Capítulo 22

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Yoongi se levantó del sillón ubicado en el estudio cuando recibió la notificación de que su domicilio había llegado. Caminó por el pasillo, pasando por la sala, observando como Jungkook jugaba con sus cachorros en el jardín y les hacía sonreír, logrando que estos olvidaran por un momento a su padre omega, inconsciente en el piso de arriba. En el fondo deseó ser aquel alfa, que con facilidad sabía que agradaba a sus pequeños y como reconfortarlos en la adversidad.

Abrió la puerta encontrándose con un delgado repartidor.

— ¿Señor Min? — el alfa asintió.

— Aquí tiene su domicilio. La producción ha estado cortada últimamente por unos problemas en la fábrica, por lo que las unidades están casi agotadas. Solo logramos suministrar las dosis más bajas.

Yoongi gruñó. — Lo... lo siento mucho — respondió el repartidor algo asustado. — Si las aplica todas logran actuar como una dosis completa del que usted solicitó.

Yoongi le observó frunciendo el ceño, su celo se había vuelto muy fuerte desde que dejó a Jimin, obligándolo a inyectarse al menos tres dosis de los supresores más potentes del mercado, para poderlo soportar. Cuando encontró la compañía de Soo, las cosas no mejoraron. A pesar de pasar el celo con una linda omega, este era demasiado fuerte y si no consumía los supresores duraba más de lo normal, corriendo el riesgo de hacerle daño a Soo, ya que su lobo se volvía muy agresivo. Su alfa gruñó, al darse cuenta que esta vez, estaría sin supresores y sin Kim Soo para acompañarlo, pues la había rechazado ese mismo día.

— Estoy perdido — susurró para sí mismo, luego de cerrar la puerta y volver al estudio, tomando conciencia de que mientras había caído dormido, alguien cerró las gruesas cortinas del gran ventanal. 

Con un sonoro suspiro, sacó las pequeñas jeringas de diez centímetros cúbicos, y se inyectó una a una al rededor del ombligo, sintiendo como el calor y la ansiedad de su lobo era saciada. Después de treinta minutos desde la última dosis, salió, encontrándose con un Jungkook recién bañado, con ropa nueva, cargando a Eun.

El cachorro sonreía al alfa y le daba besitos esquimal mientras este dejaba mimos en su cabeza con cariño.

— ¡Fuiste muy valiente! — le alentaba Jungkook — ¡El cachorro más valiente de todos!

El menor soltaba una carcajada, dejando que su tenue aroma a limón escapara.

Yoongi gruñó interrumpiendo el momento. Envidiaba a Jungkook y lo odiaba en partes iguales. Para él era difícil tener las risas de sus cachorros, pero su relación con Eun era particularmente complicada. Mientras que Daehyung siempre estaba de su lado, al igual que Haeri, Eun no tenía muchos recuerdos de su padre, era un cachorro tímido, por lo que aún se sentía inseguro alrededor del alfa.

— ¿Qué haces aquí todavía? — le preguntó Jungkook con burla — No veo que alguien esté necesitando tu presencia.

El pelinegro gruñó. — Estoy para cuidar a mis...

— ¿Por qué no te has ido? — cuestionó Jimin, envuelto en una vieja y raída bata de algodón celeste desde lo alto de la escalera.

— ¿Ya te sientes mejor? — preguntó el alfa, queriendo subir.

Jimin estiró la mano haciendo que se detuviera en el primer escalón. — Yoongi — suspiró en voz alta, masajeando sus sienes y apretando los ojos — Estás en celo y en esta casa solo hay omegas, alterarás a los cachorros de nuevo.

El mayor frunció el ceño — Pero tu estabas enfermo, un alfa los hará sentir...

— Jungkook se quedará esta noche. Él hará nido con nosotros, su omega lo aprobó.

Yoongi sintió un dolor profundo en su pecho, su lobo aulló furioso. — ¡Él no es su padre! — alegó molesto.

— ¡Pero no lastima a mis cachorros! — gritó Jimin, viéndose obligado a sostenerse de nuevo por un mareo.

Jungkook gruñó a Yoongi. — Será mejor que te vayas. Jimin se encuentra delicado y Eun necesita recuperarse de lo que sufrió cuando tu omega lo perdió.

El pelinegro bufó — Fue un acci...

— Y Eun sabe que no hará algo como eso de nuevo ¿Verdad? — dijo Jungkook al cachorro omega que tenía entre sus brazos, quien asintió obediente — Así que ya con todo claro, es mejor que vayas a pasar el celo junto a tu pareja.

— ¿No tienes un omega que atender? — puyó Yoongi, obteniendo una mirada mortal del otro alfa.

— Que está esperando gemelos — aseguró Jungkook con una sonrisa maliciosa — Y al que jamás he abandonado, incluso cuando me presentó a su segundo alfa, así que ya que mi omega está seguro en casa, sabe que lo amo y jamás le abandonaré sin darle una explicación, puedo quedarme aquí, ayudando a mi segunda familia. ¿Sabes Min? Los lobos que ignoran siempre pagan un precio muy alto ¿No crees?

Yoongi sintió como esa daga le atravesaba y lo dejaba desarmado. Porque era justamente eso lo que hizo con Jimin, abandonarlo sin explicaciones, todo tras una pelea donde dijo cosas hirientes. Entonces la duda más grande desde que regresó se plantó en su cabeza ¿Qué haría donde ese cachorro sí llegase a ser suyo? Negándose siquiera a admitir aquel pensamiento, bufó ante Jungkook.

— Me iré a despedir de los cachorros.

Se acercó a Eun pero este rechazó su contacto y se abrazó al contrario en busca de protección. Volteó hacia la escalera viendo como Haeri y Daehyung estaba al lado de su padre omega, se dispuso a intentar subir de nuevo pero escuchó la voz de su hijo mayor rompiéndole el corazón.

— Será mejor que te vayas papá. Appa Minie no se siente bien y tu presencia asusta a mis hermanos.

En ese momento el alfa del mayor, aulló adolorido. Había perdido todo el esfuerzo de tres meses en recuperar a sus cachorros, porque ahora ellos tampoco confiaban en él. 

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Mistakes «Yoonmin» - Omegaverse -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora