II: Capítulo 8

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Yoongi caminaba como un lobo enjaulado en la sala. Jimin se encontraba preparando dos tazas humeantes de té. Mientras escuchaba el alboroto del televisor. Su estómago se apretó al escuchar las fuertes declaraciones de la periodista y observar cómo los reporteros asediaban la casa del mayor.

Al parecer múltiples denuncias anónimas habían sido establecidas contra Big Three, poniéndolo en la mira como el CEO más corrupto de la industria. Su omega se sentía agitado y preocupado, sin saber realmente cómo ayudar. ¿Qué podría hacer un simple omega como él?

Jimin salió con una gran tasa y la dejó sobre el comedor caminando hacia el control y apagando el televisor. Yoongi gruñó en reflejo, el menor volteó los ojos y se acercó a él

— Ven aquí — le pidió con una sedosa voz, liberando su aroma tenue a nueces tostadas.

El mayor le siguió decaído, vibrando con un millón de emociones internas. Jimin se sentó justo a su lado acariciando tiernamente su hombro, al ver como agachó la cabeza abatido.

— Estoy aquí para ti Yoongi — susurró suave — Para lo que necesites.

El alfa le observó con los ojos repentinamente brillantes, sintiendo el peso de los años y las decisiones que había tomado, como estas siempre lo traían de nuevo a Jimin. Se abrazaron al calor del té dejando ir las emociones que los embargaban, el omega negándose a esas sensaciones cálidas y el alfa reprendiéndose por fallar.

Después de la tranquilidad que se sintió como si fuesen horas y uno que otro ruido en el piso de arriba causado por sus cachorros, el timbre sonó.

— ¡Voy yoooooooooo! — gritó Daehyung emocionado, apareciendo de la nada y corriendo a la puerta. Alfa y omega levantaron sus rostros desde el cálido y estrecho contacto en el que se encontraban.

Daehyung abrió la puerta sonriente, creyendo que sería su querida y pequeña alfa Naeyon, quien había acordado visitar aquella tarde. Quedó congelado bajo la fría mirada de aquel alfa de aura oscura. El hombre alto e imponente entró en la sala observando todo con desdén.

— Yoongi — llamó con voz profunda y seria.

El pelinegro se levantó, tragando sonoramente dando la cara a su padre. — Podemos seguir al estudio — dijo contento de que su voz no temblara.

— Prefiero que hablemos aquí — estableció el alfa, dando una intensa mirada a Jimin que hizo al omega sentirse como un pequeño cachorro inadecuado.

Yoongi se movió imperceptiblemente hacia el omega.

— Si gustas puedes sentarte — le ofreció señalando la silla más alejada de ellos.

El alfa levantó una ceja y sonrió descaradamente. — ¿Este es el omega por el que tanto llorabas?

Yoongi frunció el ceño, molesto por la mirada sugestiva de su padre.

— Tenemos cosas más importantes de las que hablar.

Min Hwan rió — Por supuesto — sonriendo de forma descarada se dirigió a Jimin — Me gusta el café negro y sin azúcar ¿Puedes hacer eso bien omega?

Yoongi estuvo a punto de atacar a su padre, tanto así que le costó todo su autocontrol quedarse en el sofá. Jimin en cambio apretó el hombro de Yoongi, con una sonrisa fingida y forzada.

— En esta casa todos saben hacer sus cosas así que si quiere café, bien pueda allí está la cocina. Iré a ver a los niños — finalizó en un susurro hacia Yoongi.

A pesar de que el pelinegro esperaba un insulto por parte de su padre, solo lo vió reír y seguir con la mirada a Jimin mientras subía por las escaleras.

— ¿Era necesario? — cuestionó molesto.

— ¿Qué estás tratando de hacer aquí Yoongi? ¿Jugar a la casita? — gruñó — ¡¿Por un simple omega vas a dejar que todo se vaya a la mierda?! ¡Te recuerdo que he dedicado a esta compañía toda mi maldita vida!

— ¡Fuiste tú quien me presentó a Soo! — le respondió contrariado.

— ¡¿Acaso soy yo el culpable?! — contestó irritado — ¡Quién se iba a imaginar que serías un maldito alfa infértil que no le daría herederos! ¡En qué carajos pensabas!

— ¡Ya tenía tres hijos! ¡Para mí eso era suficiente!

El padre de Yoongi masajeó sus sienes, tratando de drenar la ira que se estaba acumulando. — ¡Tus decisiones de vida me importan una mierda! — bufó — ¡Pero no cuando te metes con mi jodida compañía!

— ¡Te importaron hace catorce años cuando me desheredaste!

— ¿Y crees que estaba jugando? — le preguntó con una mirada fría — Un mocoso que no es capaz de tener prioridades en su vida, no podía dirigir una compañía — Yoongi le dio una mirada de profundo desprecio con su lobo interno a punto de saltar.

La habitación se llenó de un amargo olor a anís y mostaza mezclados. Los dos alfas retándose ninguno dispuesto a ceder. El ruido de las escaleras los distrajo de la guerra de miradas. Jimin se encontraba en la parte de arriba con Minyoon en brazos, bastante alterado, soltando pequeños gruñidos molestos.

— Si no se calman, me veré en la obligación de sacarlos. Están alterando a mis cachorros — aseguró con voz severa.

Min Hwan estuvo a punto de reír. ¿Qué podría hacer un pequeño y menudo omega contra un alfa como él?

Yoongi respiró profundo, sabiendo que sus emociones sincronizaban como un reloj en Minyoon, incomodándolo.

— Será mejor que se retire si no hay nada más que decir — afirmó Yoongi, su voz carente de cualquier emoción.

El alfa rió, observando atrevidamente, las ropas sueltas que usaba Jimin, mostrando sus bonitas clavículas en la amplia camisa a la que se había cambiado. Este omega servirá pensó antes de fijarse en Yoongi y decir

— Tienes una semana para arreglar el desastre. Para el sábado tienes que haber entregado una declaración a la prensa o serás removido de tu cargo — sonrió — De forma permanente.

Yoongi cayó en la silla, con el pánico creciente en su vientre mientras observaba a su padre partir, realmente no habían hablado mucho, ninguna solución o esperanza cercana, solo la noticia de que lo perdería todo y entonces ¿Cómo mantendría a su familia?


Mistakes «Yoonmin» - Omegaverse -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora