44. A ella no

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Todo había pasado demasiado rápido.
Había buscado junto a Giovanni a Roberta por todo el colegio sin encontrarla. Cosa que le estaba llevando a la desesperación.

Con cuidado de que nadie les viese habían salido para seguir buscando por el bosque que rodeaba al Elite, ya sin muchas esperanzas de encontrarla.

-Se la llevó, deben estar en otra parte, lejos del colegio

-Es imposible Diego, no pueden andar lejos. No ha pasado tanto tiempo para irse a la china con ella.

-¿Y DÓNDE ESTÁ EH?

-Esperate, si no nos calmamos si que no la vamos a encontrar.

"Suéltame imbécil"

No hizo falta nada más para que salieran corriendo en la dirección de donde provenia ese grito y cuando llegaron lo que vieron no pudo ser más desgarrador.

Estaba encima de ella, mientras lloraba y luchaba para quitarsele de encima ya sin fuerzas, casi dejando de luchar.

Fueron apenas dos segundos los que la rabia tardó en apoderarse de él. No, eso no le iba a pasar a ella, y mucho menos mientras que él estuviese ahí para protegerla.

Se lanzó sobre la espalda de Rodrigo y cogiéndole por la chaqueta de su uniforme le despegó de Roberta y lo lanzó varios metros lejos de ella para despues lanzarse con toda su rabia sobre él y empezar a darle puñetazos sin ser consciente de la fuerza que estaba ejerciendo y mucho menos, de las lagrimas de impotencia que salían de sus ojos.

Giovanni corrio donde estaba Roberta casi inconsciente y la tapó con su sudadera mientras intentaba hacerla reaccionar.

-Roberta, escuchame, despiertate. Maldito cobarte, mira como te dejó- Como pudo la cargó viendo que tenía un labio partido y uno de sus pómulos amoratados comenzaba a hincharte. La llevó hasta la roca más cercana para sentarla cuando vio que abría los ojos de nuevo- Eso es choky

Tardó unos segundos en caer en la cuenta de lo que estaba pasando. Estaba aturdida, pero reaccionó cuando vio como Diego estaba dando una paliza a Rodrigo.

-No...Diego, dejalo.

Pero no la escuchaba. Estaba cegado. Se había atrevido a secuestrarla y hacerla daño. A su Roberta.
Y aunque había llegado a tiempo, no había podido evitar que la golpease y la tocase sin su consentimiento.
En su cabeza solo resonaba el grito de ella pidiendo que la soltase y cuando más lo escuchaba, más golpeaba al miserable que ahora apenas se movía.

Los brazos de su amigo le rodearon y le alejaron de Rodrigo. Quiso volver a lanzarse sobre él pero Giovanni se puso delante.

-Ya Diego!!! Lo vas a matar!!!

-Eso quiero

-Mira nada más como está Roberta! Ve con ella carajo!

Se dió la vuelta y la miró. Bastó verla mirandole con súplica mientras lloraba para ir corriendo a abrazarla, notando como la chica le rodeaba con sus brazos y rompía a llorar aún más fuerte.

-Ya mi amor, estoy aquí. Tranquila, estoy aquí.

- Me intentó...

-Ya lo sé chiquita. Te juro que si hubiese podido evitarlo...te juro que le hubiese matado antes de que te hiciese daño.

Se separó de ella y la miró, examinando hasta donde había llegado ese desgraciado.
Vio los moretones en su cara, el labio partido y la camisa del uniforme desgarrada. Abrochó la sudadera que Giovanni le había colocado para taparla del todo y le dió un beso en la cabeza mientras lloraba con ella.

-Diego, tus manos

Entonces se dió cuenta de que tenía los nudillos sangrando a causa de los golpes que le había dado a Rodrigo. Pero no le dolia nada comparado con imaginarse lo que había estado a punto se pasar si hubiesen llegado solo unos minutos más tarde.

Se separó de ella y se encaminó dónde estaba Rodrigo intentando recuperarse y cogiendole del cuello de la camisa le levantó del suelo y puso su cara a milímetros de la del jefe de la logia.

-Reza para que te expulsen del colegio. Porque te juro que si no, cada vez que me cruce contigo va a ser un infierno y si te vuelvo a ver cerca de ella, te mato. A ella no la tocas.

Le soltó haciendo que volviese a caer al suelo y volvió junto a Roberta volviendola a abrazar.

Giovanni se había encargado de utilizar la cuerda con la que Rodrigo había atado a Roberta para ahora atarle a él y empujarle de vuelta al colegio seguido por Diego y Roberta mientras le iba pegando en la cabeza y soltando insultos.

Mientras volvían no pudo evitar sonreir. Estaba bien y todo gracias a él. Siempre estaba cuando tenía que salvarla.
Se aferró más a él mientras caminaban, sintiendo que le tenía al menos más cerca que en las últimas semanas.

¿Que hubiera sido? ~Diego&Roberta~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora