Capitulo XLII

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Salgo a pasos rápidos del baño, me acerco a la maleta y dejo la ropa en bollos

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Salgo a pasos rápidos del baño, me acerco a la maleta y dejo la ropa en bollos.

No hay tiempo para doblar.

Debí ponerme la alarma. El lugar hizo una fiesta de despedida y nos quedamos hasta tarde, no tuve tiempo de guardar todo.

El tiempo aquí se me hizo eterno, por alguna razón. Pero la pase bien, la mayor parte.

La cierro y la dejo en la cama, camino hacia el armario al mismo tiempo que escucho la puerta.

—¿Donde estabas?, falta que guardes toda tu ropa —lo miro unos segundos

—Fui por un café. No te apures, dijeron que nos daban media hora más.

—Lo se, pero es mejor no dejar las cosas para lo ultimo.

Abro los cajones y saco mi maquillaje, lo miro de reojo cuando se acerca. Noto su mirada en mi trasero descubierto y como va disminuyendo sus pasos.

—No te...

Me da una fuerte palmada, jadeo y me sostengo del mueble al irme para adelante. Lo miro mal mientras se va al baño como si nada, tomo uno de mis labiales y lo arrojo a su cabeza.

Se detiene y me mira lentamente, parpadeo.

Se gira, vuelve a acercarse a mi y me cruzo de brazos, levanto mi cabeza.

—¿Qué? —arqueo mis cejas—, ¿qué harás?

Me mira unos segundos neutro y me resisto a no retroceder.

Estira su mano y la coloca en mi rostro, aplasta mis mejillas con ella.

—Atrevida —murmura

Me hace retroceder y me gira contra el mueble, me inclina sobre el. Coloca sus manos en mis caderas y me levanta, mi abdomen se apoya en la madera haciendo que algunas cosas se caigan.

Sonrío mientras giro mi cabeza, no pierde tiempo y baja mis bragas de un movimiento. Baja su pantalón liberando su miembro, me mira.

—Te encanta hacerme enojar, ¿verdad? —humedece sus dedos y luego acaricia mis pliegues con ellos, jadeo

Disfruto de su toque por unos segundos hasta que reemplaza sus dedos por su miembro, me penetra de un movimiento y gimo fuerte. Cubre mi boca antes de que termine y me jala hacia el, suelta un gemido gustoso en mi mejilla.

Vuelvo a gemir por ello, coloco mi mano en su muñeca mientras comienza a embestirme. Cierro mis ojos, jadeo sobre su palma y me enciendo más al escuchar sus jadeos de cerca.

Su otra mano va hacia mi rodilla y la levanta para colocarla en el mueble, aprieto mis parpados al sentirlo en profundidad.

Saca su mano y mis gemidos se hacen escuchar, me aferro a su brazo.

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