Yoongi, repitiendo el mismo proceso que su amigo antes, llamó a otro piso, pero más insistentemente, con bastante menos delicadeza y llevándose las recriminaciones de una mujer de voz madura que insistió en que los jóvenes de ahora no tenían respeto ninguno.
-¿Te dejaste algo Jungk...? ¿Yoongi? -Jimin casi se atragantó con su propia saliva cuando vió al de cabello platino justo delante de su puerta, con una mano apoyada en el marco en y cara de muy pocos amigos.
El chico entró directamente en el piso, casi avasallando al propietario y llevándose el segundo reproche del día en menos de un minuto.
-Puedes pasar. -Dijo Jimin con hastío.
-Era la única manera de que no me cerrases la puerta en las narices.
-Con esa nariz de pegote casi invisible, sería complicado. -Se defendió el más joven.
Yoongi no podría decir si ese comentario consiguió ablandarle o enfurecerle más, puesto que en momentos como este no solía estar abierto a bromas de ningún tipo.
-¿A qué juegas, Jimin? -Preguntó cortante y sin andarse con más preámbulos.
-¿Yo? ¿A qué jugais vosotros? ¿Es la pasarela Cibeles hoy en mi casa y no me he enterado? ¿Vendrá más gente luego a mi puerta? -Dijo Jimin ganando tiempo.
-No estoy para bromas. Sabes a lo que me refiero.
Por algún motivo, Yoongi, con sus malas maneras, conseguía sacarle ese lado más sarcástico y retador. Con Jungkook se fué su lado más blandito, del cual en parte se arrepentía de haber sacado a la luz, TAN a la luz. Si Yoongi estaba ahí porque pensaba que él le iba a contar sus miserias y pedirle unos cleenex, estaba equivocado. No iba a dar pena a nadie más y menos a él, que parecía estar hecho para sacarle de sus casillas y para alterar su estabilidad mental.
-¿No te ha dicho Jungkook? Viniste con él, ¿no? -Jimin notó una pequeña brecha en su voz, esperando que el tema "baile" lo hubiese mantenido escondido como él le pidió.
-Jungkook sólo me ha dicho que no vas a seguir.
-Vale, ¿y qué es lo que no entiendes de eso?
Yoongi estaba algo alucinado. Alucinado con que, a pesar de ser ese chico que tenía delante el que a fin de cuentas estaba actuando sin ninguna consideración, se estuviese comportando tan cínico.
-¿Te digo qué no entiendo? No entiendo por qué te presentaste a la audición. No entiendo dónde te has dejado esa seguridad que tenías. ¿Qué dijiste? ¿Que iba a correr a llamarte? Se te olvidó mencionar que tu saldrías corriendo después. Oh, qué valiente por tu parte. No entiendo tus idas y venidas, ni tus ausencias o visitas fugaces a ensayos. No entiendo por qué te quedaste en la fiesta si tanta prisa por abandonar tenías y ahora no entiendo por qué te empeñas en tirar todo ese potencial tuyo a la basura. En definitiva, los miedos, en general, no los entiendo. Y tu tienes miedo.
Tras esto, el silencio abrumador se instaló en ese espacio, en contraposición a la maquinaria que era la mente de ambos chicos ahora, que funcionaba a pleno rendimiento.
Jimin necesitaba saber cómo el teclista conseguía mirar a través de él y tocar sus puntos débiles. Era frustrante, era criminal, tanto, que su arma, su escudo natural, se resquebrajó hasta hacerse añicos. Pero quemaría todas sus defensas. No estaba dispuesto a dejarse caer, a parecer débil. Porque no era miedo, ¿no? Era arrepentimiento. Era sentido de la responsabilidad, madurez. Era su compromiso inquebrantable. Pero no iba a decir nada de esto a Yoongi.
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Burn it || Yoonmin || (EN EMISIÓN)
FanfictionYoongi, un serio teclista y líder del grupo rockero Shadow, necesitará con urgencia nuevo cantante. Entonces aparecerá Jimin, un joven carismático y cargado de talento que acabará poniendo a prueba todos sus límites. En esta historia el estricto mun...