Jimin arregló los globos de Iron Man con paciencia, Daehyung amaba demasiado los superhéroes por lo que la fiesta temática definitivamente fue una excelente idea. Sintió el tirón en su vientre al estirarse demasiado, hizo una pequeña mueca bajándose de la silla, respirando con dificultad ¿Cómo es posible que con tan solo treinta años se sintiera tan agotado?
Tal vez eran las largas jornadas de trabajo o los cuatro cachorros que tenía a su cargo, lo que drenaba su energía vital. Se rió de sí mismo al ver su reflejo, en el vidrio de la cocina, lucía cansado, con ojeras oscuras bajo sus ojos, estas se habían convertido en algo habitual en su rostro, tanto así que se rindió en intentar cubrirlas.
— ¡Appaaaa! — gritó Haeri desde el pasillo, interrumpiendo sus pensamientos — ¡Eun está tocando mis cosas!
— ¡Ella miente! — respondió el omega con otro grito.
Jimin sacudió la cabeza sonriendo, sus hijos eran algo peculiares, inteligentes y perspicaces, lo que podrían llamar "avanzados para su edad", pero no dejaban de ser cuatro cachorros revoltosos, que no paraban de molestarse el uno al otro.
— ¡Min Eun deja en paz a tu hermana! — le gritó, tomando un vaso con agua de la encimera, para dar un refrescante sorbo de agua. Su momento de relajación fue detenido por el timbre.
— Es muy temprano para los invitados — susurró para sí mismo, cuando revisó que el reloj marcaba las 10 am.
Caminó a la entrada contoneando sus caderas, satisfecho al ver la bonita decoración que tardó toda la noche en acomodar. Al abrir la puerta sintió un profundo revuelto en su estómago, el mareo lo atacó y el ardor en su piel a la altura de su clavícula donde antes iba la antigua cicatriz escoció.
Allí se encontraba Min Yoongi, de pie, enfundado en un bonito traje negro que remarcaba sus facciones de alfa y combinaba con su perfecta piel blanca. Su cabello seguí igual de negro que hace siete años, su piel pálida pero con los rasgos más definidos. Toda su naturaleza de alfa había salido a la luz, pues musculos definidos se marcaban debajo del traje.
Ante la sorpresa, Jimin dejó caer el vaso de su mano. El mayor no encontró palabras, mientras veía al que fue su omega y primer amor, agacharse a recoger los vidrios del suelo.
— Jimin — murmuró quedamente. ¿Qué debería decir? ¿Sería un mal momento para aparecer? ¿Demasiado inoportuno? Reaccionó algunos segundos después, pero cuando iba a agacharse, un pequeño cachorro de tal vez siete años se acercó.
— ¿Appa? ¿Está bien?
Yoongi le detalló, ojos negros, cabello azabache y piel blanca como la leche. Pocos cachetes y contextura delgada, movió su nariz, tratando de percibir algún olor, percatandose de que llevaba el aroma a nueces tostadas de Jimin sobre él, lo que significaba que aún no se presentaba.
El castaño se giró hacia su hijo. — Tranquilo cariño, he sido torpe y soltado el vaso.
— Pero se puede cortar appa — refutó el niño frunciendo el ceño.
— Yo puedo ayudarte — interrumpió Yoongi, quien al agacharse se tuvo que detener a medio camino.
¿Él me está gruñendo?
— Alfa... lejos — rugió el menor en advertencia.
Los ojos miel de Jimin brillaron ante la lucha de miradas que estaban llevando a cabo su pequeño cachorro de seis años y el alfa mayor.
— Suficiente — dijo interponiéndose en la guerra — Ve por un recogedor y llama a tus hermanos a la cocina ¿Entendido?
El cachorro asintió obediente y caminó a las habitaciones a lo largo del pasillo. Jimin respiró profundamente girándose hacia Yoongi. Inevitablemente se encontró con el fuerte aroma a Anís con un toque de vainilla.
Su lobo se removió un poco ante el descubrimiento, pero con toda la fuerza que a lo largo de los últimos siete años cultivó, tomó una respiración profunda y con los vidrios en su mano, se levantó y enfocó sus ojos en Yoongi.
— ¿Qué haces aquí? — le cuestionó cortante.
El alfa se sonrojó levemente perdiendo la compostura por algunos segundos.
— Es el cumpleaños de Daehyung y yo quería... traerle algo — respondió, mostrando una caja envuelta en papel verde brillante.
El omega le miró con incredulidad — ¿Es todo lo que tienes que decir?
Yoongi carraspeó — Yo, quiero... ver a mis hijos... ha pasado mucho tiempo y yo...
— ¡Malditamente ha pasado! — gruñó Jimin — ¡Siete años para ser exactos! — le recriminó el menor, sintiendo como la ira comenzaba a bullir en su interior, saturando el ambiente de un penetrante olor a nueces — ¡Siete malditos años abandonas a tus cachorros y apareces con ¡¿Un regalo?! — gritó, apretando sus manos en puños y cortándose inconscientemente.
Mientras el peli-negro observaba a Jimin, pensando en algunas cosas que le gustaría contarle y explicarle, su hijo mayor, que en su ausencia se había presentado como un precioso omega, apareció.
— ¿Papá? — susurró perdido en el asombro. Después de tantos años, no creyó que lo reconocería tan fácil, pero el olor a hogar, ese que había extrañado desde los cinco años, lo envolvió.
El corazón de Jimin se estrujó consciente de que sus dos hijos mayores fueron los que más sufrieron con la ausencia del alfa y a pesar de todos sus esfuerzos no logró llenar aquel vacío. Los otros tres cachorros no tardaron en llegar, sintiendo la incomodidad del ambiente, viendo a Daehyung saltar sobre Yoongi como si fuera un pequeño niño.
La siguiente en reaccionar fue Haeri, quien al advertir la presencia del alfa corrió a su encuentro. Eun se acercó temeroso, esperando. Yoongi apretó ambos cuerpos hacia sí, sonriendo inevitablemente, ante el regocijo que sintió pues los había extrañado, sus ojos se enfocaron en Eun y las lágrimas no tardaron en llegar, el menor de sus cachorros era ahora un omega de cabello castaño y mejillas regordetas con olor a limón. Ante el reconocimiento también saltó hacia su padre.
Jimin observó la escena, sintiendo como todo su mundo daba vueltas en tan sólo segundos. Los años después de la partida del alfa fueron difíciles, ni hablar de pasar por la presentación de tres cachorros omegas, que estuvieron sin un alfa que les permitiera sentirse protegidos.
Cuando su corazón estuvo a punto de irse a la deriva en los llantos de sus cachorros, aferrados al alfa como si no fuese posible respirar sin él, Minyoon se acercó hacia él, tomando con su manita, los gorditos dedos de Jimin, apretándolos con fuerza.
— Appa está sangrando — habló el pequeño en voz baja — Appa minnie está herido... tenemos que ir a curarlo — chilló jalándole al interior del departamento.
Jimin observó a su hijo menor entre las lágrimas. Completamente desconcertado de lo que le esperaría ahora que aquel que le causó tanto dolor había regresado.
¡Mis pequeños saltamontes! Les traigo el primer capítulo. Será una actualización semanal y tal vez una que otra maratón. ¡Cuídense mucho! Nos leemos por ahí.
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Mistakes «Yoonmin» - Omegaverse -
Fanfiction«El amor no siempre lo perdona todo. La verdad siempre evidente, incluso ante aquel que se niega a ver » Donde Yoongi abandona a su omega en estado con tres cachorros. - Yoonmin - Otras ships que si menciono serían spoiler Prohibida su copia...