V de Vampiro.

Capítulo 28.

Feliz cumpleaños, Gemelos.

Gyneth.

Uno, dos, tres. Pide un deseo. 

Deseo que los gritos en las noches terminen. 

Uno, dos, tres. Pide un deseo. 

Deseo que Keiler no llore en las noches.

Uno, dos, tres. Pide un deseo.

Deseo que mi mami vuelva. 

Uno, dos, tres. Pide un deseo. 

Deseo despertar. 

—Feliz cumpleaños Gyn— habla Kol. 

—Gracias, igual. 

Kol me ve raro. —¿Estas bien?

—Sí, ¿Por?

—Me dijiste "igual" cuando te dije "Feliz cumpleaños"— me abraza de lado. 

—Lo siento, estaba pensando en mi mamá.— caminamos a la terraza. Ahí están los demás, preparando la comida. Danhy corre haciendo burbujas con un aparato que le compramos en el mercado ayer. 

—Tranquila nena, hoy es tu día, disfrútalo.

—Gracias nene, te quiero— le doy un corto beso en los labios y voy a donde Danhy. 

—¿Qué haces pequeño duende?— me hinco y sonrío. 

—Burbujas— levanta el palo y hace unas burbujas grandes. 

Le revuelvo el cabello dorado y ríe ante ese acto. 

—Gyn, ¿Podemos hablar?— Keiler llega a mi campo de visión, asiento. Le guiño un ojo a Danhy quien sonríe y me alejo con mi hermano. 

Cuando estamos a una distancia prudente, en donde Kol no escuche, mi hermano suspira, sobando sus manos. 

—¿Qué locura vas a hacer?— voy sin rodeos. 

—¿Es una locura pedirle matrimonio?— pregunta rápido. 

—¡¡¿QUÉ?!!— Grito y me mira con precaución por el tono de mi voz. —¡¡¿Lo vas a hacer?!! ¿Es broma? ¡¡Que emoción!!

—No es broma, necesito tu ayuda porque no se como ni cuando. — mete las manos a los bolsillos, las saca rápido y las vuelve a meter— ¿Crees que diga que sí? ¿Qué hago si dice que no? Ayy dios, Que nervios. 

—Keiler, Cálmate. Ella te ama,  te mira de una manera que solo las almas gemelas se miran entre ellas—lo abrazo durante unos largos segundos. —¿Ya tienes el anillo?

Asiente y saca una caja de terciopelo rojo y la abre, dejando a la vista un hermoso anillo plateado con un diamante en el centro. 

—Joder, es hermoso. 

—Ya se— lo cierra y lo guarda. —¿Alguna idea de donde y cuando?

—Sí. Pasado-Mañana es la feria del pueblo, escuche a Kilian hablar sobre los fuegos artificiales. En ese momento. 

A  mi bello hermano se le iluminan los ojos. —Gracias Gyn, eres la mejor— dice en medio del abrazo. 

Volvemos a donde los demás, más al rato le preguntaré a Kilian si se puede sincronizar. Todos nos sentamos en la mesa del patio a comer el corte de carne que prepararon los chicos. Delicioso, por cierto.