Capítulo 4.

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La promesa.

Pasada una semana del baile y e descubrimiento de un nuevo vampiro en el pueblo, mi hermano y yo tomamos la decisión de ir al pueblo más seguido. ¿Cómo accedí? bueno, quiero seguir viviendo. 

Dos días después del baile, mi hermano cumplió su palabra de ir a cazar conmigo, y nuestras presas fueron dos ladrones que escapaban de la policía escabulléndose en el bosque. Y, fue genial cazar con mi hermano, como mis primeros días como vampiro, el me enseñó a casar animales, pero la sangre de las personas es mil veces mejor. 

—Toc toc— mi hermano me saca de mis pensamientos. Volteo hacia el, quien tiene una caja en sus manos. 

—Pasa. 

—Oye... mamá me dijo que en tu cumpleaños número 21 te diera esto— dice señalando la caja en sus manos. Me la da, la abro y me muestra un brazalete de plata a juego con el collar, pero este tenía pequeños diamantes. Lo agarro con ambas manos y lo observo.

En una parte, en la parte que se utiliza para unir ambos extremos, tiene unas palabras grabadas. 

"Siempre contigo, te amo" 

Mamá, sonrío y miro a mi hermano. —Gracias... aunque no tengo nada por ti. 

El sonríe y me ayuda a ponerme el brazalete, y lo abrazo. 

—Feliz cumpleaños Gyn. 

—Feliz cumpleaños Keiler. 

—Bien chicos vampiros, feliz cumpleaños a los dos, vamos a partir el pastel— dice Josephine entrando a mi cuarto con un pastel con dos velas. 

—Sóplenle. 

Mi hermano y yo sonreímos y soplamos a la vez. 

[...]

Ivy, mi yegua y yo vamos por el bosque, después de soplar las velas, cada quién se fue a su mundo. Ahora, me encuentro en el bosque, el lugar que más me gusta de todo el reino. 

—Ivy, vamos por allá— señalo el camino derecho, el cual me lleva a una parte donde hay una cascada. 

Mi yegua me lleva hasta allá, el lugar a simple vista es hermoso, el agua refrescante cae en forma de cascada, y forma un pequeño estanque. La cascada lo bastante grande para dejar que alguien se pare en ella. 

Me bajo de Ivy y voy a un lado de la cascada, hay una mini cueva ahí, la cual es cubierta por el agua. Me escondo en ella al escuchar los pasos de un caballo. Hago una seña a Ivy, la cual le informa que debe mantenerse quieta y tranquila. 

Veo una silueta de una persona, y el caballo. 

"Que hermoso lugar" puedo leer. 

Camina hasta mi yegua y le acaricia el lomo. —¿Qué haces aquí hermosura? 

Conozco esa voz, y ese cabello dorado, ruedo los ojos ante la presencia del príncipe. Retrocedo un poco, y mis zapatos quiebran una rama, provocando un gran sonido, aumentado por el eco de la cueva. 

"Mierda, ¿Qué carajos fue eso? Hay no, de seguro es un lobo o algo, ya me morí" Río en mi mente ante su pensamiento, el príncipe es miedoso. 

Decido salir de la cueva, con una sonrisa en mi cara. —Que miedoso es príncipe. 

El voltea hacia mi, y entrecierra los ojos. —Tú... eres la chica del baile. 

Asiento acercándome. 

—Y miedoso yo... ¡pff! jamás. 

Río levemente ante sus palabras, más no digo nada, si le digo el pensamiento, va a sospechar. 

—Ahora, ¿me dices tu nombre? o tu novio va a volver a venir.

—En primera, no es mi novio, es mi hermano— digo subiéndome a Ivy. 

—Ahh. ¿Tu nombre?

—Gyneth.

Y con eso, le indico a Ivy que volvamos a casa, pero antes da varias vueltas para asegurarse que el príncipe no nos siga. 

Al llegar a casa, mi hermano que está haciendo el cuidado diario de su caballo, Thor. 

—Ivy, Keiler te va a bañar. 

Mi hermano voltea hacia mi, con cara de "Claro que no" y yo sonrío, patéticamente, por cierto. Subo a mi habitación dejando a mi hermano con Ivy. Me cambio rápido, poniéndome un vestido no tan grande, agarro mi cabello en una coleta y vuelvo a bajar, a bañar a Ivy. 

Salgo y me encuentro a mi hermano limpiando el lomo de Ivy. —Era broma tonto, ya vine. 

—Ahh, bueno tu le sigues. 

Limpio junto a mi hermano, nuestros caballos. 

—Bueno, ¿Cómo le vamos a hacer para encontrar al otro? Que yo sepa, no hay ninguno— Digo pasando el cepillo por el cabello de Ivy. Mi hermano vacía el agua sucia en la hierba y vuelve a donde yo. 

—No lo sé. Por primera vez no sé que hacer. 

Viene a donde yo, y me carga en forma de costal de papas y empieza a caminar rumbo al lago. —¿Qué haces? ¡Keiler no!

El agua moja mis tobillos, y la casa se aleja más. Para pronto, mi hermano me baja, el agua me llega a los hombros. Él, como es un poco alto que yo, le llega más abajo de los hombros. 

—¿Qué hacemos aquí? 

—Sonaré estúpido y posiblemente cursi, pero si pasa algo, en una situación que los dos estemos en riesgo, quiero que corras y no vuelvas, no te preocupes por mi. Pero si necesito que te vallas y vivas tu vida, vívela por los dos—dice dándome la mano para llegar a la mini isla. —Promételo. 

—Kei, ¡no! no voy a dejar que te sacrifiques por mi. Además, no sabes que va a pasar. 

—Gyn, necesito que me lo prometas. 

—¡Pero no quiero! lo prometo, ¿Okay? pero no va a ser necesaria. 

—Bien... ahora, feliz cumpleaños hermanita— y con eso, mi hermano me avienta al lago. 

Salgo a la superficie y tiro de el. —Ven aquí odioso. 

Mi hermano cae conmigo al lago, y una guerra de agua inicia. Pasan las horas y mi hermano y yo seguimos en el agua, nadamos y ciertamente, mi cuerpo se reforzó, supongo que por el agua. 

—Te propongo algo— llama mi atención Keiler, volteo hacia donde el, secando mi cabello. —La montaña de allá, lejana al pueblo por unos... 8 kilómetros— señala una montaña a lo lejos, pero no tanto —, vamos allá y hay que ver que. 

—Esa propuesta me gusta. ¿Volvió Keiler divertido? 

El voltea a verme, sonriendo. 

—No seas boba, solo quiero pasar tiempo con mi hermanita. 

Ahora la que ríe soy yo. 

—Ya empezaste, vamos a ver que tal. 

—Okay— agarra mis manos y corremos. 

Antes de ser vampiro, solía hacer ejercicio, solamente cabalgando o caminando. Y ahora, hago de todo sin cansarme tanto. A la mitad del camino, Keiler y yo paramos, a respirar un poco. Hay alguien cerca, lo presiento. 

Con una mirada a mi hermano, le indico que y como hacer. Es un hombre, más bien, por los pensamientos. 

Mi hermano corre, distrayendo al hombre, cosa que aprovecho para llegarle por atrás y de una, clavar mi boca en su cuello. Y cuando estoy satisfecha, dejo el cadáver en el suelo. Con mi mano limpio la sangre y miro a mi hermano, quien solo le prende fuego al cuerpo. 

—¿Seguimos con el paseo? 

El asiente y volvemos a correr hacia la cima de la montaña. 

V de Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora