Valiente.
Fuerte.
Irritante hasta la médula.
Testadura.
Llegó a mi vida a darme luz y a cambiar todo lo que pensaba y creía.
Llegó a mostrarme que existía un lado de esta vida de mierda que en realidad podría ser buena, pero también me destruyó po...
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Jessica Jones
Mis ojos se abren lentamente.
Es de noche, Jaden me abraza por la espalda y tengo mucho sueño, pero mi teléfono no deja de sonar.
—Apágalo— murmura Jaden y me abraza por la cintura para apegarme más a su cuerpo.
—Bien— susurro.
Estiro mi brazo para tomar mi teléfono de la mesa de noche y simplemente corto la llamada sin ver quien es.
Me giro en mi lugar y abrazo a Jaden para afirmar mi cabeza en su pecho, pero el teléfono vuelve a sonar.
—Que lo apagues— murmura Jaden, suelto un suspiro y vuelvo a revisar mi teléfono, esta vez veo quien es y me extraño al ver que es Kaira, es raro que llame a esta hora. Bueno, cualquier persona es raro que llame a esta hora. Quizá a Kaira le ha pasado algo.
—Ya vengo— digo preocupada poniéndome en pie.
—¿Quién es?— murmura somnoliento.
—Es Kaira, pero tranquilo, sigue durmiendo. Luego te cuento.
Asiente y levanta el rostro entreabriendo los labios. Sonrío sin poder evitarlo, me inclino y dejo un corto beso en sus labios.
—Mejor— dice y se da vuelta para darme la espalda y seguir durmiendo.
Me pongo mis zapatillas, pantalones de pijama y sobre mi brasier negro de encaje me pongo una sudadera de Jaden.
El teléfono ya dejó de sonar, así que decido enviarle un mensaje.
Yo: ¿Pasa algo?
Kai: Si. ¿Puedes venir a la cocina? Necesito hablar con alguien.
Yo: Despierto a Jaden y voy.
Le digo eso porque sé que si le pasa algo, querrá que Jaden esté, es más cercano a él que a mi.
Kai: No. Sin Jaden, por favor. No entendería esto.
Frunzo el ceño, preocupada.
Yo: Bien, bajo de inmediato.
Llevo mi teléfono y me dirijo rápidamente a la cocina, cuando llego enciendo la luz. Kaira está ahí con ropa negra.
Sonrío— ¿Por qué estabas con la luz apagada?
Escucho que la puerta se abre detrás mío y me giro, Xavier acaba de entrar, frunzo el ceño al ver su expresión extraña y no divertida como es habitual en él, de pronto siento algo muy raro... algo va en serio muy mal.
—¿Qué está pasando?— pregunto
—No grites demasiado, ¿Si?— dice Kaira, frunzo el ceño otra vez, estoy confundida.
