Capítulo 1

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Odette Payne

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Odette Payne

Es hoy, hoy es mi cumpleaños y estoy sola de nuevo sentada en una mesa con 24 sillas.

Desearía ser ese tipo de personas que ama su cumpleaños, pero no es así. Con cada cumpleaños que pasa una bola de nieve de malos recuerdos continúa creciendo pues cada año la pasó peor y se hace cada vez más grande. Es así desde que tengo la capacidad de guardar memorias, de hecho es así desde mucho antes.

—Su padre le envía este obsequio, señorita —la voz suave de Edwin me trae de regreso a la realidad.

Me entrega una pequeña caja satinada de color azul.

—Gracias, Edwin. —Tomo la caja y la dejo a un lado para luego tomar un último sorbo de mi café.

Amo el café, no podría describir cuánto lo amo.

Observo al hombre negro que tanta paciencia me tiene, es la mano derecha de mi padre, lo considero parte de mi familia. Siempre ha cuidado bien de mí.

—Edwin ¿podríamos irnos? —pregunto mientras me pongo de pie — ¡Adiós Luisa! —grito a la cocina donde está la chef.

—No olvide su regalo. —Edwin me tiende la cajita, la tomo, la meto a mi bolso y corro hasta la limusina.

No tengo ganas de abrir el regalo, todos los años es lo mismo: perlas. Solo eso, insípidas perlas blancas.

De camino a mi colegio miro la ciudad por la ventanilla, todo es igual, nada cambia aquí... los edificios, los centros comerciales, incluso la gente.

Vivimos en una ciudad sin nacionalidad, en donde la mayoría de las personas poseen mucho dinero, las zonas pobres son escasas, pero aún así existen.

Pocos nacieron aquí, la mayoría son familias nuevas que quieren codearse solo con la élite de la sociedad.

Los fundadores elitistas de BlairWest decidieron remodelar edificios góticos para recordarnos que de la antigüedad viene la clase y la elegancia, pero la actualidad continúa vigente. Algo que me parece sinceramente ridículo. Lo que me gusta de esta ciudad es que está ubicada en la frontera de Rumania así que puedo imaginar que los bosques están plagados de vampiros, aunque estoy segura que si ellos existieran definitivamente se mudarían fuera de este maldito lugar porque podrían oler la mierda escondida bajo la fachada.

—Llegamos a tiempo —Edwin interrumpe mis pensamientos.

De inmediato baja del vehículo y abre la puerta para mí, me despido y comienzo a caminar por el estacionamiento. Vislumbro a lo lejos a mi mejor amigo Adam, trae su uniforme de fútbol azul y apenas me ve corre acercándose a mí.

—¡Feliz cumpleaños, Odette! —Me abraza fuertemente, me da un poco de asco pues está todo sudado.

—Eww, Adam, apestas.

Disfraz De Ángel [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora