Capítulo 41

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Odette Daract

Me sorprendo al oír las palabras "te amo" y me frustro conmigo misma porque las ganas de vomitar que he sentido desde que estaba en el altar vuelven, me voy casi corriendo dejando solo a Pierre y ni siquiera llego a un baño cuando vomito en el pasillo, es completamente asqueroso. Me alejo de ahí y me siento en el piso porque mi estómago está hecho mierda, es lo que sucede cuando como algo demasiado pesado y tal vez también se debe a mis nervios, definitivamente tener sexo en este estado fue una decisión errónea, pero no me arrepiento.

—Odette. —Adam se arrodilla en frente de mí —. ¿Dónde estabas? Estuve buscándote.

Toco el cuello de su traje azul, y mirando sus ojos verdes digo—: Yo... estaba en una sala de estar.

—¿Haciendo qué? —Indaga.

Me quedo callada, no necesita saber que estaba follando con Pierre.

—¿Acabas de tener sexo? —Parece una afirmación en vez de una pregunta, frunzo el ceño, es injusto que me conozca así de bien.

—No preguntes idioteces. —Lo empujo e intento ponerme de pie, pero no me deja.

Me sienta con cuidado y se me queda mirando.

—¿Te sientes mal, él te hizo algo de nuevo?

—No —digo tajante —. Acabo de vomitar por eso estoy así.

—Te dije que no te comieras esa hamburguesa en mi casa, sabía qué sucedería esto. —Me regaña y procede a limpiarme la boca con su antebrazo —. Creo que vi una farmacia cerca, quédate aquí —ordena y se va.

Luego de unos minutos la luz se corta, la gente se sorprende y yo abro los ojos como si así pudiera ver, pero no veo nada cuando estoy siendo arrastrada, no hay nada que pueda decir o hacer porque la mano de alguien permanece en mi boca mientras se abstiene a todos mis forcejeos e intentos inútiles de lucha, en un momento soy cargada y subida por unas escaleras. Doy patadas en su espalda musculosa mientras entramos en una habitación a oscuras, el miedo me inunda por completo frente a la agresividad con la que soy empujada al piso golpeándome la cabeza y quedando algo aturdida.

La luz llega, estoy en una habitación del hotel y aquí se encuentran varios hombres vestidos de traje y máscaras de cuero.

—¿Qué es esto? —Pregunto —. ¿Quiénes son ustedes, es una especie de broma?

—Cierra el hocico, puta —dice un hombre quien me pone dentro de la boca una especia de pañuelo a la fuerza para impedirme hablar.

Todo pasó rápido por lo que aún no puedo procesar que esto sea real, incluso pienso que podría ser mi despedida de soltera, pero descarto la idea porque eso es antes de la boda y se supone que con amigas no solo con hombres amenazantes.

—¿Y el jefe? —Pregunta el tipo que me trajo —. Ve a buscarlo —le ordena a otro tipo bajo.

Miro alrededor asustada mientras el mismo hombre que me cargó hasta aquí sujeta mis manos con una de las suyas y con la otra desliza un dedo grueso y calloso por mis hombros hasta mi clavícula, me aparto y le doy un codazo a lo que me mira enfurecido antes de golpear mi rostro con su puño, juraría que mi mandíbula se desencaja de su lugar o al menos así se siente.

—¿Qué haces exactamente? —Pregunta un hombre ingresando a la habitación, el gorila se detiene.

—Solo estaba jugando con ella, señor —responde temeroso.

Por la forma en que todos se enderezaron al notar su presencia creo que él es el jefe de quien hablaban.

—Ya veo... —Sus ojos azules azules chocan con los míos y por un segundo creo que accederá a la suplica en ellos, pero me ignora y se dirige al tipo que acaba de golpearme —. Sigue.

Disfraz De Ángel [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora