Valiente.
Fuerte.
Irritante hasta la médula.
Testadura.
Llegó a mi vida a darme luz y a cambiar todo lo que pensaba y creía.
Llegó a mostrarme que existía un lado de esta vida de mierda que en realidad podría ser buena, pero también me destruyó po...
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Jaden Tremblay
Camino por los pasillos rápidamente y cuando llego a la puerta de la habitación de Jess ni siquiera titubeo o me detengo, simplemente la abro sin importarme nada y la cierro detrás mío.
—¡Mierda, Jaden!— grita Jess, está envuelta en una toalla y venía recién saliendo del baño, pero en cuanto me ve vuelve a entrar inmediatamente cerrando la puerta.
—Por favor, como si hubiera algo de ti que no hubiera visto ya.
—Sal, necesito cambiarme y tengo la ropa en el dormitorio.
—Si y yo necesito que hablemos.
Escucho como suelta un bufido irritada.
—¿Al menos podrías pasarme la ropa? La dejé sobre la cama, me cambio y hablamos.— dice y veo la cama, me acerco y le doy un vistazo, veo la ropa interior negra de encaje. Bastante sexy.
Lo tomo todo, me acerco y le toco la puerta del baño, ella saca solo la mano, toma la ropa y vuelve a cerrar la puerta, no pasa mucho rato en el que sale del baño con el cabello mojado, unos jeans y una remera negra ajustada de tiritas y claro, con aquella ropa interior sexy debajo.
—¿Qué pa...?— no termina de preguntar porque paso mi mano por su cintura, la acerco a mí y atrapo sus labios en un beso, a diferencia de aquellos del gimnasio, este es lento y más romántico, me dedico a saborear sus labios cada segundo, se siente y sabe muy bien.—Jaden...— susurra alejándose.
—¿Aún me quieres?— le pregunto mirándola a los ojos.
Necesito saber la respuesta, quiero que diga que si. Sus mejillas están sonrosadas y se ve sorprendida por mi pregunta, tal vez debí tantear un poco más la situación, pero ¿Para qué? Quiero ser directo y es específicamente eso lo que quiero saber.
Asiente— Si, aún te quiero—susurra con la voz temblorosa, como si tuviera miedo, suelto un suspiro aliviado y cierro los ojos, junto su frente con la mía— ¿Y tu?
Trago grueso y asiento.
—Aún te quiero.— le respondo
La miro a los ojos y me encuentro con que están llenos de miedo, llevo mi mano a su mejilla y acaricio su piel con mi dedo pulgar.
—¿Puedes ser sincera conmigo respecto a algo?— le pido, su labio tiembla, pero ella asiente— Adam... ¿Te trata bien?
Su pecho salta un poco, le sorprendió mi pregunta nuevamente, pero esta vez aún más, hay una mezcla entre sorpresa y temor en su rostro que me preocupa. Por la forma en que todo su cuerpo reacciona sé que estaba en lo correcto, el hijo de puta de Adam tuvo el maldito coraje de hacerle daño.
—¿Kaira te dijo algo?— pregunta alejándose de mi y dándome la espalda.
—De hecho fue Xavier— digo y ella suelta un suspiro.
