Disfraz De Ángel [1]

Capítulo 48

Odette Payne

Siento los nudillos de Pierre en mi mejilla, su piel me quema.

—Llegamos, cherie. —Besa mi mentón—. Despierta. —Su voz es dulce.

Me quedé dormida en los asientos traseros del vehículo. Mis párpados están pesados, abro los ojos lentamente y veo el cielo en colores cálidos, tales como rosa y naranja.

—¿Tienes frío? —Pregunta y niego con la cabeza.

El estacionamiento frente a la casa rústica de Ryan está repleto. Esta es la fiesta más esperada del verano. Siempre son realmente desastrosas debido a los retos idiotas que hacen, una vez alguien terminó en urgencias por lanzarse desde el techo a un trampolín, recuerdo también cuando una chica se rapó y un chico se quitó dos dientes con un alicate, también nadan desnudos en el lago y miles de cosas más. Pero esta vez están específicamente celebrando la recuperación de Adam así que espero que sea más relajado y ojalá nadie se intoxique por alcohol o drogas.

Siempre he evitado las drogas y esta vez tampoco beberé, ir a terapia me hizo dar cuenta que solo usaba aquello como un método de escape de la realidad y ya no es algo que quiero seguir haciendo.

También me dijeron que no tengo ansiedad, solo pequeños cuadros de estrés. Puedo manejarlo sin medicamentos según mi psicóloga, al menos no más de los que ya bebo. Pierre me ha acompañado a cada sesión, eso lo ha hecho fácil para mí.

Unidos de las manos avanzamos a la entrada, la verdadera fiesta no comienza sino hasta que oscurece y luego dura toda la noche.

—Odette. —Sean me saluda—. No te veo desde Paris, lamento lo de tu padre.

Entro a la casona con él y Pierre se encuentra con Sebastián en la entrada.

—Estoy harta de lamentaciones —digo un poco hosca y es que me molesta que gente que ni siquiera conocía a mi padre me de un fingido pésame, pero Sean ha sido amigable conmigo, debería contener mi mala educación.

—Bueno entonces cambiemos de tema, ¿a qué universidad iras? —Pregunta.

Un chico pasa delante de nosotros con un balde lleno de cervezas y otro le sigue con cajas de vodka.

—No lo sé, quedé en todas las de la Ivy, lo estoy pensando. ¿Qué hay de ti?

—Estoy decidido por Princeton. —Parece del tipo elegante de Princeton, Sean es una persona muy pulcra y responsable, pero había dicho algo diferente antes.

—Es una excelente Universidad, pero recuerdo que querías ir a Harvard, lo mencionaste en el festival de matemáticas hace un año.

Se ríe mostrando sus perfectos dientes blancos—. En un año las personas cambian de opinión además, en Princeton aparte de una buena educación tendré a Ryan.

—Entonces es una decisión por amor.

—¿Por qué limitarme a escoger entre una buena universidad o mi novio si puedo tener ambas?

—Mierda —exclamo—, ya es formal.

—Lo es, fue difícil aceptarlo para mi familia pero finalmente lo entendieron.

—No sé que le ves a Ryan, habiendo chicos mejores, pero bueno... son tus gustos.

A Sean le causa gracia mi comentario mal intencionado. Un chico que está instalando unas luces led en el techo sobre una escalera deja caer los cuernos decorativos de un venado al piso.

—Te dejo. Mi misión es asegurarme que destruyan lo menos posible, se lo prometí a mi suegra —dice yéndose.

Doy un paso y me quedo helada al ver a un oso disecado mirándome de frente, el año pasado no estaba. Lo rodeo y salgo a la terraza en donde están mis amigos.