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A pesar del poco acertado plan para una primera cita, si se le podía llamar así, ella fué fácil de convencer y al cabo de 45 minutos se vieron en la parada de tren más cercana al domicilio en cuestión.

Ella llevaba un vestido en tono beige por encima de las rodillas, sencillo pero bonito, amoldado perfectamente a su cintura y torso, y maquillaje natural. El cabello rubio caía lacio sobre su espalda.

-Creo que la mayoría somos chicos, no te asustes mucho. -Le comentó Jimin en voz baja, antes de llamar al timbre de la debida puerta, algo mal conservada y que se hacía inconfundible, debido a la música comercial que se oía tras ella.

Ella hizo un ademán con la mano, restándole importancia a la situación, y entonces abrió la puerta un chico de cabello castaño oscuro, de rasgos delicados y bien definidos, delgado, desconocido para Jimin.

-¡Tu debes de ser Jimin! -Exclamó el joven.

-¿Y tu Yeosang?

El chico afirmó sonriente y no le dió tiempo siquiera a dejarles pasar cuando apareció por detrás Jungkook como un rayo, que se apoyó en el hombro del dueño del apartamento.

-¡¡Jiminssi! Ya creí que no venías. ¡Oh, vienes acompañado! ¡Muy bien acompañado, de hecho! ¡Hola, soy Jungkook! -Exclamó, ahora dirigiéndose más hacia la chica presente.

Sus sonrisas estiradas en una mueca tensa, la rojez en sus mejillas y la voz del pelinegro elevada 2 tonos más de la cuenta delataban que el alcohol ya había empezado a correr hacía tiempo.

Y a pesar de esos 2 chicos demasiado enérgicos y algo bebidos delante de ella, Jiwon no se sintió intimidada y se presentó ante ellos como quien lleva ya unas cuantas experiencias pasadas juntos.

-¿No se quejarán? -Preguntó Jimin en dirección a Yeosang, intentando elevar la voz por encima de la música.

-¿Quién?

-Tus vecinos.

-Bah, mis vecinos la lían bastante más que nosotros. No te preocupes por ellos.

Jimin se encogió de hombros, siento consciente de que no se encontraban precisamente en un edificio de alto nivel económico, por el aspecto descuidado del portal, y ambos pasaron a la casa, donde además del sonido de guitarras les recibió un agradable olor a pizza y risas y voces ajenas.

En el mediano salón se encontraban sentados Taehyung y Namjoon por un lado, que parecían divertidos mirando algo en el móvil antes de levantar su vista hacia los nuevos presentes, mientras Jungkook se lanzaba como un felino a por un trozo de la enorme pizza en la mesa rectangular del centro, acompañada de una variedad de snacks y botellas mayormente de cerveza vacías o a medio gas.

Para sorpresa de Jimin, también se encontraban Hoseok y Yoongi (el Gran Idiota), en una esquina del sofá contrario, inmersos en su pompa rancia y particular, que fué pinchada cuando los nuevos invitados hicieron acto de presencia.

El rubio podría decir que las pupilas de Yoongi se habían dilatado cuando los nuevos presentes acapararon su atención, dejando de prestarla a lo que sea que Hoseok le estaba contando.

Jimin y su nueva amiga, si podía decirse así, se acomodaron y la situación se mantuvo casi invariable un tiempo. Lo que sí sucedían unos tras otro eran los tragos y la comida, que poco a poco desaparecían de la mesa.

El cantante se encontraba en la subunidad de Namjoon, Yeosang, Jiwon y él, lo cual agradeció, puesto que, a la vez que conocía un poco más de su compañera de danza hasta ahora casi desconocida y de ese nuevo chico de belleza afilada, entablaba amistad con Namjoon, del que hasta ahora no había tenido demasiada oportunidad de conocer. Y le resultó una persona tan especial. Culta e inteligente, profunda, versátil y única en su especie, que se lamentó por no haberse acercado demasiado a él estos días atrás, prometiéndose a sí mismo seguir indagando, en los días venideros, en esa mente repleta de tesoros por descubrir.

Burn it || Yoonmin || (EN EMISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora