Capítulo 43

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Odette Daract

Las venas de mis sienes palpitan y al intentar sentarme en la cama me invade un extraño mareo, seguro es debido al medicamento. Vuelvo a recostarme por inercia permaneciendo de lado apreciando la vista del lago en medio de los rayos de sol que se dejan ver entre las cortinas blancas siendo azotadas hacia el interior de la habitación, sé que estoy en el hospital pues solo desde aquí se puede apreciar el centro psiquiátrico al otro lado del lago y también hay una intravenosa puesta dolorosamente en mi brazo.

Mi último recuerdo lucida es ver a mi padre morir y aunque con todas mis fuerzas intente sacar esa imagen de mi mente se repite en bucle atormentándome.

La puerta se abre de pronto y entra un médico bastante joven.

—Finalmente despierta —dice cálidamente.

—¿Por qué me desmayé, que tengo? —Pregunto volviendo a incorporarme.

El hombre castaño de bata blanca comienza a revisar mi diagnostico en un archivero. —Le hicimos exámenes de sangre, fuera de la excesiva cantidad de cortisol parece estar bien, al parecer presenta mala alimentación también. Le haremos un chequeo psicológico para descartar...

—No quiero hacer eso —suelto a la defensiva interrumpiéndolo.

—Dada su condición es lo que se recomienda, tal vez usted padezca estrés emocional o ansiedad —dice formalmente —. Solo es para descartar.

Miro hacia la ventana de nuevo, no quiero hacerme ningún test psicológico.

—No lo haré —niego de nuevo —. Respecto a lo de la "mala alimentación" ¿Qué debería hacer?

—Tiene que seguir la dieta de una persona celíaca común —indica como si fuera obvio.

—¿Celíaca? —Pregunto —. Ni siquiera sé lo que significa.

El doctor ojea los papeles en su mano.

—¿Desconocía que era celíaca? —Indaga sorprendido —. Se lo diagnosticaron a los 4 años y está en su archivo, pensé que lo sabría. ¿No sigue una dieta específica entonces? Usted debería comer alimentos libres de gluten y evitar los conservados, quesos, postres lácteos, chocolate. —Me entrega una lista —. Viene especificado aquí —señala.

Miro la lista y me doy cuenta que es la misma dieta que papá me obligaba a seguir.

—¿Sabe que es asmática?

—Sí, eso lo sabía —digo sin dejar de mirar la enumeración de alimentos.

—Bueno, entonces estará bien si sigue la dieta indicada e insisto en que su posible ansiedad debería ser tratada, iré en busca de un psicólogo, él puede realizarle un chequeo aquí mismo —propone el médico.

—No, dije que no quería, retírese por favor.

Me mira ofendido.

—¿Me está expulsando fuera de la habitación?

—Sí, quiero prepararme para irme —suelto a lo que me dedica una expresión de molestia disimulada y se va.

Lo que menos quiero ahora es hablar con un desconocido de mis problemas, no puedo ir a terapia, la única solución a mis problemas serán medicinas que me otorgarán una falsa plenitud y me harán dependiente. Inhalo con fuerza en busca de aire y golpeo mi pecho, no soporto la presión instaurada ahí que sube hasta mi garganta apretándola y causándome dolor.

Oigo la manilla de la puerta girar así que me siento derecha guardando la compostura justo antes de que entren mis amigas, Elle viene directo a abrazarme.

Disfraz De Ángel [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora