19. Idiota

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No había podido concentrarse en toda la tarde en sus ejercicios de matemáticas. Revivia mentalmente una y otra vez lo que había pasado con Roberta en el pasillo.

Nunca habia sentido ese deseo por nadie, nunca había tenido un arranque así.
Sabía que ella era la adecuada, pero no queria acelerar las cosas. Sacar la fuerza necesaria en ese momento para alejarse de ella y no perder los estribos fue para el una prueba más de que ella le importaba demasiado. Ese momento todavia no habia llegado. Y menos para él. Sentia que si daban ese paso, sin estar listo, la iba a defraudar.

Sonrio al recordar de nuevo como ella había hecho de ese momento tan incomodo para él algo tan cómico burlandose de su excitación.
Cuando él había llegado a la cafeteria para comer ella actuó como siempre, como si no hubiese pasado nada y el lo agradeció. Aunque sabía que en cualquier momento soltaría algún comentario para molestarlo. Al fin y al cabo, seguía siendo la Roberta Pardo que se divertía a su costa.

Se levantó de su escritorio y se dirigio al baño mientras cogía su telefono y llamaba para encargar las pizzas que Roberta le había pedido. Empezaría a engordar pronto si seguia el ritmo de ella con la comida. Todavía no podia explicarse como era capaz de comer tanto y mantener su cuerpo.

Cuando llegó el momento salio de su habitación y bajó las escaleras para dirigirse a la bodega.
Pero algo llamó su atención.

Paula apareció delante de él con las mejillas empapadas en lagrimas.
Pasó por su lado intentando ignorarla pero su cortesía puso más que el.

-Estás bien?

-Ay Diego - La chica se abalanzó sobre él y le abrazó llorando y luchando por respirar dejandole perplejo. Intentó quitarsela de encima, pero viendo que la chica no hacía intento de soltarle acabó cediendo y pasando sus brazos alrededor de ella y sobandole la espalda, esperando que dejase de llorar y él pudiese irse.

Estaba nerviosa. No tenia por qué, al fin y al cabo era normal que una chica tuviese una cita con su novio.
Pero, y si Diego quería terminar lo que habia pasado antes de la comida? Y si para eso le había propuesto la cita?
Le quería. Lo tenía claro. Pero no estaba lista aun para ese momento. Tenia miedo, mucho miedo.
Diego era el chico más popular del colegio y tenía a cualquier chica babeando por él.

Y si ella no era bastante? Y si fallaba? Y si le decepcionaba?
Sabía que Diego no buscaba simplemente sexo con ella, que la quería. Pero no podia evitar pensar que llegaría un momento en que quizas el se pusiese a comparar y viese que las hay mucho mejores que ella. Respiró hondo y se miró al espejo.

-Tranquilizate Roberta. Es Diego. Tu has visto lo que ha cambiado en el ultimo mes. Te fuiste y te esperó, se ha portado bien y te ha demostrado que te quiere.-De repente sonrio sin poder evitarlo- Diego me quiere. Lujan tiene razón, me tiene idiotizada el condenado.

Salio y se dirigio a la bodega a buscarle esperando que la noche de pizzas fuese igual o mejor que la noche que le organizó la fiesta.

No habia terminado de abrir la puerta cuando Mia aparecio frente a ella haciendola gritar del susto y asustandose tambien ella y gritando más que Roberta.

-Bueno que estás tarada? Casi me matas del susto

-Ay Roberto! Tu me asustaste a mi caray

-Quien aparecio de la nada eh?

-Es que tengo que hablar contigo!

-Mia, no tengo tiempo para tus tarugadas si?

-Yo no digo tarugadas! Neta es importante

-Mia neta, no me interesa

-Pero...

-Ahora no puedo barbie. Mañana me cuentas si?

Se fue dejandola alli sola con la impotencio de no haberla podido contar en todo el dia lo que había descubierto con Vico. Empezó a dar pequeños saltos pateando el suelo con el tacón de su bota.

-Ash me chocas!

Bajó las escaleras y lo vio. Se quedó quieta en el ultimo escalón, mirandolo fijamente. Toda la emoción y los nervios que había estado sintiendo habian desaparecido.
Que estaba pasando? Apretó los puños para contener la rabia y de sus ojos empezaron a caer lagrimas de impotencia.

Buscó mentalmente una explicación, pero ninguna le servia. Lo unico que veia claro es que su novio estaba abrazando cariñosamente a su enemiga declarada. La que sabia perfectamente que iba detras de él.

La estaba abrazando. Y ella a el. Y la estaba acariciando la espalda.

Idiota. Mil veces idiota.



¿Que hubiera sido? ~Diego&Roberta~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora