Valiente.
Fuerte.
Irritante hasta la médula.
Testadura.
Llegó a mi vida a darme luz y a cambiar todo lo que pensaba y creía.
Llegó a mostrarme que existía un lado de esta vida de mierda que en realidad podría ser buena, pero también me destruyó po...
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Jaden Tremblay
Una hora después estamos dentro del terreno, estaciono el auto y los dos nos bajamos para caminar por el pasto y entrar a la mansión, varios pasos más adelante noto que Jess deja de caminar, me detengo y me giro a verla, se ve confundida.
—¿Qué ocurre?— le pregunto.
—No... no me siento muy bien... veo borroso.— dice y frunzo el ceño, me acerco a ella y corro cuando se tambalea, la sujeto antes de caer, sus ojos comienzan a cerrarse, pero no completamente, noto que están dilatados.
Visión borrosa, ojos dilatados... puto Fernández.
Debió tener burundanga en la mano cuando la tocó en la mano, es una droga muy fuerte que es por contacto, hace efecto media o una hora después, a veces más, la invitó a pasar a su mansión e iba a esperar que la droga hiciera efecto. Es un hijo de puta.
Paso un brazo por su espalda y el otro por debajo de sus rodillas y la tomo para llevarla a su habitación, afirma su cabeza en mi hombro.
—¿Eres un príncipe?— me pregunta arrastrando las palabras.
—No.
—Te vistes igual a uno... ¿Puedo ser tu princesa? Lindo castillo— dice mientras entramos a la mansión.
¿Mencioné que uno de los efectos de la burundanga es tener alucinaciones?
—¿Harry Styles? ¿Eres tu?—pregunta mirándome y ruedo los ojos, si no fuera porque esta chica fue mi novia durante meses ni siquiera sabría quien es.— Oh, si. Jaden, ¿Por qué estaría Harry Styles sosteniéndome? ¿No crees que sería genial? ¿Crees que lo conquistaría? Oh, no, claro, él de Louis.
Arrastra tanto las palabras que apenas logro entenderle, aparte mantiene sus ojos entrecerrados en todo momento, sigue hablando de cosas sin sentido hasta que la dejo encima de la cama de su habitación.
—Tengo sueño— dice, el sueño es otro efecto de la droga.
—Si, lo sé, duerme, me quedaré por aquí— digo y me siento en una silla.
—No, duerme conmigo.— pide y se hace a un lado, miro aquel lado vacío de la cama.
—Bien— respondo y me acuesto a su lado, pasa su brazo por mi cintura y apoya su cabeza en mi pecho, paso mi brazo por debajo de sus hombros y acaricio su cabello.
—¿Por qué tienes que ser tan lindo?— susurra con la respiración bastante lenta, se debe estar por quedar dormida.— ¿Y por qué te quiero después de tanto tiempo?
Mi corazón se acelera y me inclino para verla, está dormida, me pregunto si eso salió de una parte de ella que es Jess realmente o de la parte drogada que está alucinando.
Suelto un suspiro y miro al techo, también me pregunto cuánto más aguantaré sin besarla.
Los minutos pasan, siento como el sueño me consume y también me quedo dormido.
