cap.30

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Lo que pasa en Italia se queda en Italia parte II

La noche del bar

Italia

Ángela

Me llevo la botella de tequila a la boca y el líquido bajo por mi garganta quemándola, ¿Cuánto he bebido? No tengo ni la más mínima idea, me levanto y camino a la pista de baile buscando a Valeria. La localizo entrando al baño seguida de los dos chicos con los que bailaba, supongo que se va a divertir bastante esta noche.

– ¿Bailas preciosa? –Me fijo en el chico que me hablo –O le temes a tu noviecito –Lo miro confundida y me señala la mesa en la que esta Marcos mirándonos fijamente.

–No es mi novio –Tomo la mano del chico guiándolo al centro de la pista.

Me dejo llevar por el ritmo de Plan B como si no hubiera un mañana, el chico se posiciona detrás de mí sujetando mi cintura mientras pega mi espalda a su pecho y se mueve junto a mí.

🎶...A ella le gusta vacilar, todos los weekenes' irse janguear Ella es loquita pero es dulce como candy Sus pai' la quieren ver casa', que ya termine la escuela Pero ella cambia más de novio que de panty... 🎶

Hago lo posible por disfrutar la canción pero la mirada fija de Marcos me hace sentir ¿rara?, no lo sé, simplemente no es divertido que me mire así después de tratarme como me trata. Bajo y subo lentamente restregando mi culo en el chico que sujeta con fuerza mis caderas.

–Vamos a un lugar más privado –Susurra pegándome a su notable erección.

–No gracias, estoy bien, de hecho creo que es mejor que me valla –Respondo dejándolo desconcertado.

Me zafo de su agarre y camino fuera del bar, los escoltas que esperan fuera me miran extrañados así que les hago una seña para que sepan que solo salí a fumar, me adentro a la estrecha calle que hay junto al bar, camino por la desolada oscuridad hasta quedar a un poco más de la mitad de la calle cerrada.

Es un simple camellón sin salida.

Prendo mi cigarro llevándomelo a la boca, el humo sale de mi boca y unos pasos me alertan, miro el inicio de la calle encontrándome con el chico que baila junto a mí en el bar, trae un pequeña sonrisa mientras se acerca tambaleándose un poco, ha de estar tan ebrio que se le dificulta caminar.

– ¿Se te perdió algo? –Le pregunto botando el cigarrillo.

–Creo que empezamos con el pie izquierdo –Responde acercándose –Soy Shen.

–Claro, es un gusto Shen yo soy Cayetana –Miento –Y me tengo que ir.

Paso por su lado intentando irme pero me toma acorralándome con la pared.

– ¡Suéltame!

Lo golpeo en el torso y apenas y se tambalea, no entres en pánico, me encuella elevándome unos centímetros sobre el suelo, pataleo como puedo, y el poco tiempo el oxígeno me empieza a faltar y veo una sombra detrás del Shen, una mano toma el cuello de Shen llevándolo hasta el suelo, miro al dueño de la mano sin entender lo que sucede.

–Marcos –Susurro recuperando el aire.

Shen se pone de pie sonriente como si nada hubiera pasado, Marcos me oculta detrás de su cuerpo y desde aquí puedo sentir la tensión; ¿Se conocen?

–Marcos, Marcos, Marcos.

Su tono me causa escalofríos.

–Que tal tú negocio como asesino, escuche que ahora trabajas para la diabla.

Mi infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora