Wandlung

Capitulo XXXIX

—Yo también te amo, adiós —cuelgo

Dejo el teléfono a un lado al mismo tiempo que escucho la puerta abrirse, frunzo el ceño.

—¡Feliz cumpleaños!

Me cubro con las sábanas cuando se abalanza hacia a mi, me quejo al sentir su cuerpo aplastarme.

—Venus —gruño

—¡Feliz cumpleaños, enana nalgona! —saca las sabanas de mi rostro y me roba un beso—. Vamos por alcohol.

—Son las once de la mañana —me incorporo, mientras me estiro

—Es tu cumpleaños, no hay limites. Vamos, tenemos que hacer actividades —me sacude

—Espera —me quejo—, tengo algo de resaca, déjame descansar más —vuelvo a recostarme

—¿Resaca?, ni siquiera te levantaste recién. Te escuche hablando por teléfono, ¿con quien lo hacías? —entrecierra los ojos

—Era mi madre —frunzo el ceño—, dijo que pronto me enviará un regalo —sonrío

—Que suerte tienes, tienes padres sanos mentalmente —se queja, miro hacia otro lado

Si, a veces.

—Bien, vamos, ponte linda —sale de la cama—. Conseguí un short que cubrirá esas nalgas violetas y mordidas —mueve una bolsa en su mano

Hago una mueca.

—Me pone de mal humor no poder estar en bikini —murmuro

—Aun así podrás disfrutar —se vuelve a sentar—. Además, podrás ponértela en los jacuzzis, ahí nadie se da cuenta.

Suspiro, saco las sabanas y salgo de la cama.

—Quiero comer algo primero.

—Genial, pediremos un desayuno especial —sonríe y levanta sus cejas

Camino hacia el baño y cierro la puerta, me dirijo al espejo. Me miro unos segundos, tomo mi cepillo de dientes.

Anoche fue extraño. Es decir, antes de perder la conciencia, recuerdo haber estado con William. Estaba mas ebrio que yo y por eso lo entendí mejor, se que estaba diciendo balbuceadas, pero no puedo dejar de pensar en eso.

Se mi novia.

Sacudo mi cabeza.

Fue el momento, si le pregunto ahora estaría de acuerdo conmigo de que estaba diciendo tonterías, luego lo comprobare.