Laura Slim
Estaciono mi Jeep frente a una fuente ubicada en el centro de la entrada y camino hacia las puertas de cristal.
—Por fin llegas, hija. —mamá corre hasta mí desde la cocina, sus tacones resuenan fuertemente cada vez que toca el piso blanco, me da un gran abrazo.
—Pensé que no había nadie, supuse que estaban visitando a la abuela en la residencia de ancianos.
—La abuela nos canceló, hoy tiene bingo y prefiere pasar la tarde probando su suerte que en nuestra compañía. —Mamá es una mujer pasiva y amable a diferencia de la abuela.
Le sonrió y beso su mejilla antes de subir a mi habitación para quitarme el uniforme, abro la puerta de mi cuarto y veo todo patas arriba.
—¡Mamá, Liam y Leo de nuevo entraron a mi habitación! —Observo mi cama, el edredón rojo arrugado y medio colgando por un borde es una clara prueba de que estaban saltando en ella, voy a checar mi armario, todos mis tacones en el puto piso.
—¡Sé que están escondidos! —Giro sobre mi eje para buscar con la vista en el gran armario, mi sostenes están esparcidos por la alfombra, corro al baño y veo sus pies detrás de la bañera, paso por sobre la ella.
—¡Los tengo! —Ambos levantan la vista, llevan mis sostenes en la cabeza a modo de cascos, saltan espantados y comienzan a correr, pero logro capturar a Leo.
Salgo del baño sosteniendo a mi revoltoso hermano pequeño y me quedo de pie en medio de la habitación, Liam va corriendo por el pasillo mientras mueve mi celular en el aire, para burlarse de mi.
—¡Suéltame Moana! —me llamaban así desde que vimos la película, según ellos soy igual a la princesa animada.
—Eres mi rehén. —Abre sus enormes ojos cafés y hace puchero. —Ya soy inmune a eso, ¡¿Liam abandonarás a tu gemelo?! —Leo intenta zafarse, pero lo tengo bien sostenido de ambos brazos.
Veo a Liam volver para rescatar a su otra mitad.
—Dame mi celular y te entrego a Leo. —Las negociaciones es lo único que sirve con estos dos.
—Suelta al individuo primero. —Liam es bueno en esto.
—Lánzame mi celular. —Mi hermano asiente.
—1... 2... y ¡3! —el lanza mi celular y yo libero a Leo para alcanzarlo.
—¡No vuelvan a entrar a mi habitación! —Ambos niños de apenas 8 años comienzan a sacarme la lengua. —¡Y quítense mis putos sostenes de la cabeza!
—¡Dijiste "putos"! —señalan al unísono. —Te acusaremos a papá.
Esto es pan de cada día, mis hermanos aman molestarme y entrar a desordenar mis cosas, aunque tienen sus habitaciones y salas de juegos para ellos solos, cada vez que me descuido pasa esto, una vez incluso pegaron mis toallas higiénicas por toda la casa, lo peor fue que habían invitados.
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Disfraz De Ángel [1]
Teen FictionLa estudiante estrella de un colegio privado es striper a escondidas y está a punto de conocer a su prometido. El padre de Odette es un hombre frío, su madre murió al darla a luz. Ella no sabe amar, suena triste, pero no lo es, eso no le importa, no...