Burn it || Yoonmin || (EN EMISIÓN)

21

Namjoon llevaba un minuto delante de aquella puerta metálica, con las manos en los bolsillos y caminando de un lado a otro del pasillo, esperando que ese capullo saliese con su dinero, el de todos. Vale que se les había ido un poco de las manos con esa fiesta llena de alcohol, drogas, sexo a escondidas y agua, mucha agua. Tanta agua que aquellas ya de por sí podridas paredes caerían a pedazos, pero era su culpa por dejar estar demasiado tiempo en un backstage a un grupo de rockeros pirados con toda clase de sustancias. Pero al fin y al cabo, ellos habían superado las expectativas, llenando esa sala hasta los topes. No iba a permitir que les pagasen sólo la mitad de lo acordado. Suerte que él tenía ese gran don de palabra y una sonrisa irresistible, o eso decían (se sospechaba que el dueño le daba a todo lo que se le pusiera en el camino), y sin contar con Yoongi, que estaba desaparecido en combate, hizo uso de aquellas dotes y consiguió apaciguar las aguas revueltas. La sala se llevaría un buen pico, más les valdría arreglar ese vertedero que tenían por backstage.

Habría sido feliz con al menos una cerveza entre sus manos pero para él ya era suficiente, alguien tendría que llevar a ese grupo de locos a casa.

Escuchó un desagradable chirrido, una puerta abrirse en su campo de visión, al otro extremo del pasillo, y una cabellera verde inconfundible desaparecer con cierta prisa.

¿Yoongi? ¿Qué hacía en el almacén? Robando alcohol, seguro.

Se acercó para echar un vistazo, pero no le retuvo. Él caminaba deprisa y Namjoon debía esperar a que el dueño terminase de hablar con no sé qué tipo y le diese lo que les debía. Igualmente se entretuvo observando. El teclista caminaba ligero por el pasillo que cruzaba con el suyo, recolocándose la parte trasera del pantalón. De repente se paró antes de desaparecer en el otro extremo. Parecía que observaba algo en su mano derecha, que la elevó a la altura de sus ojos. Namjoon desde allí no podía distinguir nada. ¿Se habría peleado? Entonces él simplemente arrastró la mano por la pared y siguió su camino.

Namjoon enarcó una ceja, algo confuso.

¿Ha dejado en la pared un moco? ¿En serio?

El peligris negó con la cabeza, con una risita, y siguió a su rollo.

Al minuto salió el encargado de la sala con el preciado sobre, que se lo entregó, aún con gesto serio y entrecejo fruncido, al batería.

-Gracias. -Namjoon hizo una pequeña reverencia, guardando el sobre en su mochila. -Y perdón de nuevo por los desperfectos, pero creo que con la gente que ha venido y ha consumido, podréis tener suficiente para mejorar este sitio.

-Este sitio estaba perfecto hasta que llegasteis.

-Si os gusta estar en un estercolero, sí. No digo la sala, entiéndeme, sino esta parte trasera.

El tío le miró como si estuviera borracho o algo así y estuviese diciendo estupideces.