Capítulo 1.

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[ENERO]

Los años han pasado y parece que he quedado estancada en el vecindario donde las familias con dinero aún creen en las alianzas para ir incrementando el dinero. Con "alianzas" me refiero a la unión en matrimonio de los hijos de estas familias y en la mía, parece que debo ser yo quien ceda a esto pues mi hermana fue despojada de todos los beneficios de los Loughty el día que decidió irse de la casa, forjar su vida con sus propios medios y no estar bajo el velo de mamá y papá, todo esto sucedió después de conocer a Jesús.

A veces imagino que un día tendré que levantarme y dejar que las empleadas de la casa me den un baño y me vistan de forma apropiada pues deberé ir a un baile donde tendré que dejarme acortejar por cualquier hombre y después decidir con quién enlazaré mi apellido. Es probable que termine con alguno de los Page o los De Sousa pues es con quienes papá tiene mejores relaciones por ser sus socios y con quienes espera la tercera generación, o sea, nosotros sus hijos, sigamos el legado.

Mi abuelo, Bernard Loughty, es un empresario y bancario. Su título en la actualidad es de presidente en la junta directiva del grupo Valeurs donde se encargan de las acciones a tomar con respecto a los bancos. Por sus avanzados años, él ya no frecuenta las empresas o está tan al pendiente de todo, para ello ha dejado a cargo a mi padre, Mark, quien se encarga de forma correcta de toda la administración.

En el grupo Valeurs hay tres familias inversionistas y que son de las más poderosas. Nosotros los Loughty, poseemos el 50% de las acciones con respecto a Valeurs. Los Page poseen el 32%, los De Sousa el 16% y el 2% restante es para pequeños accionistas.

Pensándolo bien, con esta repartición le vendría muy bien a los Loughty y Page asociarse, ¿no? ¿Debería empezar a hablar con el hijo de aquella familia?

Silvana chasquea sus dedos frente a mí— Erin. —dice y se burla cuando nota que logro aterrizar en la realidad— ¿A dónde te habías ido?

Me acomodo en la camilla— Siempre he estado aquí.

La risa burlona no abandona sus labios— Seguramente ya estabas imaginando ser una doncella la cual debe buscar un buen heredero para pronto unir las familias.

Esta mujer me conoce demasiado bien.

No le respondo y solo la veo quitar el hielo de mi rodilla para después empezar a poner corriente sobre la misma y que mis músculos se relajen.

—Gracias por esto. —le digo cuando siento que mi rodilla empieza a ceder y deja de doler— Aun no eres una profesional, pero yo te certifico como una.

Ella sonríe y se sienta a mi lado después de indicarme que dejará la corriente por quince minutos— Te diagnosticaron bursitis leve. ¿Hoy si vas a decirme como te la provocaste? ¿Qué fue esta vez? ¿Te sobre exigiste?

Niego— No he hecho nada, Silv, solo me ha empezado a doler mucho y tráquea de vez en cuando. Me preocupé cuando noté esa pequeña inflamación a un lado y como a veces una bolsa de agua parece moverse por ahí.

—¿Segura que no ha sido nada? La vez pasada te lesionaste por estar haciendo mal los ejercicios.

Solía encerrarme en mi habitación y seguir rutinas de internet para sacar tremendas nalgas, pero con mi poca experiencia y mala técnica, solo logré llenar mi cuerpo de dolor así que dejé eso de lado.

—Te juro que no he hecho nada.

—¿Has corrido mucho?

—No.

Silvana suspira, pensativa— Nada, nada. —dice y mueve sus labios de un lado a otro— ¿Completamente sedentaria?

—Algo así.

Mi vecino del RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora