Capitulo 4

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Cheryl pov

-puede venir un momento?.- pregunto amablemente desde su escritorio.
-si, claro.- sonreí y asentí.

Le di una mirada rápida a Veronica haciendole saber que se vaya. Ella asintió y se fue.
Cuando la perdí de vista, volví a mirar a Toni, y comencé a caminar para el escritorio mientras la miraba fijamente.

-bueno, la escucho.- sonreí.
-okay.- se levantó de la silla y me miró.- yo quería hacerte una sugerencia.

Frunci el ceño, confundida.

-que pasa?
-¿viste como te estaban mirando los chicos de la clase? creo que deberías tener más cuidado con ellos, creo que al colegio deberías venir más recatada.- dijo sin expresión en su rostro.

La sonrisa desapareció del mío, me sorprendieron sus palabras, no pensé que fuera a decir eso. ¿Quién se cree? encima lo había hecho por ella. Y aunque no hubiera sido así, ella no tenía derecho de decirme cómo vestir.

-creo que eso no le importa a usted, con todo respeto querida profesora.

Me observo frunciendo una ceja.

-era una sugerencia.- se apoyo en su escritorio.
-la tendré en cuenta, solo porque lo dijo usted.- susurré mirando sus ojos.

Suspire, tratando de estar tranquila y no tirarme encima de ella.

-se que en algún momento dijo que no daba clases particulares, pero mis padres pueden pagarle mucho más de lo que le pagan por dar clases acá.

Ella me observo curiosa, con una media sonrisa apareciendo en su cara.

-necesitas clases?
-si, no soy muy buena. Últimamente me estuvo yendo muy mala, mis papás andan buscando con urgencia un profesor para mí. Y bueno, nadie mejor que usted.
-no doy clases privadas, pero podría darle el número de otra persona.

Me siento desilucionada. ¿Cómo puede negar mi oferta? le dije que mis papás podían pagarle mucho más y aún así me dijo que no. Pero claramente iba a insistirle. De alguna manera tenía que aceptar mi propuesta.

-el problema es que quiero que sea usted.- di un paso adelante.

Toni se quedó observandome, como si estuviera pensando que decir.

-tengo horarios muy complicados.- dijo.
-eso no importa, podría ser a la hora que usted quiera y en donde quiera.- mi tono de voz salio suave.

Negó mientras miraba su agenda. Podía ver lo nerviosa que estaba.

-nunca di clases particulares.- comento mientras pasaba la hoja de su agenda.

Observe sus manos. Me di cuenta que definitivamente fantaseaba con cualquier cosa que está mujer haga.

Coloqué mis manos en el escritorio y me impulse para sentarme encima. Toni miro mis piernas y alzó la mirada dirigida a mi cara.

-¿que hac...- la interrumpi.
-siempre hay una primera vez.- sonreí.

Descanse mis manos en mis piernas mientras Toni observaba cada uno de mis movimientos. Eso prendía fuego mi interior.

-señorita Blossom, tendré que pensarlo. Siendo sincera no creo que logre acomodar mis horarios para poder darle clases y que usted aprenda como debe ser.
-ya le dije que puede ser cuando usted quiera, las veces que pueda y el tiempo es lo de menos. Mire, mis padres están buscando por cielo y tierra. Pero no creo que haya nadie mejor que usted, así que sería perfecto que aceptara, así fuera un día por semana.- insistí, llevando mi mano a la suya para acariciarla.- le juro que si acepta, haré todo lo que me pida.

Alzó su mirada y se encontró con la mía.

-no puedo negarte que es una oferta muy tentadora.- dijo y apartó su mano de la mía y la llevo atrás de su espalda.- lo del dinero claro.
-¿pero?.
-solo déjame pensarlo.
-oka, le daré mi número para que me llame.- me baje del escritorio y saque una pequeña agenda (que tenía un olor particular, mi perfume).
-aqui tiene, ¿me llamara si hay una respuesta positiva?.
-s..si.- cerro los ojos y sacudió la cabeza confundida.- si, la llamaré para avisarle mi respuesta, así sea un si o un no.
-espero que sea un si.- mordí mi labio inferior.

La ví agarrar su portafolio. Organizo sus cosas en el escritorio y dejo todo en orden.

-¿ya se va?.- pregunté, agarrando mi mochila.
-si, es hora del almuerzo. Normalmente, voy a casa.- me dió una mirada rápida.- ¿te busca alguien?.
-deberia haberme ido con Veronica, pero estoy casi segura de que ya se fue, así que tendré que ir caminando sola.
-¿caminar?.
-si, no tengo plata para un taxi.- dije
-esta muy lejos tu casa?.- pregunto.
-un poco.- comenté mientras me iba.

Ella asintió. Camino y salio del salón detrás de mi. Me miró.

-supongo que podría llevarte.- esas simplementes palabras hicieron que una sonrisa apareciera en mi cara.

Justo lo que estaba esperando.



Mi profesora - ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora