Capítulo 42

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Un lamento escapó de sus labios mientras las lágrimas caían sobre el papel que hace tan solo algunos minutos había entregado el mensajero, pidiendo millones de disculpas por el garrafal error. El cachorro era su hijo, fruto del profundo amor que tuvo por Jimin, ese que en aquellos momentos creía estaba renaciendo de las cenizas con violencia. Su lobo aulló afligido, completamente desgarrado por el dolor, le gruñía con rencor y furia al humano que tercamente se negó a escucharle.

Yoongi sentía como la ira y el desconsuelo se entremezclaban en su cabeza empañando su vista con lágrimas. — ¡Por qué carajos no insististe! — gritó a la nada, levantando sus brazos en el aire. Desconociendo si aquello iba para Jimin o sí mismo. Se levantó temblando, sintiendo como las paredes se movían, como todo a su alrededor se burlaba de él, de lo estúpido que había sido. La cólera apoderándose de cada pequeña parte de su cuerpo.

Comenzó a gruñir profundamente, expulsando feromonas anisadas por doquier, considerando que si su lobo aún lograra cambiar, en aquel momento sería posible. La sensación de ahogo en su pecho era tan fuerte y ardiente que estaba seguro enloquecería. Tratando de amortiguar la pena empezó a destruirlo todo llevado por la ira y el dolor. Tomo la mesa de centro, la elevó con asombrosa facilidad, lanzándola tan fuerte que fácilmente se hizo añicos contra la pared opuesta. Vidrios, porcelana y madera volando por doquier, como un perro rabioso suelto. Los sofás fueron destruidos, despedazados desde las profundidades, tal y como él se sentía vacío y lleno de... ¿Nada?

El timbre sonó y su furia hirvió. ¿Cómo se atrevían a interrumpirlo? ¿Quién osaba molestarle cuando todo su maldito mundo se había destrozado? con los ojos inyectados de sangre, arrasados por la miseria y la destrucción se acercó a la puerta. El olor a mostaza y coco asaltó sus fosas nasales, provocando que apretara los puños hasta dejarlos blancos. ¿Cómo se atrevían a venir? ¿A siquiera buscarlo? Abrió la puerta, desmoronando el picaporte en el camino.

Min Hwan entró con aire de suficiencia, luciendo tan pulcro y recto como siempre, de su brazo se encontraba Min Sunhee sonriendo como si hace unas semanas no hubiese venido al gran escándalo. La omega arrugó la nariz y parpadeó varias veces, intentando reconocer su entorno. Inconscientemente, se abrazó un poco más fuerte a su marido, quien entrecerró los ojos ante el fuerte aroma. Ambos por reflejo retrocediendo varios pasos.

—¿Qué quieren? — cuestionó con un gruñido gutural, removiendo con bruscos movimientos las lágrimas de su rostro.

— Te recuerdo que soy tu padre — Habló el hombre canoso con gruesa voz. Arrepintiéndose al instante de sus palabras. La hostilidad del alfa frente a sí, podría destruirle. Incómodamente, regresó unos cuantos pasos más.

Yoongi le observó bufando, conteniendo a duras penas la pena y cólera que le atormentaban.

— ¿Qué está pasando? — preguntó la omega con cautela, deteniendo cualquier avance agresivo de su alfa.

El pelinegro suspiró profundamente, tomando sin delicadeza la endemoniada hoja que se arrugaba en sus bolsillos. Sus padres leyeron sin comprender realmente lo que sucedía. Al ver sus rostros confundidos soltó con amargura

— Park Minyoon es mi hijo biológico. Jimin no... él no mintió hace siete años — Y aquellas palabras se asentaron desagradablemnete en su pecho.

La omega soltó una ahogada ¡Oh! mientras el alfa miraba ceñudo a su único hijo.

— ¿Abandonaste a un omega por siete años sin corroborar su historia? — la burla en su voz, provocando que la ira del alfa se desbordara.

— ¿Me vienen a reclamar? — les gritó lanzando puños al aire — ¡Malditos hipócritas! — apuntó — ¡Sí fueron ustedes quienes odiaron a mi familia desde el principio! ¡Jimin se mataba en dos trabajos y cuidaba a los cachorros, mientras yo iba a la universidad y trabajaba mil horas por un sueldo de mierda! — finalizó desgarrado.

— ¡Porque no era lo que queríamos para ti! — chilló la mujer — ¡Es un omega sin clase, sin estudios, un pobretón! ¡Solo te quería para ascender en la sociedad!

Yoongi dio un puño al sofá de dos plazas, que ya se encontraba despojado de sus almohadones, partiendo la madera a la mitad.

— ¡¿Se preguntaron alguna vez cómo es que nunca lo presenté?! — aulló caminado en círculos. 

— ¡Él jamás fue consciente de toda mi fortuna! ¡Pensaba que yo era un chico de clase media con una beca parcial en la universidad!

Su padre le observó molesto.

— ¿En qué estabas pensando embarazándolo tan joven?

— ¡No es su maldito problema ni ahora ni nunca! — aseguró manoteando al aire.

— ¡Claro que lo es! — bramó — Cuándo mocosos estúpidos e ignorantes quieren adueñarse de mi empresa ¡No lo permitiré!

— ¡Son mis hijos! ¡Joder! — gritó el pelinegro furioso, cayendo al suelo entre los restos del sofá, desconcertado, con el rostro lleno de lágrimas, susurrando perdido — S-on mi...mis cachorros mis pe-pequeñ-os cach-chorros — se lamentó, tapándose el rostro con las manos y moviendo la cabeza en negación.

La omega observó a su esposo con preocupación, este le devolvió aquel sentimiento por el lazo que compartían. Su intención había sido garantizar un futuro próspero para su único cachorro, no esperaron que se enlazara tan rápido y aún más, que fuera con un omega tan pobre.

— No nos puedes culpar de tus decisiones Yoongi — dijo el padre con voz neutra — Fueron tus elecciones las que te tienen aquí ahora.

— ¡Malditamente influenciadas por ustedes! — les gritó en medio del dolor — ¡Son tan responsables como yo de mi miseria!

Omega y alfa se miraron con tristeza en sus ojos al ver el caos que era su hijo. El alfa suspiro, teniendo en cuenta que tal vez jugó su parte, manteniendo a su hijo fuera del país y amarrándolo a Soo Hyung en cuanto vio la oportunidad.

— No vinimos aquí para escuchar tus lamentos como si fueras un cachorro — anunció.

Yoongi le observó con odio aún desde el suelo — Trajimos los papeles de Soo Hyung. Ha iniciado el trámite de divorcio e interpuesto una demanda por acciones de la empresa.

Los ojos del pelinegro saltaron.

— ¿Qué? — preguntó en un susurro contenido.

— No dará el divorcio a menos que entregues parte de tu participación como accionista mayoritario y tu puesto en la junta directiva.

Yoongi comenzó a reír histéricamente, viendo el mal chiste en que se había convertido su vida en tan solo unas horas.

Su madre le observó con algo de miedo mientras este se ponía de pie — No querías que firmara acuerdo prenupcial ¿verdad, madre? — sé carcajeó amargamente — Ahí tienes, la perra que encontraste para mi quiere todo lo que tienes.

La mujer indignada levantó la mano, arrepintiéndose de inmediato. Ciñéndose a su esposo.

— Le daré todo lo que quiera con tal de obtener el maldito divorcio, ustedes verán cómo se las arreglan.

— Tendré que destituirte de tu cargo — declaró el padre de inmediato.

Yoongi miró a sus padres a los ojos para no perderse cada segundo de su reacción, sintiendo como la fatalidad de sus acciones le pasaba factura.

— ¡Me importa una mierda! — aseguró — Regalen todo a esa maldita perra, al final fueron ustedes quienes la eligieron — . Se agachó sobre los restos del buró, tomando sus llaves junto a su billetera para finalizar diciendo — El día del nacimiento de Daehyung, Jimin no quiso casarse conmigo, quería esperar a "estar a mi altura" — hizo comillas con los dedos — incluso creyendo que era un pobre idiota clase media, sin saber que venía de cuna de oro, quiso firmar los prenupciales, porque si todo terminaba cada uno tendría lo que fue suyo para volver a empezar.

Después de eso y dejando a sus padres totalmente desconcertados en la mitad de su gran sala, cerró de un portazo. Fijando su destino a la licorera más cercana y la casa de cierto omega mentiroso. 


¡Hola mis amores! ¿Ya se percataron que estamos a un capítulo de terminar? ... La primera parte digo. Este fue uno interesante de escribir. Espero les haya gustado. Recibo tomates o lo que quieran lanzar por acá.  Besos en las nachas y nos leemos por ahí. 

Mistakes «Yoonmin» - Omegaverse -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora