Capítulo 18.

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AEN.

(2 meses después).

El 27 de diciembre regresamos a casa, como si nada. Keiler y yo acordamos no decir nada sobre Danhy. 

La noche de año nuevo la pasamos en la biblioteca, y hoy, 20 de febrero de 1903, platico con Kilian en la cafetería. Mi hermano desapareció ayer por la tarde disque para un día de campo con Claire. Agh, de tan solo recordarlo me da algo. 

Quién lo diría. Mi hermano está enamorado. 

—¿Y tu hermano?— pregunta mi amigo tras beber un poco de su taza. 

—Con su novia. Fueron a un día de campo, según me dijo— hablo, cortando un pedazo de crepe. Río ante la cara de Kilian, y niego. —¡Dios! Kilian. Eres un pesado. 

—¿Yo que?— se ríe. Prácticamente todo el día me la paso con Kilian, con el o con Keiler. Y el Rey se ha vuelto mi mejor amigo. Muchos piensan que somos pareja, pero a cierta persona le gusta la duquesa Samara de Dolianville. 

¿Casual, no? 

—Gyn, tengo que asistir a una junta con el ministro—habla parándose de la mesa, al terminar de comer. Yo asiento y me levanto igual, nos despedimos y cada quien se va a sus asuntos. Por mi parte, voy a caminar por el bosque. 

Los recuerdos del viaje hacia acá llegan a mi mente. Joder, como me divertí. 

Resulta que Keiler y yo íbamos caminando por un pasillo, cuando vimos a unas personas entrar a la fuerza a una habitación. Y bueno, mi estómago rugió y fui por el. Al fin de cuentas, el ladrón termino siendo asaltado y asesinado. 

Keiler y yo seguimos felices por el barco. Sí, el cómplice fue alimento para mi hermano. Y bueno... al fin de cuentas obtuve mi alimento y, diversión. 

Cabe resaltar que salvé a los pasajeros de perder algún objeto de valor. 


El bosque del pueblo sigue con nieve, eso me dificulta un poco el caminar, pero me gusta andar por aquí. 

Algo que tengo que decir, es que mi daga yace en mi espalda baja. Ahora no salgo de casa sin ella. 

Camino por el bosque, inhalo el frío aire que hay por aquí y la sensación de paz interior empieza a florecer. 

Pero se ve interrumpida ante el golpe de una rama en mi espalda. Me doy la vuelta lentamente y observo a quien me golpeó. 

Un hombre más o menos de 40 años. —¿Qué?— pregunto al hombre, quién se ve muy molesto. 

—Asesinaste a mi esposa. ¡TÚ! eres un monstruo. Eres una chupasangre.

Me muestro lo más sería, no me afecta. Y ni siquiera quien es su esposa. —¿Y? ¿Quieres que te lo demuestre o qué?

Eso aumenta la furia del hombre, ya que agarra con más fuerza la rama. —Te asesinaré— avisa. 

—¡Por favor!— hablo sarcástica. —Como si pudieras. 

Lo reto, aumenta su furia y decide tirar el golpe. me hago a un lado, y la rama solo me roza el brazo. —¿Ves? No puedes— sigo retándolo. El hombre tira la rama y se pone en posición de pelea. Aplaudo e imito su posición, gracias a la ropa que traigo hoy, un vestido para nada pompón y muy simple, la movilidad me es mucho más fácil. —¿Qué esperas? ataca. 

El hombre muestra su clara desesperación, y esta aumenta al ver que no me lastima. 

No tengo la menor idea quien sea su esposa, y yo no asesino por asesinar. 

—¿Por lo menos sabes si yo en verdad asesiné a tu esposa? digo, yo no asesino por asesinar. 

El hombre para, para razonar. 

Ladea el cuello, y ahora sé quien es el, gracias a la marca de su cuello. AEN, el famoso asesino de niños. Vi una noticia sobre el hace tiempo, salió en primera plana del periódico. 

Se hace llamar AEN solo por AsEsiNo.

Ahora sí, podría decir que mi lado cínico salió. Salto sobre el, caemos en la nieve. La clara cara de miedo se nota en el sujeto. Tiene una cortada gracias al puñetazo que hace unos golpes le dí. El olor a su sangre llega hasta mi nariz. 

Oh sí nene, Gyn se alimentará.

—¿Cómo era tu esposa? — le preguntó al pararme. Joel toma mi mano para levantarse. 

—Ella tenía el cabello largo, lacio y rubio. Sus ojos eran azules y, poseía una piel con muchas pecas. 

Arrugo mis cejas y sonrío. —No la asesiné, no soy una "chupasangre" como dices, tomé clases de defensa personal de pequeña. —saco despacio la daga de mi "escondite de dagas" improvisado. Tu esposa, la conozco. Vive en el pueblo, y trabaja en la cantina. 

El señor parece sorprendido. —Yo... lo siento, de verdad. La última vez que la vi, alguien parecida a ti estaba con ella. Yo, me disculpo. Y muchas gracias por ayudarme. 

Se da la vuelta y empieza a caminar rubo al pueblo. 

1.- Ni siquiera tiene esposa. 

2.- Es un asesino de niños. 

3.- Tengo hambre. 

Aviento la daga, la cual impacta en su nuca. —¡Ups!— me tapo la boca, y abro demás los ojos, siendo sarcástica. La sangre sale más y el chico se da la vuelta viéndome con terror. 

—Lo siento— hago un puchero falso. —, te veo en el infierno— mi boca se abre paso en su cuello. La sangre de este tipo es dulce, me gusta. Bebo hasta la última gota de sangre en el sistema de este chico. Cuando finalizo, limpio mi boca, saco mi daga, la limpio y sigo como si nada, camino hasta llegar a casa. Una vez ahí, tomo una ducha y voy a la biblioteca. 

[...]

Camino hacia mi habitación, la luna alumbra un poco al pasillo. Mi hermano sale de su habitación y suspira. —¿Ya se durmió?— pregunto. 

Mi hermano y Claire volvieron hace unas horas de su día de campo,  Claire venía asustada ya que un chico intentó atacarla, por ello mi hermano decidió que viniera por unos días. Aunque ya sabía que mi hermano era un vampiro y por eso no se asustó más cuando vio a Keiler romperle el cuello al sujeto. 

—Sí, de un momento a otro se quedó completamente dormida. 

—Oye Kei, ¿No has pensado en convertirla?— le pregunto, la idea ronda por mi mente desde hace unas horas. Mi hermano niega y empieza a caminar junto a mi, rumbo a mi habitación. 

—Aún no, todavía no es el momento. 

¿Tenía que haber un momento? 

No lo sé, enamórate y ahí lo pensamos, humana. 

No gracias. 

—Como sea— abrazo a mi hermano. —Ve a dormir. 

Me despido de mi hermano y entro a mi habitación. En la pared yace un dibujo que Danhy hizo hace unos meses. En el dibujo estamos el, Ivy, Keiler y yo. Un dibujo abstracto, diría Keiler. Obviamente, es un niño de 4 años, no es un dibujo de un artista profesional. 

Sonrío inconscientemente ante el recuerdo de cuando me dio el dibujo. 

Definitivamente, ahora dudo en si quiero tener hijos o no. 

V de Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora