Cap.29

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Me coloco los guantes de goma mirando como Ángelo se remueve incomodo en su silla. Hoy es el día de su muerte, esperaba tener más tiempo para torturarlo pero se supone que regresaremos mañana en la noche a California, y no pienso cargar con basura

Miro a Tania y Lizz quienes se encuentran paradas junto al italiano quien está atado a una silla de madera. Ángela prepara las inyecciones llenas de VLTA que le pedí, y mis tacones resuenan cuando me acerco a mi victima

‒Tienes muy pocos huevos como para matar a tu propio hermano por poder‒ El levanta la mirada

‒Quien dijo que fue por poder ‒Agacha un poco la cabeza

‒Mírame a los ojos cuando hablo ‒Thomas lo toma del cabello obligándolo a levantar la cabeza

‒Como diga su majestad ‒Brama irónico ‒sabes, pudiste haber sido mi hija, pero tu madre insistía en quedarse con mi hermano ‒Ríe con evidente sarcasmo ‒La secuestre junto a su amiga ‒.La madre de Tania ‒.Una me satisfacía siendo un simple pasatiempo, y la otra era mi obsesión, mi debilidad y la dueña de mi alma, pero lastimosamente las rescataron

Tania aprieta la mandíbula entendiendo el uso que le daba este miserable a su madre

‒Y luego las tuvieron a ustedes, así que hice lo que tenía que hacer. Que en paz descanse mi dulce demonio y tierno ángel

La sangre me hierve y le clavo una de las inyecciones en la pierna, tomo una de las cuchillas y se la paso por las piernas trazando cortes un poco profundos. Sus gritos llenan el pequeño sótano y se vuelve música para mis oídos

Le clavo otra inyección en su brazo y con una de mis dagas traza finas y largas líneas sobre su piel expuesta, y tomo un frasco lleno de pimienta para vaciarlo sobre su carne

‒ ¿Quieres agregar algo más antes de morir? ‒Pregunto deteniéndome

‒Si ‒Jadeando fija su vista en mi mano, donde yacen los dos pequeños anillos ‒Eso no te pertenece. Esos dos anillos fueron un regalo mío para tu madre

El rencor me ciega, y con agilidad saco los anillos de mis dedos. Es hora de cerrar ciclos. Los tomo con firmeza y haciendo uso de toda mi fuerza se los clavo en la cabeza, un hilo de sangre recorre desde su frente, donde yacen ambos anillos incrustados, hasta su cuello bajando por su torso

‒Dáselo de comer a mis pequeñas ‒Le ordeno a un lacayo que inmediatamente lo levanta llevándolo hasta la puerta de metal que da al recinto de mis serpientes

Atreves del cristal puedo admirar como dos de mis anacondas empiezan a comérselo mientras una de las víboras áspid le muerde el rostro sacándole un par de jadeos, miro a los chicos que me miran con orgullo. Me quito los guantes junto al traje de cuero que traía quedándome en ropa interior y una de mis doncellas me cubre con una bata para así poder salir del sótano junto a los demás

Camino hasta la sala donde se encuentra Mario, parece preocupado, bueno en realidad ha estado todo el día así, es como si algo le preocupara pero se niega a decirnos que es. Todos empiezan a hablar pero me distraigo cuando mi celular suena por lo que de inmediato lo reviso

Un mensaje de Maximiliano; Esto te interesa más a ti que a mí

Abro el mensaje y le doy clic al video que viene junto a el

Son las cámaras de seguridad del bar de anoche, no entiendo por qué me mando esto, me alejo un poco de los demás y continuo mirando la pantalla, un momento Marcos se fue con Ángela por la autopista, no se supone que habían venido directo a la casa. Esto quiere decir ellos dos estuvieron juntos todo la noche, pero entonces eso significaría que el chico con el Ángela paso la noche fue el...no es imposible, ¿verdad?, digo ellos se odian y...

Mi infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora