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-Mamá

"Hijo, ¿cuántas veces te tengo que decir que no desaparezcas así? ¡Me preocupo!"

-Jimin

"Ya mamá, lo siento"

-Mamá

"Sé que el baile se lleva todo tu tiempo, pero intenta hacerle un huequito a tu madre, ¿vale? ¡Por lo menos para saber que sigues vivito y coleando! ¿De tu audición supiste algo?"

-Jimin

"Ahm creo que me van a coger... "

-Mamá

"¿¿Crees?? ¿No te lo han dicho con seguridad aún?"

-Jimin

"No... Bueno, ya sabes que son gente muy atareada. Pero la profesora está en contacto con ellos y me dijo que parece que será así."

-Mamá

"Ay Dios mío, ¡eso es tan increíble! Sé que será así. ¡Enhorabuena, cariño! Dios mío, ¡no veo el momento de ir y celebrarlo como merece!"

-Jimin

"Bueno mamá, espera, tampoco es seguro."

-Mamá

"¡Claro que lo es! No puede ser de otra forma. Y si eso es lo que te ha dicho tu profesora... "

-Jimin

"Bueno, te confirmaré. Te dejo que tengo clase. ¡Cuidaros mucho! Dale un beso a papá."

-Mamá

"Tu también, cariño. ¡Baila mucho y bien!"

Jimin guardó el móvil en su bolsillo, resoplando. Le molestaba no haberle dicho la verdad del todo a su madre, pero se sentía más cómodo siendo así, y bien sabía por qué. De esta manera, dejaba una puerta entreabierta. Si veía que al final las cosas no eran como esperaba, si no se sentía agusto, si elegía otro destino, sería más fácil decirle que finalmente no le habían aceptado en la Compañía.

Miró el edificio que se alzaba frente a él, uno de aspecto más moderno que su escuela. No demasiado alto, apenas 3 plantas, pero sí amplio e imponente, de estrutura desordenada y paredes negras, como enormes cubículos superpuestos unos con otros, y forrados de grandes y limpias cristaleras.

Las puertas se abrían de forma automática, algo totalmente contrario a la pesada puerta metálica de pintura descorchada que chirriaba al ser abierta y estaba acostumbrado a ver.

Estas puertas, además, permitían ver claramente el interior desde fuera. Un edificio que hacía alarde de su posición en el mundo.

El estómago de Jimin borboteó, como un montón de gusanos retorciéndose en la tierra, a medida que se acercaba a la entrada del edificio.

Sacó de nuevo el móvil y tomó una foto de la fachada.

En cuanto puso un pie dentro, pudo sentir la formal e intimidante bienvenida propia de una Escuela y Compañía de Danza de categoría. Las ondas musicales recorrían cada una de sus paredes como venas, y a sus oídos llegaban tenues melodías y lejanas voces de mando.

Burn it || Yoonmin || (EN EMISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora