Valiente.
Fuerte.
Irritante hasta la médula.
Testadura.
Llegó a mi vida a darme luz y a cambiar todo lo que pensaba y creía.
Llegó a mostrarme que existía un lado de esta vida de mierda que en realidad podría ser buena, pero también me destruyó po...
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Jaden Tremblay
Entro a la cocina de la mansión y me encuentro con la desagradable escena de Jess y Adam abrazándose, me aclaro la garganta sin disimular.
—Joder, Jaden, podrías anunciarte— dice Adam alejándose de Jess, ruedo los ojos mientras abro la nevera y saco una caja de leche.
—Eso hice, ¿No?— alzo una ceja viéndolos, luego busco en la alacena un bol y los cereales.
—Estamos ocupados— dice Adam, me detengo a verlos y tiene su brazo alrededor de los hombros de Jess y la aprieta a él como si intentara demostrarme no sé qué mierda.
¿Es idea mía o Adam está mucho más irritante que hace un par de años?
Me importa un carajo su relación, en este momento solo puedo pensar en sacar a Jess de esta vida, entonces volveré a trabajar a San Francisco y la puta vida seguirá el curso que es debido.
—Oh, si, ¿Diez meses? Felicidades, como pasa el tiempo, ¿No?— digo mientras me siento en una silla de la isla y echo los cereales al bol.
—Joder, hombre, no estaría mal tener modales— dice Adam, asiento.
—Si, modales. Deberían ir a otra parte a despedirse, la cocina es para todo público, carajo. ¿O es que las despedidas en la cocina te traen buenos recuerdos?— le pregunto a Jess con una sonrisa mientras recuerdo aquella vez que tuvimos sexo en la cocina de la cabaña, cuando nos despedíamos porque yo debía venir a San Francisco. Si hacemos memoria, en realidad tuvimos sexo en la cocina bastantes veces.
Al ver como sus mejillas se tornar rosas sé que ella también lo recordó, sonrío pervertidamente y vuelco la leche en el bol con los cereales.
—¿De qué habla?— pregunta Adam.
—Uhm... de nada, no importa, mejor vamos.— dice Jess.
—Buen viaje, Adam— digo mientras ambos caminan para salir de la cocina.
—Gracias— dice sin ánimo, me giro en la silla muy disimuladamente a ver como se van, Adam le susurra algo al oído mientras aprieta el agarre en su cintura y pareciera que ella se pone nerviosa e intenta apartarse un poco.
Joder, quiero golpear algo.
Luego de que termino de desayunar voy directo al gimnasio, ni siquiera voy por ropa deportiva, simplemente me quito la remera y golpeo el saco violentamente con golpes fuertes, uno tras otro sin usar guantes o bandas.
Hago ejercicio todos los días en San Francisco, pero admito que el boxeo es algo que he ido dejando de lado, en realidad me gusta bastante y sirve mucho para quitar el estrés. Y el enojo.
Me enfurece ver a Jess con Adam, y me enojo conmigo mismo por eso.
Odio a Adam por alguna razón, antes éramos amigos o algo así, pero ahora lo siento tan irritante que ¡Joder! Quiero golpearlo y también quiero que me de una razón para hacerlo, porque si tengo que ser sincero no ha hecho nada realmente, si hiciera algo podría golpearlo sin sentir algún tipo de remordimiento.
