50. Tormenta

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Hacía dos semanas que no era capaz de dirigirle la pabra al que no sabia si seguía siendo su novio o ya era de nuevo ex.
No habían mantenido esa conversación, se había sentido traicionada por él y por Mía. Aunque en realidad había sido solo una escusa cobarde por su parte para darse su propio espacio por lo que de verdad le estaba pasando.

"Y si no vuelvo a soportar que me toquen? Y si no puedo soportar que Diego me toque? Y si no puedo estar nunca con él?" Le habia comentado a Luján el día que le dijo a Diego que no le volviese a hablar.

Él había intentado hablar con ella en varias ocasiones pero habia conseguido escapar haciéndose la enfadada. Y sentia lastima y rabia al ver la angustia del chico por querer acercarse a ella.

Mia tambien lo habia intentado pero esta estaba bastante más dolida con ella que Diego. Habían vuelto a su relación de insultos y jugarretas. Y también la echaba de menos.

Llevaba dos horas en su habitación pensando en todo lo que había pasado. Las sesiones con el psicologo que su madre habia programado apenas le daban resultados. A veces incluso sentia que se daba más asco a si misma. El psicologo le había dicho que se apoyase más en sus amigos y eso había hecho, incluso habían programado un viaje a Canadá en las vacaciones junto a Lupita, Lujan, Teo, Nico y Miguel y tenía la esperanza de que fuese ahi donde se solucionase todo, sobretodo con Diego, que el poner distancia sirviese de algo.

Eran las 11 de la noche, Gastón ya habia hecho las rondas pero Lupita se las había ingeniado para salir de su cuarto e irse a la sala de estudio a preparar el examen del día siguiente y Lujan para ir al gimnasio. Estaba completamente sola, y tranquila, nada podia pasar. Pero su tranquilidad fue sustituida por un apretón en el pecho cuando escuchó el primer trueno de la tormenta que estaba viniendo.

-No manches.




Sonrió al escuchar el trueno mientras sus amigos le miraban extrañados.

-Se te zafó o qué?

-Hay tormenta

-Y? Hacemos una fiesta y llenamos la habitación de pollotas por eso o qué?

-No seas estupido Giovanni, además, yo tengo novia.

-Bueno, yo más bien diria que no eh Diego. Roberta ni te mira wey, mejor superalo.

-No hemos cortado. Además, Roberta se muere por mi.

-Uy si, no vengas acá de galancito porque llevas dos semanas babeando detrás de ella y ni te pela eh.

-Si eh, yo más bien creo que Roberta ya se aburrió de ti y eres tu quien se muere por ella.

-En cinco minutos como máximo Roberta va a estar acá, en mi cama durmiendo conmigo.

-Ay si, adivino tu

-Apuestan?

-Mi coleccion de cds

-Tomas...

-Que? Sé que no vas a ganar.

-Ok. Pues tu coleccion de cds, y si pierdo yo, te quedas con la mia

-Hecho. Se dieron las manos y se metieron cada uno en sus camas.

-Dos minutos Diego.

Suspiró cuando se encontró frente a la puerta del cuarto de Diego, no sabiendo si lo que estaba haciendo iba a tener consecuencias pero era el único que le daba la paz que necesitaba cuando había tormenta.
Estuvo a punto de darse la vuelta y regresar a su habitación pero un trueno mucho más fuerte le hizo abrir la puerta de golpe y correr hacia la cama de Diego, quien la estaba esperando sujetando el edredón para cobijarla.
Se acopló perfectamente junto al cuerpo de él que enseguida se dedicó a abrazarla tras hacer un gesto de victoria con el brazo frente a la cara de sorpresa de sus amigos.

-No mames, perdiste Bisbal

-No se vale, Diego, lo tenias planeado

-De que hablan?

-Nada, sabía que ibas a venir

-Ni te acostumbres muñequito- Sintió como se reia al nortar como su pecho subió y bajo rapidamente y le dio un beso en la cabeza mientras le acariciaba el pelo, sabiendo que eso la tranquilizaria.

-Buenas noches intensa.

¿Que hubiera sido? ~Diego&Roberta~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora