Mi infierno

cap.20

Estiro mis brazos despertándome, por primera vez en mucho tiempo logre descansar sin pesadillas que me despertaran a media noche.

Me quito la venda de los ojos recordando en que punto de la noche me dormí, paso mis dedos por la venda y levanto la vista para buscar a su dueño, pero lo único que encuentro es una rosa roja sobre la cama.

Junto a ella hay un pequeño papel negro, lo tomo y leo con atención lo que dice;

Pase una noche maravillosa, y para ser exactos un día placentero.

Aunque me vi en la obligación de irme, pues el deber llama.

Recuerda que nuestro juego continua al igual que la admiración que siento por ti.

Cuídate Principessa.

Una sonrisa pícara se forma en mi rostro recordando lo que pasó en el centro comercial, pongo la tarjeta sobre mi mesita de noche junto a la rosa y la venda.

Me doy una ducha refrescante, al salir del baño me visto rápidamente y coloco una venda sobre mis nudillos, duelen un poco pero no es nada del otro mundo, aprovecho para aplicar un poco de la crema que me dio Ángela sobre el chupetón

Voy hacia el comedor no sin antes asegurarme de que Tara estuviese durmiendo.

–Buenos días –saludo tomando asiento y llevándome una tostada a la boca.

–Alguien despertó de muy buen humor –Lizz le da un sorbo a su café.

–Yo –me hago la desentendida –Para nada, estoy normal –tomo un trozo de fruta.

–Si claro –Tania alarga la "o" haciéndome reír.

–Hoy tiene que ser un día productivo –aviso –Tenemos que investigar quienes van a ir a la reunión de alianzas, también tenemos que asegurarnos de que los cargamentos de cocaína de esta mese llegue sanos y salvos, y por ultimo hoy en la noche quiero ir a la feria de armas –le doy un sorbo a mi café.

– ¿A la feria de armas? ¿Para qué? –pregunta Thomas, definitivamente él tiene la inocencia que su hermano fingía.

–Quiero unas armas nuevas y personalizadas. Normalmente compro algunas normales y Tania se encarga de convertirlas en letales –sus ojos se abren sorprendidos.

– ¿Haces armas? –le pregunta a Tania.

–Algo tenía que aprender de haber estado años entre mafiosos –se encoge de hombros –Digamos que soy buena en lo que hago.

Y no es para menos, Tania puede convertir un simple arco y una flecha, en un arma mortal. Ese es su don, convertir cosas que lastiman, en cosas que matan.

–Así que ustedes son como los cuatro fantásticos –bromea Thomas.

Rio ante su comentario.

–Algo así –me levanto –Lizz encárgate de investigar quienes estarán en la reunión de alianzas y avísale a Javier que iremos a la feria de armas –ordeno –Tania explícale a Thomas el protocolo que debe seguir esta noche, si piensa quedarse es mejor que se acostumbre.

Camino fuera del comedor.

–Y antes de que se me olvide –regreso –Ángela comunícate con Marco y dile que lo quiero en la feria esta noche –ella pone mala cara antes de asentir.

Desde que llegamos de Colombia, Marco se ha estado encargando de las piedras que se interponen en mi camino, es como mi sicario personal. Y aun así el y Ángela no se soportan, honestamente no entiendo el por qué, si apenas se conocen.