Capítulo 37.

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Perspectivas. 

Gyneth.

Cómo se ponen si ven al novio de su mejor amiga de espaldas y al frente una chica, y están muy juntos, tanto que parece que se están besando o algo más. Pero si te mueves un poco, ves que hay distancia entre ambos y no esta pasando nada ilegal. 

Cambia la escena. 

Por perspectivas. 

Otro ejemplo, cuando vas a dibujar algo, en una mesa pones el objeto y lo copias en el papel como tu lo vez. Pero si te mueves, hasta el otro lado, la figura se va a ver totalmente diferente. 

Cambia la manera. 

Por perspectivas.

La vida, se basa en perspectivas. En todo momento, desde un bonito atardecer, el como corren los niños, hasta en las personas. 

Y aquí entra el dicho, "No juzgues por la portada del libro". 

Las personas suelen juzgar por la primera apariencia, pero nunca se detienen a conocer. Y, lo correcto es conocer, para poder juzgar. Pero a fin de cuentas, nadie debería de juzgar, porque existe la posibilidad de que seas juzgado. 

Y no te gustará. Juzgar y ser juzgado. 

Cariño, así es la vida. Te aguantas o te aguantas. 


—Elle— me habla Danhy. —¿Por qué las otras mamás nos ven mal? 

Rayos, llegamos a aquella pregunta. 

Me hinco y le hago para atrás el cabello. —Ellos no saben que yo soy tu mamá. Pero piensan que lo soy, y por mi edad eso está mal visto. Pero sabes que— lo llamo y sus ojos destellan curiosidad. —A la mie- a la chocolatada con ellos. No nos conocen y no lo harán, así que no les hagas caso, ¿Va?

Asiente y sonrío. —Va pues, ve a clase. 

 Danhy se va caminando alegremente hacia el interior de la escuela. 

Me levanto y sonrío, viendo al pequeño correr hasta que desaparece. Me doy media vuelta para irme, pero me topo con un grupito de mamás. 

Lo que me faltaba. 

Preparo mi mejor sonrisa falsa y las encaro. —¿Se les ofrece algo?

—No, bueno sí. Hoy es el cumpleaños de Jacob y como el y Nick son amiguitos me gustaría que nos acompañaran, tu, tu esposo y tu hijito. 

Me río mentalmente. «Esposo» ya quisiera yo.

—Sí claro, ahí estaremos. 

—¿Si es tu esposo, no?— pregunta otra señora. 

Me nace el decir la verdad, pero no voy a estar aguantando a señoras viejas molestándome por el resto de mi vida. Bueno, por el resto de sus vidas.

—Sí— sonrío. —Y el hecho de que tuvimos a nuestro hijo a temprana edad, no nos impide amarlo y darle la educación que se merece. Además, señoras, les daré un consejo. 

Las tres se acercan. —No juzguen por la primera apariencia. No conocen nuestra historia.— me alejo. —Todo es sobre perspectivas. 

Camino hasta la torre de departamentos, y subo las escaleras.

—Ya llegué— me quito la peluca y los lentes. Kol sale con el cepillo de dientes en la boca. —Hoy no hagas planes, tenemos que ir a una estúpida fiesta de cumpleaños. Ahh, eres mi esposo y Danhy nuestro hijo.

V de Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora