12. Cuidado

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Sus amigos llegaron corriendo a la mesa donde se había sentado minutos antes con Alma.

-Diego, Diego! La viste???

-¿A quién?

-A la nueva pollota, la mesera!

-Ah, si

-Como si? La viste bien wey? Está como quiere la condenada

-No me fijé

-Bueno que te pasa eh? Tu no eres mi amigo. La choky te ha cambiado

-Ya Giovanni, alivianate. No me fije porque estaba hablando con Alma. Pero aún así, no me interesa neta

-Wey, pero está buenisima

-Quieres que la aplauda o qué?

En ese momento fue Mia la que llegó junto a Vico y Celina y se sentó junto a ellos.
Enseguida la nueva camarera se acercó al grupo de amigos para atenderles.

-Hi honey! Eres nueva cierto?

-Si, hoy es mi primer día aquí

-Ay que linda! Cual es tu nombre?

-Paula

-Yo soy Mia Colucci, y ellas son mis mejores amigas Vico y Celina. Y los chavos son Giovanni, Tomás y él es Diego.

Entonces lo vio claramente. Notó como la chica se quedaba fijamente mirando a Diego sin que este la prestase atención e inmediatamente su instinto protector se activó.

-Y que puedo servirles? - Mientras todos hacian sus pedidos, Paula mantenía su mirada sobre Diego con los ojos brillantes, por lo que Mia, discretamente, puso su mano sobre la rodilla de su amigo. Diego no se sorprendió, siempre había tenido mucha confianza con Mia y no era raro que se abrazasen o se hiciesen cariños como hermanos que siempre se habían considerado.

No sabía por qué, pero sentía que debía esa protección y fidelidad a su eterna enemiga. Habría otras maneras de hacerse la vida imposible, pero jamás dejaría que alguien intentase meterse con ella, o con alguien con quien pudiese destruirla.
Sabía lo que su mejor amigo sentía por Roberta, y lo que ella sentía por él y lo iba a proteger, al menos hasta que estuviese de vuelta.

Despues de comer solo quedaron en la cafetería Diego, Giovanni y Mía.
Paula se mantenía en la distancia vigilando cualquier movimiento de la castaña y su objetivo. No sabía si había interpretado correctamente el gesto cariñoso de la chica con Diego y quería asegurarse de que no era más que una compañera para que su trabajo no le resultara tan dificil y tuviese que buscarse las mañas para deshacerse de ella.

-Acuerdense que en media hora tenemos reunión en la bodega

-Ay, Giovanni, por qué no vas a buscar a Lupita y al charrito montaperros y hablamos aquí? No hay nadie y así mientras me tomo mi zumito detox.

-Mira,Mia Colucci, voy porque yo tambien necesito tomarme mi zumito detox. Este maravilloso cuerpo hay que mantenerlo

Se fue cantando en busca del resto de sus compañeros de banda mientras Mia y Diego reian. Mía había conseguido su objetivo, quedarse sola con Diego.

Pudo notar la seria expresión de su amiga sobre él y se volteo para mirarla. Sabiendo que tenía algo que decirle.

-Acuerdate de lo que me dijiste el otro día. Roberta es distinta a todo lo que conocemos. Si la dañas, si la destruyes...la pierdes. O peor, te asesina.

-No tengo ninguna intención de perderla

-Ten cuidado con la meserucha, es una zorra

-¿Qué?

-Hazme caso, no me gusta como te mira

-No te preocupes Mía. Creeme, ahora mismo no hay nadie que pueda interesarme más que Roberta. Y no pienso, ni por asomo, permitir que nada estropee lo que tengo con ella.

En ese momento llegó Giovanni junto a Lupita y Miguel, el cual despeinó a Mía cuando pasó por su lado.

-Ayyy, eres un naco, me chocas caray

- Bueno ya, no peleen. Chavos, como no está Roberta pensé que mientras podríamos ensayar nuestros solos. Mía, la canción que escribiste podemos ir poniendole música.

-Sii, ay Lupita, gracias porque ninguno de estos changos prestó atención a mi canción.

-A cual? La ñoña o la más ñoña?

-Callate Miguel! Te encantan mis canciones

Los siguientes dias pasaron entre programación de exámenes, tareas y más tareas.
Paula había intentado acercarse de varias formas a Diego, pero cada vez que pensaba que lo lograría habia algo que se le ponía en medio. Si no era Mía, era Giovanni coqueteando con ella. Incluso el propio Diego ponía impedimentos sin ser consciente no quedándose solo ni un segundo o no apareciendo por la cafetería en todo el día. Le iba a ser muy dificil, jamás la habian ignorado tanto como ese muchacho. Y se había convertido en un reto personal para ella, no dejar que se le escape.

Aprovechando el silencio de la noche y que Gastón ya había hecho las rondas y se había retirado, cogió su guitarra y salió a sentarse en el pasto del jardín. Aunque últimamente no le saliesen las palabras para componer, siempre tendría esas canciones que le habían salido del corazón y que solo con cantarlas conseguían que se evadiese de todo.

Por un momento había echado marcha atrás en el tiempo, justo a ese momento. Navidad, su guitarra y esa voz que reconocería desde cualquier lejanía junto a la suya.

"Una canción para ti, para mi. Y que nos llegue al pensamiento para vivir y expresar todo lo que yo siento. Quiero tenerte"

Un sonido conocido le hizo abrir los ojos y salir de su burbuja. Su teléfono sonaba en el bolsillo de su pijama. Lo sacó y miró la pantalla, no conocía el número y dudo si contestar, pero algo le decía que tenía que hacerlo.

-Bueno?

-Hola muñequito

¿Que hubiera sido? ~Diego&Roberta~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora