Valeria.
Mi cuerpo cae junto al de Maximiliano, mi pecho sube y baja con rapidez y la capa de sudor que cubre mi cuerpo solo es un recuerdo de lo que acaba de pasar.
―Creo que tengo que tomar una ducha ―declaro riendo un poco.
Hago el ademan de levantarme pero fallo cuando Maximiliano toma mi cintura regresándome hasta su puesto. Me acomodo sobre el apoyando mi barbilla en su pecho.
Sus dedos trazan líneas invisibles en mi espalda y me dedico a mirarlo, el cabello lo tiene alborotado y sus azulados ojos están dilatados. Mi mano recorre uno de sus brazos hasta dar con su cuello y de allí la paso a su mejilla.
Nos quedamos en esa misma posición hasta que amanece, su pecho sube y baja con una tranquilidad impresionante cuando se queda dormido y me levanto con mucho cuidado, camino al baño para darme una ducha rápida y ponerme una sudadera negra. Salgo de la habitación con mis pantuflas, paso por el cuarto de Tara para revisarla y luego sigo bajando las escaleras hasta llegar a la puerta principal.
Sigo caminando hasta llegar al pequeño muelle donde me siento, el sol apenas no ha terminado de salir más sin embargo su reflejo en el agua lo hace ver hermoso, subo un poco el pantalón de la sudadera para poder meter los pies al agua sin que se moje.
Varios pensamientos fluyen por mi cabeza. Soy consciente de que la semana se acabó y debo volver a ocupar mi puesto como líder de la mafia italiana, también tengo que hacer acto de aparición en el mundo legal como la empresaria que se supone soy. El problema es que no quiero.
No quiero alejarme de Maximiliano ni tampoco quiero que alejarlo de Tara. Siento que hemos estado tan unidos esta semana que el simple hecho de imaginarme sin verlo quien sabe por cuánto tiempo me hace estremecer.
Me levanto sacudiendo la cabeza en un intento por deshacerme de esos pensamientos. ‹‹Debo aterrizar en la realidad››. Regreso a la cabaña y me adentro al cuarto de Tara esta vez para empacar su pañalera y preparar la ropa que le pondré.
Tardo más de lo que espero gracias a que Tara se despierta y me tengo que detener para alimentarla, aprovecho para darle un pequeño baño y en lo que ella juega por la habitación termino de arreglar todo.
Me toma de la mano como apoyo para caminar y juntas nos dirigimos a la habitación principal. Maximiliano sale del baño con la parte de abajo de una sudadera similar a la mía. Joder, la boca se me hace agua con tan solo verlo y como desearía que me empotrara. ‹‹Céntrate Valeria››
―Buenos días mi pequeña estrellita ―saluda a Tara en cuanto termina de ponerse la camisa.
La toma dándole una pequeña vuelta que la hace reír a carcajadas. Sonrió mirándolos, el hombre que sostiene a nuestra pequeña me regresa la mirada extendiendo la mano que recibo gustosa antes de darle un beso.
―Tengo que empacar algunas cosas que me llevare a Italia.
Su cara cambia y el rostro de felicidad que mantenía antes es remplazado por uno serio y neutral.
― ¿Ya desayunaron? ―pregunta y niego ―Voy a prepararles algo.
Sale de la habitación con la bebe y aprovecho para empacar las cosas que me voy a llevar a Italia. Bajo cuando el olor a comida recién hecha se hace presente y dejo los pequeños bolsos en la sala, son simples maletas de mano puesto a que como no traje nada no tengo mucho que llevarme.
Maximiliano sale de la cocina para entregarme a Tara, hace el ademan de regresar al sitio del cual salió pero su atención se centra en las maletas a mi espalda, las mira por unos segundos sin decir nada y me mantengo como estatua mirándolo.
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Mi infierno
Mystery / ThrillerLas ganas de tener el poder y la sed por venganza harán que Valeria viva una montaña rusa de emociones. Confianza. Traición. Dolor. Amor. El amor es un sentimiento dulce ¿o no?, para muchos el amor es esa luz al final del túnel pero para ella no lo...