No eres responsable de nada

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Jaden Tremblay

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Jaden Tremblay

Por obvias razones a la mañana siguiente despierto mucho más tarde de lo normal, cuando mis ojos se cerraron el sol ya había comenzado a aparecer entre las montañas.

Ya es muy tarde para desayunar, así que me tomo mi tiempo cuando salgo a trotar, cuando fui a buscar mi ropa de ejercicio a la habitación Jess seguía durmiendo hecha un ovillo en la cama como si estuviera muriendo de frío, siempre ha sido muy friolenta y no logro acostumbrarme a que cuando me abraza por la noche sus manos estén tan heladas tocando mi abdomen.

Decido ponerle una frazada más en la cama además de las dos que puse anoche, ella suele entrar en calor cuando me abraza, debió haber pasado mucho frío anoche, de pronto me siento culpable por no haber vuelto a la cama con ella.

Tardo dos horas y media en trotar, salí fuera de la manzana por lugares que no había visto antes y he de admitir que en realidad San Francisco tiene cierto atractivo. Me costó un poco trotar por las heridas y los puntos, pero simplemente lo ignoré y seguí.

Antes de volver al departamento paso por una pizzería, no quiero cocinar y por la gracia de todos los dioses espero que Jess tampoco quiera, elijo una pizza tamaño familiar extra grande con doble queso, tomate, pollo, y otras cosas que sé que a Jess le gustan, luego de pagar finalmente me dirijo al departamento, aunque me tomo mi tiempo. La brisa del otoño es refrescante luego de haber trotado hasta tan lejos.

—Buenos días, señor— me saluda Bob cuando entro al pequeño edificio.

—Buenos días.

—Disculpe, lamento molestarle, pero un par de caballeros que dijeron llamarse Josh y Adam estuvieron aquí, no estaban en la lista que usted hizo de los que podían pasar, así que llamé a la señorita Jessica y no contestó, les tuve que pedir que se fueran y no quisieron, incluso intentaron entrar a la fuerza, pero llegó seguridad y los sacó de aquí. Lamento si los conocía, pero mi trabajo es...

—No, no. Hiciste muy bien, Bob. Por favor, nunca los dejes entrar.

Asiente— ¿Los conoce?

—Lamentablemente si, pero no son bienvenidos, por favor, traiga a seguridad en cuanto los vea si vuelven a venir.

—Claro, señor, no se preocupe.

—Gracias, Bob.

—Tenga un buen día.

Asiento y me dirijo al ascensor.

¿Josh y Adam estuvieron aquí? Pensé que Adam odiaba a Josh, pero después de todo lo ocurrido no me sorprendería que Adam también fuera una rata traidora.

Saco las llaves de mi bolsillo y entro al departamento, cierro la puerta detrás mío, la sala está vacía. Voy a la cocina y dejo la pizza encima de la isla, comienzo a buscar un par de platos y dos vasos.

JESSICA || #2 Trilogía NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora