Capítulo 13

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CAPÍTULO 13

Pasaron los días, y cada vez se sentía más alejada de esa bajita que ocupaba su cabeza. No quería admitirlo, le daba miedo pensar que quizás Sunny la golpearía hasta matarla, y esta vez, con todas las letras. Suspiró, no le gustaba su trabajo pero le pagaban bien, muy bien.

- Cariño, ¿estás lista? Hay otro cliente que pide de tus servicios -Tiffany, ahora pelirroja, sonrió y se ató el último nudo del apretado corsé antes de agarrar la fusta y salir hacia las habitaciones de servicio. Su compañera le condujo hasta el camino, perdiéndose luego en otra habitación- Realmente tienes muchos admiradores, creo que has salvado al jefe de una gran quiebra.

- Supongo que debo alegrarme -La chica sonrió y se encerró en la habitación número 30, siendo observada por un hombre de mediana edad que parecía ser un inexperto en el campo de la prostitución- ¿Tienes miedo?

- B-Bueno... Soy bastante patoso con las mujeres, mi esposa me odia por eso... -Se acercó a él y se sentó sobre su regazo, acariciándole la mejilla que tenía cierto tacto raposo por la barba de tres días que llevaba. Sus guantes de cuero rosa le protegían de cualquier textura que sus dedos pudieran tocar.

- Pobrecito... -Se cruzó de piernas y sonrió, abrazándole la cabeza para que apoyara la frente sobre su pecho- Mamá Tiffany está aquí para cuidarte, todo va a salir bien.

- Realmente eres como dijeron mis compañeros... -El hombre rodeó sus caderas con las manos temblorosas y la miró a los ojos.

- ¿Qué dijeron tus compañeros sobre mí? Siento curiosidad.

- Dijeron que eras como el ángel que protege las almas de los pobres. No me refiero a pobres económicamente sino a los pobres como yo que no sabemos cómo afrontar nuestra vida sexual, nunca pensé que me encontraría aquí, pidiéndole a una señorita que me diera lo que he buscado durante toda mi vida.

- ¿Y qué es lo que buscas?

- Que Mamá Tiffany me ayude a tener mi primer orgasmo.

***

Miró por la ventana, sonriendo, observando con amor ese gran árbol que tantas sombras le había proporcionado al lado de Sunny, su mejor amiga. Suspiró, agarró la maleta y miró una vez más la habitación, deseaba que la próxima vez que tuviera que volver a ese sitio fuera ya en otra vida. La abogada Kim no piensa volver nunca más a este lugar, lo juro. Apretó los dientes y frunció el ceño antes de salir al pasillo y cambiar por completo su cara, dirigiéndose a la habitación de Sunny.

A la bajita rubia aún le quedaban unas cuantas semanas de rehabilitación, pero su mal humor había desaparecido por completo e incluso Jessica consiguió su perdón. Ambas rubias estaban charlando animadamente, sonriéndole a Taeyeon cuando esta llamó a la puerta y entró, seguida de su maleta negra.

- ¿Ya estás lista para irte? -Sunny habló en tono infantil, alegrándose para ella a pesar de que sabía que su mejor amiga ya estaba curada y seguramente tardaría en volver.

- Quería despedirme una vez más de ti -La castaña la abrazó y sonrió, sintiendo las cálidas manos de la bajita sobre su espalda- Jessica vendrá a visitarte cada día que pueda, ¿verdad?

- Claro -La rubia más alta soltó una suave risilla.

***

Aún le quedaban tres horas antes de comenzar sus horarios nocturnos. Lo único que agradecía de ese empleo, a parte del buen salario, era que podía dormir cuantas horas quisiera por las mañanas. La casa estaba solitaria y aún no había ido a visitar a Sunny, por miedo a encontrarse con esa bajita. Se tocó la frente, masajeándose un poco las sienes dentro del taxi, esa chica, Taeyeon, había aparecido incluso en sus sueños. Dicen que cuando una persona que conoces aparece en tus sueños, significa que dicha persona está pensando en ti o sueña contigo.... Suspiró, ¿por qué creerse esas bobadas? El automóvil se paró y bajó de este, pagando y dirigiéndose hacia la entrada del hospital.
Comenzó a caminar por el pequeño camino de tierra pulcramente cuidada, envueltos de amplios jardines que tenían multitud de bancos e incluso una piscina en uno de los extremos, tapada por una cúpula transparente y con la base de madera. Miró el edificio, era enorme, medía más de lo que ella podía imaginarse y era tan extenso como el Palacio de Versalles. Tragó saliva, dispuesta a dejar sus miedos a un lado y atreverse a hablar con Taeyeon.

Se dirigió a recepción y preguntó por la habitación de Sunny, primero iría hacia ella, luego seguiría su camino en busca de la castaña. Debería haberle dado una oportunidad, ella podría haberme salvado de muchas palizas... Soy una inútil. Secó la lágrima que consiguió escaparse de sus ojos y se paró frente a la puerta, rozando solamente los nudillos al escuchar amplias risas dentro del lugar.
Miró a ambos lados del pasillo y aprovechó que estaba sola por pegar su oído a la puerta. Poco rato estuvo así, observó que la puerta estaba abierta y dejaba una brecha lo suficientemente amplia como para poder observar el interior. Su sangre se heló, ver tal escena la dejó sin aliento. Era un ambiente cálido, fraternal, como si las tres chicas fueran las mejores amigas del mundo. Un montón de dudas aparecieron en su mente pero olvidó sus sentimientos y se quedó de nuevo frente a la puerta, agarrando el pomo de esta como si quisiera disimular que ella no las estaba escuchando.

Su mano tembló durante largos y pesados minutos, no quería entrar pero sus dedos no se despegaban del trozo de plástico metalizado que servía para abrir y cerrar.

- Bueno, yo me iré ya, dentro de poco vendrá Hyoyeon a recogerme y no la quiero hacer esperar -Esa voz la sacó de sus turbios pensamientos y rápidamente arrancó a correr, bajando rápidamente las escaleras y notando como la pequeña arena del caminito crujía al ser pisada. Se marchó sin más, parándose a respirar al salir de ese enorme lugar.

Sus pasos se volvieron lentos y poco faltaba para que arrastrara los pies. Agarró el tirante de su bolso y se lo acomodó sobre su hombro, notando como la vista se le nublaba al llenársele los ojos de lágrimas. Un pitido le hizo reaccionar, un coche estaba conduciendo a su mismo paso.

- ¿Te llevo? -Al ver quién se escondía tras el auto, un nudo se le formó en el estómago- No quiero volver a pelear contigo, sube, vamos en la misma dirección, ¿no?

La pelirroja asintió levemente y terminó por subir en el coche negro de Sooyoung. Esta le pidió que se atara el cinturón y apretó fuerte el acelerador, haciendo que sus ruedas traseras chirriaran por el cambio de fuerza.

Se creó un silencio incómodo, ninguna de las dos sabía que decir, hasta que Tiffany explotó en llanto.

- Lo siento -La pelirroja escuchó las palabras de la morena, mirándola con los ojos rojos mientras seguía dejando que las lágrimas bajaran libremente por sus mejillas- Yo nunca quise hacer que tu vida peligrara por mi culpa, no sabía cómo era Sunny y me dejé llevar por un impulso -Soltó un suspiro pesado y abrió la ventana de su lado, encendiendo seguidamente un cigarro- Sé que quizás tengo mucha cara por disculparme ahora pero... es lo mínimo que puedo hacer.

- ¿Des de cuándo has vuelto a fumar?

- Desde que las vi juntas, y bueno, estoy bastante enganchada a esto, supongo que también tuvo parte de culpa el dejar los cigarrillos por una estúpida obsesión -Sonrió tristemente y se paró en un semáforo, dejando colgar su brazo izquierdo por la ventana.

- Sunny y Hyomin no están juntas... -La pelirroja sacó un pañuelo de su bolso y se secó las lágrimas, sonándose después.

- Tanto tú como yo las vimos, aunque a ti debe dolerte más, el saber que tu mujer está con otra y camina tranquilamente con ella...

- ¡He dicho que no están juntas! -La morena la miró, girando la cabeza lentamente antes de volver a pisar el acelerador. Fijó su vista en la carretera- Sunny y Hyomin son hermanas...

- ¿Hermanas? -Se le formó un nudo en la garganta e intentó controlar su voz, pareciendo que estuviera tranquila al escuchar tal revelación- No se parecen.

- No son hermanas de sangre... -Tiffany apretó los puños sobre sus muslos y miró hacia el lado opuesto a la morena, perdiendo el contacto con su cuerpo- Es una historia muy larga.

- Cuéntamela.

Call Me [TaeNy FanFic] (Editando y corrigiendo) (Hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora