Capítulo 33

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Jimin se levantó con pereza aquella madrugada de Mayo. Miró con desdén el reloj y estiró su cuerpo, escuchándolo crujir en algunas partes. Hizo una mueca ante los pequeños dolores, caminó al baño y lavó su cara, listo para comenzar el día. Tropezó con la camisa de Basket que últimamente Minmin nunca soltaba y entonces arrugó la nariz. 

Yoongi se había ausentado desde hace tres semanas, la última vez que se vieron fue en aquel desayuno familiar. Jimin podría decir que estaba preocupado, pero entendía que el alfa tenía más obligaciones que solo su pequeña familia. Una vaga y corta explicación a sus cachorros con varios viajes de negocios entre ellos había sido la excusa de su ausencia.

Al castaño le gustaría decir que lo extrañaba, pero la verdad, lo que más le incomodaba eran sus cachorros, todos tristes y algo desanimados por la ausencia definitiva de su padre alfa. Por su lado, Minyoon tampoco estaba mejor, la fecha de cumpleaños sería al día siguiente y Jimin solo podía rogar que las cosas se suavizaran un poco. 

Su hijo menor, andaba molesto, febril e irritable por toda la casa e incluso tenía prohibido ir al colegio o sus prácticas de basket por "alterar a sus compañeros". Jimin había refunfuñando a la regordeta profesora alfa, esperando algo mejor que un - Su hijo es un malcriado - así que derrotado, había recluido a su cachorro en casa desde hace dos días.

Su aroma a leche materna estaba desapareciendo y rápidamente estaba tomando un tono alicorado y fuerte muy parecido al... anís. El castaño, bajó las escaleras suspirando, el olor de su cachorro estaba trayendo consigo muchos recuerdos y molestias, no solo por el abandono de Yoongi sino por su omisión de la verdad ahora que había regresado. 

Jimin se encontraba saltando entre el presente y el pasado mientras preparaba el desayuno, ya que el aroma, muy similar al de Yoongi para su propio bien, lo estaba enloqueciendo lentamente. En las solitarias semanas de reflexión, se dio cuenta que no estaría bien rendirse a la custodia de sus hijos, no para que sean criados por esa fría y antipática omega que Yoongi tenía como esposa. 

Lavó las naranajas para exprimir un poco jugo, detallando sus regordetas manos, que con el tiempo habían tomado algo de color y algunas arrugas. Nunca tuvo un anillo, nunca se casó. Un pequeña risa salió de su boca junto a un susurro

— ¿Con qué miedo al compromiso, eh Jimin? — pues recordó que aunque en múltiples ocasiones el alfa se le había declarado el se negó rotundamente. 

Fuiste un idiota... pensó para sí mismo, pues le había dado completa libertad a su alfa en bandeja de plata. 

Acomodó los comestibles sobre la mesa y subió para despertar a sus cachorros, llevándose una inesperada sorpresa, cuando un febril Minyoon sollozó ante él.  

— Appa... duele... — chilló el cachorro en voz baja, encogiéndose en posición fetal.  

¡Oh, mierda!  

Shh, shhh — le arrulló Jimin — Papá hará que pase — murmuró — Ya pasará... 

Lo cargó rápidamente hasta la tina de su habitación abriendo completamente el agua tibia para darle un baño mientras gritaba 

— ¡Daehyung! ¡Te necesito ahora! 

Desvistió a su tembloroso y adormilado cachorro para introducirlo en la tina, cuando su hijo mayor llegó. 

— Papá yo...

Un gruñido lo detuvo en la puerta del baño, haciéndole temblar de miedo, pues su pequeño hermano menor le gruñó salvaje, saturando el baño con un fuerte y denso aroma a hinojo. Se tapó la nariz, dando un salto cuando Minmin mordió a su padre y este chilló adolorido. 

Mistakes «Yoonmin» - Omegaverse -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora