51

135 28 19
                                    

Jimin toqueteó la bolsita, oculta por la puerta de su taquilla en el vestuario. Las pastillas blancas y redondas de su interior rodando entre sus dedos.

Hasta hacía poco se habría hundido en profundas reflexiones antes de coger una y tomársela con un rápido sorbo de agua. Le habría comido el remordimiento.

Hoy no. Ni hoy ni desde hacía unos días atrás.

"Quédatelas. No me pagues más. Las iba a repartir por la universidad pero mejor que las use un bailarín en potencia que cualquiera de esos estudiantes que no llegarán a nada." Le había dicho Hoseok durante una conversación formal y reconciliadora que unicamente tocó ese asunto.

Nada de sugerencias de citas, nada de insinuaciones, nada de Yoongi esto o lo otro.

¿Por qué se las había comprado? Porque tomándolas se sentía más enérgico, más preciso, incluso más atrevido y desinhibido, y pensaba que así podía satisfacer los estrictos requerimientos de Seung.

Porque le otorgaban el empujón que necesitaba durante sus duras jornadas.

Porque desde hacía un tiempo no conseguía dormir una noche de seguido o tener un sueño reparador.

Porque seguramente no fuese el único que lo hacía.

Porque no tenía por qué sentirse mal, su talento estaba ahí, intacto y únicamente suyo.

Porque, debido a las circunstancias, su mente y su cuerpo no daban más de sí y lo necesitaba, o él pensaba que lo necesitaba.

Porque requería de un estímulo que le ayudase a tirar de ese carro o de otra forma se quedaría a las puertas de la ansiada meta.

Y es que la apatía le consumía y la ilusión hacía un tiempo que le había abandonado a su suerte y, aunque parecía renacer de sus cenizas, realmente se sentía como un maniquí, un objeto inerte sin emociones, yendo en piloto automático de un lado a otro.

Pero esas pastillas suplementaban de alguna forma sus carencias. Eran la mano traicionera a la que agarrarse.

-Jimin, quédate un momento, por favor.

La voz de Lim Seung sonó firme y clara en la clase mientras Jimin y el resto de alumnos recogían sus bártulos.

Desde ese desafortunado encuentro con él en el vestuario, el joven siempre intentaba salir antes de la clase y ducharse entre los primeros.

Parece que hoy no sería así.

El profesor se tomó su tiempo, esperando pacientemente a que todos abandonasen la clase, mientras un impaciente Jimin esperaba a su vez que todo terminase cuanto antes y fuese lo más leve posible.

-Sé que soy duro -comenzó a hablar desde la esquina donde se situaba el equipo de música y donde mayormente daba las indicaciones en clase- pero también sé cuándo debo admirar y reconocer el trabajo de alguien. Temía que te hubieses quedado atrás, que me hubiese equivocado contigo, pero no, finalmente has sacado lo que quería y te has superado. No hace falta que te repita que eres uno de los bailarines más talentosos que he visto.

Jimin se mantenía tenso mientras escuchaba sus adulaciones. Quería mantener un pensamiento positivo. Quizás aquella veces en las que había actuado de forma sospechosa sólo lo había hecho para conseguir esto: provocarle, frustrarle y sacar así todo posible bloqueo. Generarle intensas emociones que fuese capaz de expresar bailando.

Quizás ahora estaba actuando por fin como todo profesor serio debía actuar.

-Gracias profesor -Jimin bajó ligeramente la cabeza. Le gustaba escuchar eso pero al mismo tiempo estaba deseando salir corriendo de allí.

Burn it || Yoonmin || (EN EMISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora