La universidad Wandlung, una de las más famosas de la ciudad y prestigiosas. Su reputación cada vez es mejor y todo gracias a la fraternidad "Alpha", regida por los hombres considerablementes más populares de la universidad.
El lider, William Wang...
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—Parecemos brujas bailando así —río ante el comentario de Venus, mientras seguimos bailando
—Ojalá fuera una bruja, seria más poderosa de lo que ya soy —tiro mi cabello hacia atrás y ríe
—Vanidosa desgraciada —me abraza y río más fuerte, creo que es de las que esta mas ebria
—Venus, te dije que no tomaras tanto, los directivos pueden llegar en cualquier momento.
—Si, bueno, díselo a ellas —señala a las chicas, quienes lucen igual o peor que ella—. Se gastaron todo el alcohol, incluso el que los chicos trajeron —balbucea
—Oh, los chicos. Creo que tenemos que desatarlos, si llegan los directivos y los ven atados sabrán que fuimos nosotras. Tenemos que desatarlos así cuando intenten acusarnos no les crean —camino hacia el bosque con sus pasos torpes siguiéndome
Ríe mientras abraza mi brazo.
—Me gusta tu maldad, Emma querida. Tu familia debe ser una clase de villanía —río
—Algo así.
Caminamos hacia el bosque al mismo tiempo que una de las chicas se nos cruza junto a otra. Nos detenemos mientras ellas ríen, sosteniendo una soga.
—Miren lo que encontré —la levanta—. ¿Jugamos a saltarla?
Frunzo el ceño.
—¿Por qué hay una soga de más?
—No lo se, la encontramos por ahí —se encoje de hombros mientras vuelve a reír
—No había soga de más, era el numero justo para los chicos —dice Venus a mi lado
—¿Entonces de donde salió esa?
—Nosotras también encontramos una —Astrid se acerca junto a otra, parpadeo
Compartimos una mirada de confusión, el alcohol parece nublar nuestra mente pero luego la lógica llega a nosotras.
—Se soltaron.
—Sip.
Venus vuelve a reír y yo miro hacia todos lados. ¿Por qué no aparecen aún?, ¿Por qué se esconden?, ¿qué planean?
—Venus, ya para de reírte —la regaña Astrid con nervios
—Nos van a patear el trasero —continúa riendo—, o al menos nalguearlo.
—Shh, no harán tal cosa —la miro—. Solo, vamos a nuestras carpas y cerrémosla, no podrán entrar.
—Bien.
En un modo automático comenzamos a correr, arrastro a Venus conmigo ya que apenas puede caminar y llegamos a nuestra carpa que recuperamos. La meto primero y luego yo, la cierro mientras suspiro.
