Capítulo 29

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CAPÍTULO 29

Frunció el ceño y gimoteó levemente, intentando moverse sin conseguirlo. Suspiró, procurando calmarse al sentir un fuerte pinchazo en su costado derecho. Lentamente abrió los ojos, analizando la situación y observando la habitación que la protegía de cualquier peligro. ¿Dónde...?Tragó saliva y notó un peso sobre su mano zurda, bajó la mirada, encontrándose a Jehwa durmiendo incómodamente apoyada sobre el borde de la cama y con ambas manos protegiendo la suya.

- Buenos días -Una desconocida voz le hizo sobresaltarse todo lo que pudo, girando la cabeza lentamente hacia la derecha. Sus miradas se cruzaron, llenando la habitación de preguntas y una paz indescriptible.

- ¿Quién...? -Su voz sonó rota producto de no haber hablado durante días.

- Me llamo Lee Jihoo, te encontré tirada en el suelo y decidí llevarte aquí... -Jessica suspiró, mirando el techo- Otra vez -El rostro de la rubia se llenó de curiosidad y preocupación, mirándolo de nuevo- Tú no me recuerdas pero yo a ti si -El hombre se levantó de la silla y se acercó a ella- Y a tu amiga también.

La mente de la menor se llenó de recuerdos pasados que había probado de olvidar, sin embargo, el desconocer la apariencia y la identidad de su salvador, le hizo bloquear esos recuerdos con la esperanza de encontrarse algún dia con ese hombre que las salvó del violador; a ella y a Tiffany.
Sus ojos se llenaron de lágrimas que recorrieron sus cabellos al estar completamente tumbada y la emoción invadió su cuerpo de tal manera que se puso a temblar. Por primera vez en la vida, sintió como su corazón se encogía de alegría. Se había empequeñecido otras veces por la emoción, el miedo, la desesperación,... pero nunca por la alegría, y ahora se sentía incluso mejor con ella misma.

- Has estado durmiendo dos días, y esa chica no se ha separado de ti en cuanto la avisaron de que alguien te había encontrado -Ambos hablaban en susurros para no despertar a Jehwa pero los tembleques de la rubia la despertaron más tarde- Buenos días a ti también -La doctora sonrió levemente, ayudando a la menor a sentarse en su cama, en silencio, sin decir ni una palabra.

Jessica se extrañó, pensando que la mayor debía estar enfadada aún con ella. Suspiró bajamente, poniendo mirada triste pero sorprendiéndose al notar un fuerte abrazo. Era cálido, relajante... pero desesperado, Jehwa no estaba enfadada, y Patricia... la había hechado mucho de menos. A la menor a veces le parecía que trataba con dos personas distintas encerradas en un mismo cuerpo, pero Jehwa y Patricia eran la misma, a pesar de que esta a veces cambiara su nombre, poniendo más seriedad al asunto cuando se trataba de su nombre español.
Cuando Jessica intentó decir algo, la doctora negó con la cabeza, prohibiéndole hablar; a cambio de esto, ella le regaló las lágrimas más sinceras que pudieron salir de sus ojos, y unos sollozos llenos de culpa que hicieron sentir las manos de la rubia acariciando su espalda para calmarla.

- Espere... -El hombre quiso salir pero Jessica se lo impidió con palabras- Quiero hablar con usted... -Siguió acariciando la espalda de la mayor, la cual agarraba con fuerza su ropa para que no se separara de ella- Cuando todo se haya calmado y vuelto a su posición... -El hombre asintió, volviéndose a sentar en su silla.

- Lamento no haber podido encontrar a tu amiga -Se disculpó alzándose de hombros- Sé que está desaparecida porque lo vi en la televisión pero... nada más.

- No se preocupe... -La rubia tragó saliva al soltar las palabras, notando como Jehwa se separaba de ella ya más tranquila- Cuando me dejen salir de aquí, ayudaré a la policía a encontrarla. Es mi amiga, seguro que está en algún lugar que ambas conocemos...

***


Agarró la poca ropa decente que quedaba en esa sucia casa y se vistió con ella, sintiendo como algo marcaba su piel; no quería ni pensar qué estaba tocando.
Abrió la puerta, lentamente, casi sin respirar, mirando a ambos lados del camino antes de salir. Tragó saliva, nunca antes su corazón había latido tan rápido, lo notaba en su garganta, con el miedo de que acabara saltando y corriendo asustado. Inspiró profundamente, empezando a correr hacia el norte con la esperanza de encontrar alguna torre alta que la guiara o alguna persona de buena fe que quisiera ayudar a una pobre chica sucia y golpeada por todas partes.

Iba descalza, sintiendo como pequeñas ramitas o piedras se clavaban en las plantas de sus pies, grises por la suciedad acumulada en esa pequeña casa que la había vuelto claustrofóbica. Tiffany tenía miedo, mucho más que la primera vez que fue tocada por ese hombre, mucho más que cuando sentía que sus huesos se rompían por las palizas de Sunny, incluso más miedo que cuando oyó el rechazo de Taeyeon en el altar... Las lágrimas salían descontroladamente de sus ojos, notando el leve cosquilleo de las salinas que recorrían sus mejillas y se llevaban consigo un poco del polvo que había manchado toda su piel.

La pelirroja se sentía sucia, ultrajada, más muerta que viva.

El ruido de un coche a lo lejos la esperanzó, haciéndole sonreír por unos segundos; pero, a pesar de eso, comenzó a notar un repentino mareo que la envolvió; su cuerpo no respondía, y antes de que pudiera darse cuenta, había caído al suelo sin poder mover gran parte de sus extremidades. La falta de alimento, de higiene y de cuidados, la habían vuelto un zombie, una chica más que deshidratada, alguien sin voz para pedir ayuda.

- ¡Tiffany! -Oyó la voz del hombre y los ladridos del perro que la buscaban como locos. Sintió sus pupilas arder por no bajar sus párpados e hidratar sus ojos. Sentía tanto miedo que no quiso mirar atrás, arrastrándose como un gusano por el suelo, buscando una pequeña pendiente cerca del camino que la ayudara a ponerse de pie y poder adentrarse en el bosque, si más no, para confundir un poco el olfato del animal que seguramente la estaría buscando- ¡¡Sun Hee!!

Quiso gritar, liberarse de la gran carga que suponía escapar de ese maniático que no paraba de golpearla y de violarla como si fuera una muñeca sin sentimientos. Su cuerpo estaba sintiendo la fatiga de no poder moverse con libertad durante tantos días. ¿Cuántos habían pasado ya? La chica no sabía si el sol se estaba poniendo o si estaba saliendo, todo le parecía confuso, incluso estaba confundida con la personalidad que tenía en mente: Sun Hee, la adolescente delincuente que escapó de América? Miyoung, la chica tímida que se escondía detrás de una línia erótica? Tiffany, la belleza pelirroja que acabó vendiendo su cuerpo para olvidarse de su amor perdido? O simplemente una chica sin nombre que solo intentaba escapar de todas esas vidas pasadas?
Los ladridos del perro que se acercaban le hicieron gastar sus últimas fuerzas en ponerse de rodillas y seguidamente de pie, agarrando una fina rama de árbol que encontró cerca de ella, utilizándola como bastón para poder andar más deprisa.

Iba herida de todas partes y su boca seca le hacía sentir náuseas, todo le daba vueltas, incluso su propia respiración. Debería haber robado algo de comida en vez de ropa... Sus pensamientos desesperados le estaban nublando la vista, terminando por caer cerca de unos matorrales que arañaron su mejilla izquierda y parte de su brazo, hiriéndola sobre las heridas mal curadas que ya tenía sobre su cuerpo.
La pelirroja había acabado con marcas sobre marcas, y con una personalidad sobre la otra, terminando por llevarla a un mundo donde todo le parecía perfecto, lleno de paz, de armonía, con alguien que la amaba y que se dejaba amar por ella... Taeyeon... Cerró los puños con la poca conciencia que aún le quedaba y empezó a llorar de nuevo, sintiendo como el polvo de la arena seca del camino entraba en su boca, ahogándola con una tos que no consiguió ni salir por lo cansada que se sentía. Taeyeon ayúdame...

Escuchó la voz de la castaña en su mente, repitiéndole una y otra vez que la amaba, que quería estar con ella. "Me he enamorado de ti, déjame quererte. Puedo hacerte feliz si tu me dejas... ¿Sabes? Tengo mucho dinero, no te faltará de nada, solo quiero tu amor... Por favor Miyoung, dime que si, dame una oportunidad, no te defraudaré..." Suspiró, cerrando los ojos y dejando de fruncir el ceño, sintiendo como su cuerpo se aligeraba.
Le dio la sensación de que estaba volando, de que se había liberado de algo que la estuvo persiguiendo durante años. Le pareció que sus labios se curbavan en una sonrisa con conciencia propia, sintió felicidad en su cuerpo, algo que le hizo erizar su piel con un agradable escalofrío en su espalda. "Tiffany, te has enamorado de Taeyeon, lo vi el día que cenaste con nosotras dos" La voz de Hyoyeon apareció en su mente como uno de esos sermones a los cuales les daba toda la razón.

La rubia era muy sabia, sabía decir las palabras adecuadas en cualquier momento, y ella, por tozuda y orgullosa, no la quiso escuchar nunca. Jehwa también fue una pieza importante, una persona clave que le hizo sentir felicidad y envidia al mismo tiempo. Jessica siempre fue más mala que yo... ¿por qué yo no he obtenido la misma felicidad que ella? ¿Qué hice mal...? Sus propios pensamientos golpeaban su cabeza con fuerza, haciéndole soltar leves gemidos de dolor mezclados con los golpes y heridas que pesaban sobre su cuerpo como una condena. Taeyeon, te amo... Ahora que estoy en paz conmigo misma, puedo aceptarlo... ¿Me aceptarás tú...?

Call Me [TaeNy FanFic] (Editando y corrigiendo) (Hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora