Capitulo XVIII

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—Todos aquí tienen entre dieciocho años para arriba, de verdad considero una pena que lo ultimo que sepan es como comportarse con esa edad

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—Todos aquí tienen entre dieciocho años para arriba, de verdad considero una pena que lo ultimo que sepan es como comportarse con esa edad.

Continuo sonriendo, mientras los directivos regañan uno por uno. Busco con mi mirada a la renacuajo y no la encuentro, probablemente debe estar intentando salir por la ventana de la cabaña.

Dulce y diabólica Emma.

—Es una suerte que mañana volvamos. No quiero tener que arriesgar a que quemen todo el bosque —comienza a alejarse—. Ahora vayan a dormirse. Y nos aseguraremos que cada uno pise su carpa. Así que, muévanse.

Comenzamos a movernos y mientras me acerco a la carpa veo a Brian a lo lejos, camina hacia a mi con una sonrisa.

—Eres genio, Willy —empuja mi hombro—. Tuve por primera vez a Venus en mi mano. Me costó una tunda pero valió la pena.

—Se lo merecían, estábamos siendo muy blandos.

—¿Entonces todo salió bien con la reina diabólica?

—Entiendo tu entusiasmo pero si te no te diriges a ella por su nombre como se debe, recibirás una segunda tunda hoy.

—De acuerdo.

—Y si, todo salió bien.

No tanto como espere. Ella es dura de doblegar, logra firmemente hacer todo a su manera. Aún así, eso me prende más. Y además al fin y al cabo, la tendré como siempre quise, debajo mío. Se esta volviendo un necesidad desde que lo hicimos por primera vez, eso pasa por estar con las ganas por mucho tiempo.

—¿Y donde esta ahora?

—No lo se.

Probablemente planeando su siguiente plan. No quiero tener que buscarla, seria capaz de lanzarme un cuchillo si me ve.

—Cuando lleguemos teníamos planeado una fiesta, queríamos consultártelo.

—Claro —me encojo de hombros

Se detiene y coloca su mano en mi hombro para que también lo haga, inclina su cabeza.

—En Las Vegas.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo que en Las Vegas?

—Es nuestro ultimo año como fraternidad y nos propusimos dejar marca, una fiesta en Las Vegas subiría nuestra reputación.

—Si, y nuestra expulsión de la universidad luego de que todos terminemos en la cárcel —frunce el ceño—. Eso es imposible, Brian. Primero porque todos saben que en ese lugar hay miles de personas y Dios sabe que pasará si todos se mezclan entre ellas. Además, no tenemos tanto dinero. Ni para el casino, hotel o el viaje.

—Lo se. Es por eso que tenia pensado juntar nuestro dinero con alguien más —arquea las cejas

—Ya te dije que no pediré dinero a mis padres, te lo dije millones de veces.

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