya, María Cristina.-

La penetre así en mi interior, además de tener ganas, quiera pasar el resto de nuestras vidas juntas, demostrandoles a todos que de verdad nos amábamos.

- Gracias por prestarnos el lugar.- Dejé el preservativo en su hombro.- No aparezcas otra vez en nuestras vidas para cosas así. O quizás sí, todo sea con tal de tener sexo con la mujer que amo.- Se quejó y solo pude salir corriendo con ella, dejando a Sandra atada.

- A donde vamos?- Intentó arreglarse, tomando su nuca para volver a besarla.

- A donde sea, pero contigo.-

Una Vida Para Amarte- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora