La universidad Wandlung, una de las más famosas de la ciudad y prestigiosas. Su reputación cada vez es mejor y todo gracias a la fraternidad "Alpha", regida por los hombres considerablementes más populares de la universidad.
El lider, William Wang...
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—Ya se dijo, la fiesta será con tenue roja y los disfraces negros o blancos. Así que —aplaude levemente—. Ideas.
—Yo iré de gatubela —dice una de las chicas deteniéndose en un disfraz
—Yo decía ideas para mi —la detiene Venus
—Vinimos todas a comprar así que cada una se lleva un disfraz —hablo yo—. Miren, aquí hay un vestido de policía.
—¡Es mío! —miro a Nina cuando empuja a Astrid para alcanzarlo
Frunzo el ceño mientras se van para pelear, giro mi cabeza hacia Venus que se concentra en un disfraz de enfermera.
—Me gusta, pero no —la sigo cuando camina
—¿Ya te decidiste que regalarle a Brian?
—Si —asiente—. Seré yo —me mira sonriendo—, seguiré tu consejo y le daré la noche de su vida.
—Suena bien —toco la tela de la ropa
—Haré que se haga eterno, ¿quieres saber como? —comienza a susurrar
—Déjame adivinar —finjo pensarlo—. ¿Droga?
—Si —asiente emocionada, ruedo los ojos—. Pero una legal no te preocupes. Bueno, dos. Ya sabes, viagra para el, addyi para mi.
—Se le caerá el pene de tanto que consume. Y tu terminarás dormida en el pasillo con la mezcla que siempre haces.
—Que poca fe me tienes, yo no soy así.
—¿Sabes cuantas veces te levante del suelo?, ¿o detuve a algún depravado que te llevara?, y ni hablar de las veces que tuve que pagar de más el taxi porque los vomitabas.
—Oh —cubre su boca—. Eres tan buena, Emma —me abraza unos segundos—. Quien diría que serias mi única amiga fiel. Nunca te lo dije pero tuve muchas amigas que me apuñalaron por la espalda. Por eso soy tan descuidada, no estoy acostumbrada en pensar que alguien me cuida y no tengo consideración. Como lo siento.
Me vuelve a abrazar y sonrío, palmeo su espalda.
—Ya. En realidad nunca tuve amigas así que intento dar lo mejor por las dudas —me mira
—¿Cómo es eso?
—Como tu, solo tuve personas que me dieron en la espalda —respondo
—Hijas de puta. Hay que anotar a cada una en una lista y partiles la madre. Juntamos enemigas y nos hacemos sicarias.
Rio levemente.
Nos hicimos unidas tan rápido que es ahora cuando me doy cuenta que tengo una amistad real.
—Te apoyo.
Sonríe y luego mira detrás mío, jadea.
—Santo demonio, acabo de encontrar el disfraz perfecto para los dos —murmura, toma mi brazo para luego arrastrarme
