「Capítulo 40.」

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La semana pasó demasiado rápido, ahora era fin de semana, hacía dos semanas que Jimin se había ido de Corea y sus amigos y familiares sentían su ausencia.

Jungkook se despertó como todas las mañanas, dispuesto a sonreír a todo el mundo y cocinar para llenar los corazones tristes. La semana pasada había caído en un vacío, Jimin ya no se encontraba con él y le dolía, rápidamente se había acostumbrado a tener al rubio con él todos los días y ahora no tenía nada, Baekhyun y Seokjin le habían pedido encontrarse con él, pero Jungkook no quería, ellos dejaron de insistir y se concentraron en sus relaciones ya que así se los había pedido el castaño.

Después estaba JiHo y Yoongi, claramente ellos iban a visitarlo, JiHo no iba a aceptar un no, por parte del castaño. Eso le traía felicidad a Jungkook, a pesar de querer estar solo, se sentía bien con más gente en su casa. Todos queremos estar solos pero al mismo tiempo queremos estar rodeados de nuestras personas favoritas.

Habían días en los que se sentía tan solo, al parecer Jimin se había desaparecido de todos lados, su celular permanecía apagado, le enviaba mensajes a diario y estos nunca eran recibidos, pensó que le había sucedido algo y recurrió a sus padres, el matrimonio Park le habían asegurado que Jimin estaba bien y que les había pedido tiempo para estar a solas y desconectado de todo.

Al fin Jungkook se sintió bien, la preocupación se había ido pero aun lo extrañaba, su corazón le dolía cada que pensaba en él. Lo quería, claro que lo hacía, mentiría si dijera que no lloraba por él antes de dormir.

Terminó de mirarse en el espejo y sonrió un poco, se sentía bien con su imagen y con él mismo, al final del día recordaba que solo era él y que lo más importante era amarse a si mismo y eso hacía.

Salió de casa para comenzar a caminar por un taxi. Los vecinos que se encontraban afuera de sus casas lo saludaban y Jungkook les devolvía el saludo con una sonrisa y preguntándoles sobre su salud.

Cuando llegó al trabajo, en seguida se cambió y regresó con los demás chefs para hacer el Mise en place* y comenzar a trabajar con los primeros clientes del día.

Todo estuvo normal, tuvieron muchos clientes y eso era bueno, eso solo demostraba lo bueno que eran todos en la cocina, incluso el chico nuevo se había integrado por completo con ellos, Jungkook se había hecho cargo de él, pensó que sería difícil pero fue todo lo contrario, el chico si sabía cocinar solo que estaba nervioso, era su primer día y estando entre grandes personalidades y grandes chefs, los nervios le jugaron una mala pasada.

El chico apareció en su campo de visión, le sonrió y agradeció por ser un buen maestro, después de hacer reverencia salió de la cocina. Jungkook sonrió y regresó por su ropa. Se cambió y tomó sus cosas. Todos ya se habían ido, la cocina ya estaba cerrada, caminó hasta apagar las luces y salió por la puerta trasera.

Comenzó a caminar mirando sus pies, estaba cansado, incluso sus piernas temblaban, estaba a nada de caer y quedarse a descansar en la fría calle, de hecho, esa idea no sonaba del todo mal en esos momentos.

Escuchó una risita y levantó la vista. Su corazón se aceleró, su estómago dio un vuelco y de pronto el cansancio había desaparecido. Sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió hasta el guapo rubio que lo miraba con una sonrisa.

Jimin lo recibió con los brazos abiertos. Lo abrazó fuertemente, no lo quería dejar ir de sus brazos nunca.

Jungkook comenzó a llorar en su pecho mientras le decía cuanta falta le había hecho esas dos semanas y cuánto lo había extrañado.

– Perdón por irme, pensé que me sentiría mejor pero eso no era lo que necesitaba, lo de Taehyung lo superé en la primera semana, al fin comprendí que en verdad no lo amaba, me había aferrado a él para olvidarte pero nada de eso sucedió, Jungkook, te sigo amando, soy un idiota por hacerlo, incluso te amaba aún estando con Taehyung, todo este tiempo y estos años mi corazón solo le a pertenececido a una persona y esta persona esta en mis brazos justo ahora, llorando por un tonto que al fin regresó por él, para ser felices y comenzar de nuevo.

Jungkook lo miraba tan cálidamente mientras seguía llorando. ¿Estaba soñando? ¿Esto era una broma? Sus ojos conectaron con los oscuros del moreno, perdiéndose en ellos mientras sentía como Jimin lo abrazaba cada vez más cerca de él.

Sus labios, Jimin no había parado de pensar en ellos desde la vez que estuvieron por besarse, lo anhelaba, había soñado con ese momento, besar la gloria y sentirse tan afortunado con solo probarlos una vez más.

No necesitó permiso, Jungkook lo quería también, estaba asintiendo mientras sus brazos se enredaban al rededor de su cuello en espera de que el rubio diera el siguiente paso.

Jimin no lo pensó más, sus manos se enredaron en su cintura y comenzó a acercarse lentamente. Jungkook cerró los ojos antes, el rubio se sintió tan malditamente bien, apresuró sus labios y terminó de cerrar la distancia. Sus labios tocaron los suaves de Jungkook mientras los movía lentamente.

Jungkook lo siguió al mismo tiempo mientras se perdía en el beso. ¿Era normal que su corazón estuviera a punto de saltar de su pecho para correr directo al rubio?

Y por un momento sintió que estaba soñando pero no, era real, Jimin lo estaba besando.

La falta de aire comenzó a hacerse visible, ambos se separaron. Jungkook no abrió sus ojos, dejó su cabeza descansando en el pecho del moreno mientras sonreía. Jimin se comenzó a reír mientras lo abrazaba feliz.

Había regresado porque era inútil seguir sin Jungkook, había regresado porque se había dado cuenta que sus días iban mejor con Jungkook, era eso y también porque había perdido su pasaporte, pero las primeras razones eran más fuertes, el pasaporte solo fue una excusa para al fin tomar otro vuelo y regresar a Corea junto con Jungkook donde nunca se debió de haberse alejado.

Real (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora