Capitulo LXVII

4.8K 408 103
                                    

—No puedo creer que tenga que cortar mis vacaciones por una sola materia —agita la hoja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puedo creer que tenga que cortar mis vacaciones por una sola materia —agita la hoja

—Te pasa por estar distraída, aunque tengo que admitir que pensé que seria más de una.

—Eso es porque me subestimas —me mira de reojo—. Mira, te pase en esta —pone la hoja en mi rostro

—Muy bien —suspiro—. Al menos ahora estamos oficialmente de vacaciones.

Me tiro en la cama, me quejo cuando se abalanza encima.

—Así es, tenemos que irnos a un lugar con calor. Vámonos a Cuba.

—Quítate —gruño, intentando sacarla

—O podemos irnos a... —se queda callada—. ¿En que lugar hace calor?

—Yo no me iré a ningún lado, excepto en navidad y año nuevo.

—¿Me llevas contigo? —gira su cabeza hacia a mi

—No.

—¿Por qué no? Yo me porto bien —pestañea

Hago fuerza y la saco de encima, me siento en la cama mirándola mal.

—No, no lo haces —lo pienso un poco—. Aunque le caerías bien a mi mamá.

—¿Ves? —sonríe—. A mi también me caerá bien tu mamá, en especial porque esta... —la miro mal—. Muy bonita.

La verdad dije que no por instinto, nunca antes había llevado a una amiga, en ninguna situación.

—Esta bien, puedes venir —sonríe

—Llevaré un rico champán —se levanta—. ¿Y Brian puede venir? Seria como mascota.

—¿Es una broma?

—Si.

Giro mi cabeza en cuanto escucho la puerta, levanto una ceja al ver a William.

Nos mira a ambas algo serio.

¿Y a este que?

Se acerca a mi a paso lento y se inclina para rodear mi cintura, ruedo los ojos cuando me eleva.

—Que tierno el cavernícola —escucho a Venus mientras me lleva

—¿Qué haces? Suéltame antes de que alguien nos vea.

Me suelta al salir de la habitación pero sigue sujetando mi cintura, sonríe.

—Me voy en unos días, renacuajo. Así que me aseguraré de tenerte pegada a mi.

—Vaya, te levantaste en modo sanguijuela hoy —toco su nariz y borra su sonrisa

—Y tu en modo graciosa, estoy hablando en serio.

—¿Acaso piensas que no tengo otras cosas que hacer? —me cruzo de brazos—. Por ejemplo, hoy debo comprar un lindo vestido rojo para tu fiesta.

—Bien, vamos —vuelve a levantarme

WandlungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora