35. Tal y como es

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Seguía mirandola fijamente, estático y solo pudo maldecirse de nuevo mentalmente por haber provocado esa situación al verle así.

Le recorrió con la mirada. Llevaba la ropa del día anterior cuando le había visto por última vez y una lata de cerveza en la mano.

Cerró los ojos fuertemente al imaginarse como lo había pasado el.

Se acercó a ella y rodeó con la mano que tenía libre la mejilla de la chica, acariciando su cara con el pulgar y pegó su frente a la de ella.

-Por qué me hiciste esto eh? Por qué jugaste conmigo? Yo te he querido más que a nada en el mundo Roberta

-Diego...

-No me digas nada. Solo quedate conmigo

-Estas muy borracho bebé. Mejor te acompaño a tu cuarto y mañana hablamos cuando estés más tranquilo. Las cosas no son como tu crees.

-Y que se es lo que creo Roberta? Ya no se que creer por dios!! Me mentiste todo este tiempo!! Te fuiste, te esperé, te extrañé como un imbecil. Me tragué todo mi maldito orgullo para estar contigo, porque pensaba que tu tambien me querías, y has jugado conmigo. Era una de tus bromitas?

- Y te quiero maldita sea. Pero mira nada más cómo estás! Por que haces esto eh? Que no ves que así solo te haces daño?

-Tu me haces más daño que el alcohol

-No me digas eso...

-Por qué lo hiciste? No ha sido porque querias verme asi?? Pues aquí me tienes. Ya me has destruido.

Llevó sus manos a la cara del chico, obligándole a prestarle atención mientras sin poder evitarlo había comenzado a llorar.

-Escuchame bien, todo, absolutamente todo lo que he hecho ha sido precisamente para no verte destruido. Sé que no entiendes nada, y no es algo que tengamos que hablar cuando vas borracho. Pero te quiero imbécil, más que antes incluso. Y creeme cuando te digo que la que está muerta por dentro soy yo ahora mismo.

-Y si tanto me quieres, por qué me dejaste eh?

-Te juro que te voy a contar todo, pero no así, no ahora.

-Te juro que he pensado mil formas de devolverte el daño que me has hecho. Incluso pensé en enredarme con cualquier vieja pero...no puedo...-Fue acercandose poco a poco quedando a milimetros de la boca de la chica que ya estaba temblando

-No hagas esto Diego...

Un roce fue lo que bastó para que se dejase llevar mientras él se apoderaba de su boca. Rodeó su cuello con los brazos y le atrajo hacia si profundizando más el beso.
Iba borracho, sabia que no estaba en sus cinco sentidos pero le necesitaba y sabía que quizás su error no tenia remedio y era la última vez que le tenía tan cerca.


El dolor de cabeza no le permitió seguir durmiendo. Donde estaba?
No recordaba como había llegado a su habitación. Solo podia acordarse de empezar a beber como un loco cuando ya no soportaba el dolor.
El dolor que ella le había causado.

La maldijo de nuevo. Le había mentido, había jugado con él.
Pero había algo que no cuadraba.

Ella nunca habia sido así. Podía estar loca, podían chocar, pero no haría daño a nadie de gratis.

Entonces como si de un sueño lejano se tratase vino una imagen a su cabeza.
Se incorporó en la cama descubriendo que estaba solo, que sus amigos no estaban.

-Que quisiste decir con que las cosas no son como creo Roberta?

Dos toques en la puerta le hicieron salir de sus pensamientos e inmediatamente su amiga entro en la habitación con toda la energía que a él le faltaba en ese momento.

-Mia, neta no tengo ganas de ver a nadie

-Te callas y me escuchas Bustamante. Lo que tengo que decirte es importante.

-No puede esperar?

-No. Si no aguantas la cruda no haber bebido tanto.

-Mia...

-Te dije que te calles.

Miró estupefacto a la castaña que tenía delante disparandole con los ojos. Sabía que estaba enojada, y que efectivamente tenía que quedarse callado.

-Me tuviste en un sin vivir. Estuve buscandote todo el día caray! Diego, tu sabes lo dificil que es ser yo, y wey, estos dias ha sido más dificil que nunca por ti. Lo unico que me faltaba era que me llamase Roberta para decirme que mi amigo estaba borracho y tenia que ayudarla a traerte a la habitación porque a penas y podías tenerte en pie.

-Yo...

-Esperate. Hay cosas que tienes que saber. Le pedí a Roberta que me dejase hablar contigo.

-Mia, me estais volviendo loco. Que mierda está pasando que no me entero? Parece que todo el mundo sabe algo sobre mi que yo no

-Hace unos dias escuche a la meserucha hablar por teléfono...con tu papá. Dijo algo que me hizo comprender la insistencia de esa chica contigo. Diego, tu papá contrató a Paula para que se acostase contigo.

-QUE?

-Y eso no es todo. Hablé con Roberta y...

-Roberta sabía esto?

-Si, pero esperate. No quisimos decirte nada hasta tener pruebas. No podiamos acusar a tu papá sin más, teniamos las de perder. El caso es que conseguí algo, pero cuando llegue para enseñarselo, solo me encontré a Roberta en el suelo llorando.

-Llorando?

-Si. Diego, yo sé que hizo mal. Se aventó como siempre y no pensó. Sabes que peca de eso. Pero...tu papá la amenazó. La obligó a dejarte. Y yo llegué tarde. Si hubiese conseguido algo antes ella hubiese podido defenderse y no verse presionada a hacer lo que hizo. Toma

Vio las fotos que Mia le dio. Las analizó.
Se veia perfectamente a su padre dando dinero a Paula, después besandose con ella, acariciándose y despues entrando al edificio donde supuso que residía ella.
No lo podía creer. Era su papá.
Por qué tenía esa necesidad de controlar hasta con quien se acostaba?
Pero ya daba todo igual.

-Esto no cambia nada

-Que? Diego, lo cambia todo.

-Tendria que haber confiado en mi. Contarme lo que estaba pasando. Habría luchado con ella contra lo que se me pusiese delante.

-Que quieres decir?

-La quiero Mia. Más que a nada en el mundo. Pero no puedo estar con ella.

¿Que hubiera sido? ~Diego&Roberta~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora