Real (Jikook)[Adap.]

「Capítulo 26.」

Cuatro de la mañana con ocho minutos... Jimin volvió a encender su celular esperando obtener algún mensaje o llamada de Taehyung, pero como hace varias horas había repetido la misma acción, nada de eso llegó.

Suspiró cansado, no quería pensar cosas malas, a su mente llegó el recuerdo de la llamada telefónica de Taehyung y quiso olvidarlo, Taehyung no era así, no le estaba haciendo eso, solo lo imaginó y por lo de ahora, seguramente se quedó con sus amigos hasta tarde sin fijarse de la hora.

Cerró sus ojos con fuerza mientras maldecía frustrado. Entró al registro de llamadas y miró el número de Taehyung y Jungkook, podía llamar a cualquiera de los dos. Se debatió mentalmente por a quién llamar. Claramente no llamaría a Taehyung y bueno, a Jungkook... Era muy tarde para hacerlo, solo lo preocuparía y no lo dejaría descansar lo que necesitaba.

Bloqueó su celular y dejó caer sus brazos de nuevo en la cama. Una de ellas tapó sus ojos mientras trataba de tranquilizarse, era realmente tarde y Taehyung no había llegado a dormir a casa.

Cuándo Jimin volvió a abrir sus ojos, su alarma estaba a punto de sonar. Maldijo, no se sentía bien, estaba cansado, se la pasó toda la noche y madrugada haciendo pequeños lapsos de sueño y eso lo había cansado más que ayudarlo con el sueño.

Apagó la alarma antes de que sonara y se levantó para caminar al baño. Se ducho y después siguió con su ropa. bostezó mientras bajaba las escaleras. Llegó hasta la cocina, tomó una manzana y un energetizante. Paró en la sala para mirar su celular y nada, no tenía ni un "lo siento amor, se me hizo tarde y me quedé a dormir en casa de..."

Guardó su celular y tomó sus llaves para encaminarse a la puerta. Esta se abrió antes de que él lo hiciera. Taehyung lo miró y después siguió su camino. Jimin regresó en sus talones para mirarlo.

– ¿Dónde estabas? – Preguntó con una voz profunda.

– Tuve un atraso y me quedé en casa de un amigo, es todo, no preguntes más. – Dijo.

Taehyung dejó de mirarlo y se encaminó hasta su habitación. Jimin negó mientras trataba de no soltar miles de maldiciones en diferentes idiomas. Estaba tan preocupado por él y sólo le decía que no preguntara más... Un día de esos Taehyung acabaría con todo, con su paciencia, con él... Con su dinero.

Agitó su cabeza para olvidar el último pensamiento, Taehyung no era así. Suspiró y se dio la vuelta para salir de casa. Se subió a su auto y después condujo mientras se perdía en sus pensamientos, al parar el auto se encontró con que no estaba en la empresa.

Que rayos, ya nada importaba, si había llegado a casa de Jungkook inconscientemente, era por algo. Se bajó de su auto y llamó a la puerta. No pasó mucho tiempo cuándo escuchó su voz y unos pasos acercándose a la puerta.

Jungkook abrió unos minutos después, luciendo tan desalineado y con el cabello en su rostro mientras bostezaba. Una imagen penosa para el menor pero para Jimin era la cosa más jodidamente tierna. Sonrió y Jungkook maldijo cuándo la luz del sol le dio directamente en el rostro.

– Buenos días kookie ¿Te desperté? – Preguntó emocionado.

– Cierra la boca y entra. – Dijo mientras se daba la vuelta.

Ahí estaba su odioso mal humor de las mañanas, pero Jimin tenía que admitir que amaba ese odioso mal humor, parecía otra persona y no el Jungkook consentido y bueno con los demás.

Dio un bostezo al mirar a Jungkook hacerlo, era cierto que los bostezos se contagiaban. Jungkook arrastró sus pies hasta su habitación y Jimin lo siguió.

Jungkook se dejó caer en la cama y se metió de bajo de las sábanas mientras trataba de mantener los ojos abiertos.

– Perdón si te desperté kookie, es solo que yo...

– ¿Notaste la hora? Es muy temprano aun, cierra la boca y duerme un poco, cuándo despertemos prepararé el desayuno y... – Su voz se escuchaba más débil.

Jimin se rió al notar que Jungkook se había quedado dormido. Sonrió y entró a la cama con él. Tenía sueño y aparte podía entrar a la empresa a la hora que le diera la gana, en fin que su padre era el Ceo y Taehyung no le podía reclamar nada pues él había hecho algo peor.

Jungkook se pegó más a su cuerpo y dejó de darle la espalda para quedar de su lado. Jiminie se acercó un poco más. Las manos del castaño sintieron el calor de su cuerpo y lo abrazó como si de un oso de peluche se tratase. Jimin sabía que era esponjosito pero no era para tanto.

Se rió ante su propio pensamiento y enredó sus brazos alrededor del cuerpo del mayor para al fin cerrar sus ojos. Rápidamente se durmió.

Cuándo se despertó, sintió un peso en su pecho, bajó la mirada y se encontró con el perfil de Jungkook. Sintió su corazón acelerarse y su estómago revolverse con gusto. Automáticamente sonrió.

Jungkook comenzó a moverse y a soltar pequeños quejidos ante el movimiento. Cuándo al fin despertó, se levantó del pecho de Jimin y lo miró sin comprender como es que había llegado ahí.

– Lo siento. – Dijo.

Se levantó de la cama y caminó al baño. Jimin se rió con ternura, Jungkook a veces podía ser tan diferente, un día era Jungkook, otro kookie, al siguiente el conejito cariñoso, al otro el Jungkook perfeccionosita y a veces el Jungkook desorientado o extra. El castaño era todo un caso y estaba cien por ciento asegurado que con él siempre había diversión y muchas cosas más.

– ¿Qué haces aquí Jimin? – Dijo mientras aparecía por la puerta del baño.

– Yo, bueno, digamos que no pude dormir muy bien anoche y bueno, necesitaba descansar un poco y en casa no lo podía hacer pero sabía que mi genial conejito me dejaría dormir un poco aquí.

– Anda, que ahora soy tu genial conejito. – Se rió. – Bien, solo por eso te haré el desayuno.

Jimin se rió junto con él y asintió agradecido. Era verdad, desde que salió de casa no había desayunado, solo le dio unas mordidas a su manzana antes de dejarla caer por accidente al mirar a Taehyung entrar a casa como si nada.

Suspiró. Volvió a cerrar sus ojos mientras trataba de arreglar el asunto de sus celos y molestia, en su mente. La voz de Jungkook lo sacó de sus pensamientos y lo miró.

– No seas vago, ya dormiste, levantate y tan siquiera ayudame a poner la mesa para desayunar. – Le reclamó Jimin se rió divertido y asintió para ponerse de pie y seguir a Jungkook hasta la cocina.