Eres todo lo que tengo

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Jaden Tremblay

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Jaden Tremblay

Trago grueso y mis manos en el volante aplican más fuerza de la que deberían al punto en que noto como mis nudillos se vuelven blancos.

Siento la adrenalina y el miedo esparciéndose desde mi espalda hasta mis pies como un aire frío que apenas puedo soportar.

Las imágenes llenan mi cabeza con el Jaden de diecisiete, dieciocho años que asesinaba a sangre fría, sin rastro de ningún sentimiento bueno en ninguna parte de su ser. Aquel Jaden que tuvo que hacer un sinfín de atrocidades con tal de sobrevivir en el cruel mundo de sus padres, mientras pasó el tiempo la única manera que tuve de soportarlo fue apagar cada rastro de sentimiento en mí. Me convertí en la peor persona posible, en un retrato de mis padres... pero recapacité y me di cuenta que no podía ser como ellos, los he odiado durante toda mi vida y me rehusé al acabar igual de enfermo que mis progenitores, porque solo son eso, dos personas que pusieron de sus genes para que pudiera nacer, pero no han hecho nada más por mi.

Recuerdo cuando tuve que volver a trabajar para Christian y Verónica en el momento en que se atrevió a amenazar a Jess cuando recién habíamos empezado a estar juntos, recuerdo como me sentía al quitarle la vida a una persona y al llegar a casa llamarle a Jess para saber como estaba. Me sentía como la peor mierda del planeta.

Me detengo frente a una bodega grande, se ve una luz encendida por debajo de una puerta grande de metal.

Me bajo del auto con el arma en mi mano, esto será fácil. Según Verónica el tipo estará solo, solo será un disparo y luego me marcho con lo que sea que tenga ahí adentro.

Camino hacia la bodega y cuando estoy a unos metros disparo a la cerradura para luego abrir el portón rápidamente, cuando entro mentalizado en disparar de inmediato me doy cuenta de que no es solo un hombre, son tres y detrás de ellos hay una puerta y algo me dice que ahí adentro hay más hombres.

Entonces me doy cuenta de las intenciones de Verónica, le puso una trampa a Jess.

—¿Y este quién es?— pregunta uno de los hombres, tenso mi mandíbula sin bajar el arma.

—Debe ser un trabajador de Verónica. ¿No?— pregunta otro hombre asustado, por su reacción debe ser el que le debe el dinero.—Escucha, solo necesito un par de semanas para...

—No te confundas, no estoy aquí para negociar. Sólo quiero irme de aquí rápido.— digo

—No dispares. Sé que no quieres hacerlo.— dice otro hombre. 

Niego con la cabeza.

—No me conocen— digo, noto que ninguno de los tres está armado, así que rápidamente, uno tras otro recibe de mi parte un balazo en el pecho, caen al suelo y corro a revisar todo antes de que los hombres que están al otro lado de la bodega lleguen.

Veo un mueble asegurado con una llave y entonces sé que ahí debe haber dinero, suelto otro disparo a la cerradura y dentro veo tres maletines, abro solo uno y veo todo el billete, tomo los tres y salgo del lugar, no sin antes dispararles nuevamente a los tipos para asegurarme que no estén vivos.

JESSICA || #2 Trilogía NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora