Capítulo 18

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Yoongi suspiró al entrar en el garaje. No esperaba que el lanzamiento del CD se retrasara, su nuevo artista llamado Kim Taehyung fue muy paciente al hablar con él y contarle todos los problemas que habían sucedido, comparado con su manager que solo lo insultó por su ineptitud. El trabajo de Yoongi no solo consistía en componer, sino en realizar todas las tareas administrativas.

Genuinamente lo odiaba, no le interesaba tener un salario acomodado por solo laborar como compositor, pero su padre lo forzó con tal disimulo y maestría que ya no le era posible negarse. Tomó aire, pensando en que si nada hubiese cambiado, sería un compositor viviendo en una pequeña casa al lado de Jimin y siendo feliz con poder ver a sus cachorros crecer, no como ahora que a veces sentía que no le quedaba tiempo para respirar.

Al entrar a su casa el terror lo invadió.

— ¡Que diablos pasó aquí! — gritó haciendo que sus tres cachorros se detuvieran en seco al verle algo asustados.

Su sala se había convertido en un campo de batalla, los cojines se encontraban desperdigados por todas partes, las paredes blancas rayadas con líneas negras, el brillante piso de cerámica manchado con diversos colores y ¿sus cachorros? llenos de agua de pies a cabeza con pistolas en la mano.

— ¡¿Quién les dio eso?! — rugió.

Daehyung tragó con fuerza, respiró profundamente antes de comenzar. — Soo no quería jugar con nosotros, así que nos dijo que viéramos televisión pero estábamos aburridos — el pelinegro levantó una ceja — Encontramos estas pistolas en el garaje así que las usamos — el cachorro miró al suelo, con las esponjosas mejillas rosadas, no quería ser regañado por su padre alfa, pero la omega de su padre prefirió hacer una rutina de belleza que jugar con ellos.

Yoongi respiró con fuerza buscando calmarse. — Van a subir a sus habitaciones, tomar un baño y cambiarse. Saldremos a comer, hablaremos de esto luego.

Los cachorros asintieron, corriendo como si tuviesen fuego en los piés. El mayor subió detrás respirando profundamente. Abrió la puerta de la alcoba principal, encontrando a Soo, en una silla bronceadora ubicada en el balcón con una mascarilla en el rostro.

— ¿Amor? — preguntó al escucharle entrar. Una sonrisa apareció en el rostro de la omega, al ver que su alfa había regresado.

— Soo — habló el alfa mirándole ceñudo — ¿Por qué mis cachorros hicieron de la sala un campo de guerra?

La omega abrió los ojos en sorpresa — Yo... ellos deberían estar viendo televisión — arrugó la frente — Fui muy enfática en que se quedaran en el cuarto de huéspedes.

Yoongi se masajeó las sienes. — Mira Soo, si no quieres cuidar a mis cachorros está bien... lo entiendo pero no te comprometas con algo que no cumplirás.

La rubia se levantó del asiento cerrando la bata de seda que estaba usando. — En ningún momento dije que no te apoyaría Yonnie pe-

— Entonces haz las cosas bien — gruñó el alfa — puedo apostar a que mis cachorros no han comido nada desde que me fui ¿O me equivoco?

La omega se sonrojó — Yo también estoy ocupada... no eres el único que estaba traba-

— Si lo puedo notar — respondió Yoongi con una risa sarcástica — Saldremos a comer, tienes quince minutos.

La omega asintió y se dirigió al vestidor. Ella no quería pelear, definitivamente lo que siempre necesitaba era a Yoongi de su lado. Tal vez tendría que traer refuerzos.

Yoongi se retiró la corbata y cambió por una camiseta suelta con unos jeans oscuros. Observó el calendario pegado en la pared posterior de su closet y bufó frustrado al ver que su celo podría llegar para su cumpleaños. Se vistió poniendo el recordatorio en su celular para los supresores inyectables que siempre usaba, bajó al primer piso encontrando a sus cachorros jugando con sus manos y susurrando entre sí.

Los tres levantaron sus grandes y brillantes ojos a su padre alfa y el corazón de este se derritió. Ya no importó el caos creado en su sala, solo sus cachorros.

— ¿Qué quieren almorzar? — preguntó con una sonrisa.

— ¡Pizza! ¡Hamburguesa! ¡Helado! — gritaron los tres al mismo tiempo, cada uno pidiendo su deseo en cuestión.

El mayor rió moviendo la cabeza. Su instinto de alfa protector y proveedor estaba saliendo a relucir con su familia, una lástima que no se sintiera completa.

Media hora después se encontraban en un centro comercial, caminando a través de los restaurantes, los tres cachorros iban de la mano de su padre y muchas personas los veían enternecidos. Por su lado, Soo se encontraba irritada al ver la irrupción de su rutina, ya que su alfa había rechazado el restaurante de siempre.

— ¿Esperas que coma aquí? — bufó molesta a Yoongi — ¡Solo mira las calorías de esto!

Los tres cachorros habían entrado al parque para niños tan pronto pusieron un pie dentro del local.

— Mis hijos quieren comer aquí. Bien puedes pedir en otro lugar.

La omega se irritó, y con indignación eligió una mesa del fondo. Yoongi realizó un pedido familiar importándole poco que su pareja no estuviese de acuerdo. Él era un paquete completo alfa y cachorros, ya nunca más estaría solo. Cuando el pedido fue servido los cachorros corrieron a la mesa por su cajita lobo feliz, que traía pequeñas piezas de pollo, dulces y un juguete.

— ¡Eun! — gritó Haeri a su hermano cuando éste accidentalmente apretó con demasiada fuerza la caja del juguito.

— Lo... lo siento — se disculpó el cachorro — Appa siempre lo pone para mi.

Yoongi le miró con ternura, estaba por levantarse para llevar a su hijo al baño cuando su omega lo detuvo. — Yo lo llevaré Yoonie.

La rubia se levantó y arrastró a un sucio Eun hasta el baño, pero faltando unos cuantos pasos se encontró con otra omega.

—¡Mina! — chilló emocionada — ¡Llevaba tiempo sin verte!

La plática entre las dos omegas empezó, haciendo que olvidara al cachorro, que jaló el vestido de Soo, cuando sus ganas de hacer pis se sumaron a su suciedad.

— ¿Qué quieres? — le gruñó molesta por tener que interrumpir la conversación.

— Tengo pipi — susurró el cachorro avergonzado.

— Puedes aguantar — afirmó la mayor, olvidándose del cachorro para seguir con su conversación.

Los minutos pasaron hasta que el celular de Soo Hyung sonó.

— ¿Amor?

— Soo, ya casi terminamos de comer ¿Algo le sucedió a Eun?

La omega abrió los ojos como platos buscando al cachorro, pero este había desaparecido.

¡Mierda!

— Cr-creo que lo perdí — tartamudeó en pánico al ver que no se encontraba cerca.


¡OMG! ¡PERDIMOS A EUN! ¿Ahora, quién lo encontrará? les contaré algo gracioso, mi padre es muy torpe (al igual que yo), así que efectivamente somos como Eun, de los que se hechan el juguito de cajita encima. ¡Espero les haya gustado! ¡Rián sin moderación y nos leemos por ahí! 

Mistakes «Yoonmin» - Omegaverse -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora