cap.12

54 7 0
                                    

Ángela

Demon conduce lo más rápido que puede. Presiono aún más la herida cortando en lo posible la pérdida de sangre.

Honestamente esto me preocupa bastante, en el hospital a Valeria le sellaron la herida con unto más una mezcla de silicón con el que se supone es casi imposible que las heridas se habrán después y digo casi porque al parecer esa regla no aplica para Valeria.

―Come pensi che sia l'inferno? ―me pregunta en un susurro Valeria. Por culpa de la pérdida de sangre está empezando a delirar.

(Come pensi che sia l'inferno? ― ¿Cómo crees que es el infierno?)

―Si Demon no se apresura lo vas a descubrir ―respondo provocando que ella ría como psicópata. Esta mujer da miedo hasta cuando esta moribunda.

― ¡Llegamos!

Demon corre para abrir la puerta, alza a Valeria sacándola del auto, me adelanto para lograr sostener la herida de la chica que alucina en sus brazos.

― ¡Esto es divertido! ―sus brazos logran elevarse un poco, no tiene fuerza para levantarlos por completo.

La pérdida de sangre en grandes cantidades provoca fuertes alucinaciones, desmayos y lo más probable es que el acto final sea la muerte.

―Llévala a su habitación ―le ordeno a Demon, quien acata mi orden inmediatamente, nos dirigimos a su habitación y como si se tratase de una pluma delicada Demon la deja con suavidad en la cama.

― ¿En qué te ayudo? ―pregunta con su voz temblorosa.

―Trae esa mochila de ahí ―rasgo lo que queda de su camisa.

Demon me pasa la mochila y saco un par de compresas junto a alcohol.

―Ella va estar bien ¿verdad? ―no le respondo y es que siendo sincera no es normal que las suturas se hayan abierto.

Limpio la herida, saco unas cuantas agujas con un hilo quirúrgico que con suerte resistirá hasta que encuentre una respuesta coherente para lo que paso con las otras suturas.

Empiezo con mi trabajo cociendo la herida de nuevo, lo hago con prisa y aunque me incomode el que Demon se encuentre pegado a Valeria no digo nada, solo me concentro en salvarle la vida a mi amiga.

―No deberías sedarla antes de hacer eso ―la voz le tiembla al ver como inserto la aguja.

―Perdió mucha sangre, si la sedo puede entrar en coma o morir ―soy realista ―Además la conozco bien, y sé que no es la primera vez que le cosen una herida sin anestesia ―no miento.

Después del secuestro de Maximiliano encontramos a Valeria crucificada, literalmente, estaba clavada a una cruz de madera, con unas cuantas suturas en su cuerpo mal hechas por supuesto, por eso sé que no es la primera vez.

Valeria alucina cada vez más, balbuceando el nombre de sus padres, hablando sobre su infancia pero sobre todo mencionando el nombre de Maximiliano sin sentido alguno. Me duele saber que a su corta edad está llena de traumas, el saber que nadie puede ayudarla no porque no quieran, no se hace porque ella no lo permite.

Termino y reviso su cuerpo en busca de alguna anatomía, algo que me dé una pista de que sucede. Tomo sus signos vitales y chequeo la respuesta de su cuerpo ante las suturas.

―Listo ―limpio bien las suturas antes de cerrarlas por completo y ponerle una gasa encima por si se vuelven abrir.

Demon retira el seguro de la puerta abriéndola y de inmediato entra Tania bastante alterada preguntando por su amiga la cual se encuentra medio dormida.

Mi infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora